Una contractura muscular de cuello es un tipo de lesión que afecta a todo tipo de personas, no solamente los deportistas. Es importante tratarlas para evitar que vayan a más. Factores como una mala postura o un golpe directo, pueden provocar la aparición de estas contracciones involuntarias del músculo, pero también la falta de ejercicio y una mala alimentación.
Tipos de contracturas musculares de cuello
Hay tres tipos principales de contracturas musculares de cuello. Según cuál estemos padeciendo, el dolor o el tratamiento pueden ser diferentes.
1º-. En las contracturas postraumáticas, el dolor aparece tras recibir un golpe en la zona, es intenso y va acompañado de rigidez. Son las más comunes en las cervicales y pueden desaparecer por sí solas en un par de días. Aquí podrían incluirse, por ejemplo, los pequeños impactos contra otra persona o los golpes leves con el coche.
En los trabajos sedentarios es bastante habitual la contractura muscular de cuello.
2º-. En las contracturas posturales. Su desarrollo es mucho más lento y van formándose por una postura incorrecta realizada día tras día. Un caso claro de contractura postural es aquella que afecta a las personas que trabajan en una oficina. Son habituales los llamados “nudos del cuello".
3º-. La contractura por hipotonía nos afecta cuando no tenemos fuerza en el músculo y, aun así, lo sometemos a una sobrecarga. En este caso, el músculo se defiende de una posible rotura de fibras con esta contracción. Es la variedad más frecuente en deportistas.
No descuides una contractura muscular de cuello
Como ves, en la mayoría de ocasiones, la contractura puede provocar un dolor leve o incluso desaparecer por sí sola. Por eso, es muy habitual que algunas personas no le presten atención y traten de curarla a base de paciencia y el consumo de antiinflamatorios. Esto es un error, ten en cuenta que un dolor siempre es una respuesta natural del cuerpo que nos indica que algo no está bien. Por lo que, aunque pueda recuperarse sin nuestra ayuda y el dolor sea soportable, no debemos pasarlo por alto.
Si aparece una contractura muscular de cuello, lo ideal es acudir a un especialista para que compruebe el estado del músculo y determine un tratamiento que evite un agarrotamiento mayor, una rotura de las fibras o incluso un dolor crónico.
Si dejamos que la contractura continúe más tiempo del que debería, simplemente porque no nos duele demasiado y no nos impide hacer nuestra rutina diaria, el tratamiento posterior va a ser mucho más complicado y puede derivar en otro tipo de problemas como mareos, vértigos o dolores de cabeza recurrentes, entre otros. Por ello, es muy importante no descuidarnos en caso de padecer una contractura muscular de cuello.