El yoga está popularizándose poco a poco y cada vez son más personas las que deciden probar y descubren los beneficios de la práctica de yoga a cualquier edad, sexo, condición física y de salud.
Algunas personas, deportistas y no deportistas, piensan que el yoga no es para ellas, en algunos casos, nunca han ido a una clase de yoga, o fueron un par de veces y no tuvieron una buena experiencia, y eso les ha hecho creer que el yoga no es para ellas, cuando la práctica de yoga no fue creada para ningún grupo en concreto en su origen en La India, y ha ido evolucionando durante milenios para ser accesibles a todos y todas, sin limitaciones.
Hemos recogido las excusas más comunes para no hacer yoga, y esperamos no sólo desmontarlas, también animar a probar el yoga con la mente abierta, sin prejuicios y con ganas de disfrutar y aprender.
1/ No soy flexible para hacer yoga
Es la excusa número 1, la falta de flexibilidad parece condicionar a muchas personas, especialmente hombres y mujeres muy deportistas que tienen menos flexibilidad por genética o por el entrenamiento.
La verdad es que esta excusa es fácil de desmontar, pues la flexibilidad se entrena, como cualquier otra habilidad física, y la práctica de yoga constante es una de las mejores actividades para ganar flexibilidad en el tiempo.
En el caso de las personas deportistas, la falta de flexibilidad suele aparecer por el acortamiento de los músculos, especialmente los que más trabajan en cada deporte. Por ejemplo, las personas que corren suelen tener un acortamiento de los músculos isquiotibiales, que bajan por detrás de los muslos, y eso hace que les resulte más difícil tocarse los pies en las posturas con flexiones hacia delante. Este acortamiento de la musculatura puede llevar a lesiones, de ahí la importancia de realizar estiramientos específicos después de cada entrenamiento, y con el yoga, no sólo vamos a estirar, además vamos a trabajar los estiramientos con la respiración, favoreciendo la flexibilidad, con paciencia y sin provocar lesiones.
La edad se mide por la flexibilidad de la columna, por lo tanto para conservarte joven, practica para que tu espalda sea flexible. Yogi Bhajan.
El problema de la flexibilidad también es un 'poco' mental, las personas muy exigentes consigo mismas, suelen ser muy competitivas y perfeccionistas, con los demás y consigo mismas, por lo que no suelen llevar bien no conseguir las asanas o posturas de yoga u otras actividades en las que no consiguen ser las mejores. En yoga se trabaja esta falta de aceptación por poca flexibilidad como una problema de ego, y se procura evitar compararse con los demás, trabajando hacia el interior de cada uno, aceptando nuestros límites y buscando los beneficios del yoga, sin pensar en una progresión a ser más flexibles o más fuertes, al menos físicamente. Eso viene después de conseguir ser más flexibles o más fuertes por dentro.
El yoga no trata de tocarse los pies, trata de lo que aprendes en el camino. Jigar Gor.
En conclusión, ser muy flexible o poco flexible no es una condición para ser yogi o no. Cierto es que la flexibilidad nos facilita realizar algunas posturas de yoga, pero ni la falta de flexibilidad impide que nos beneficiemos con las ventajas de cada asana. También debemos tener en cuenta que la hiperflexibilidad puede ser un problema, puede conducir a lesiones en yoga.
2/ El yoga es muy difícil
No te vamos a engañar, llegar a un nivel avanzado de yoga requiere años de estudio y práctica, pero hacer una clase de yoga un par de veces a la semana sólo requiere ganas y elegir un buen centro de yoga con profesores cualificados.
La idea de que el yoga es difícil proviene de las imágenes que se difunden con yogis realizando asanas muy complejas, que a la mayoría de nosotros no nos salen o que requieren meses de práctica para conseguirlas.
Son asanas muy atractivas en fotos, pero muchas de ellas no tienen grandes beneficios e incluso pueden ser lesivas, y muchos buenos profesores y profesores de yoga no solo no las pueden hacer, conocen donde están sus límites y no llevan su cuerpo a extremos que les pueden dañar.
El yoga no debería ser difícil, es una práctica diseñada para conseguir beneficios físicos, mentales y emocionales, y no sólo a través de las asanas, esa es una parte pequeña del yoga, la punta del iceberg, el yoga trabaja a nivel global, con la respiración o pranayama, y a través de las 8 ramas del yoga.
“El yoga es una práctica interior. El resto es sólo un circo." Sri Krishna Pattabhi Jois.
Una clase de yoga no debería ser difícil, la mayoría no lo son y están al alcance de cualquier persona, sea cual sea su edad, sexo o condición física.
Si que puedes sentir molestias con algunas posturas, incluso agujetas al día siguiente, y puede que a nivel emocional, algunas clases de yoga te 'remuevan' por dentro, y sientas ganas de comerte el mundo o al revés, de llorar al terminar. Eso es normal, es parte del proceso del yoga.
Si consideras que tus clases de yoga son demasiado difíciles, quizás no has elegido la clase correcta, hay muchos tipos de yoga, encuentra el que mejor te va a ti en ese momento y aprende la base desde el Hatha Yoga.
Cada estilo de yoga tiene su propia dificultad, puede que a algunas personas les parezca más díficil seguir una clase de yoga dinámica y exigentes como el Ashtanga o el Yyengar o algunas secuencias o Vinyasa o secuencias, que requieren años de práctica de yoga y profesores especializados.
Y puede que algunas personas les requiera mucha más dificultad una clase de Yin Yoga o Yoga restaurativo, en la que las posturas se mantienen varios minutos sin movimiento. O una clase de meditación o de pranayama, en la que vas a estar con las piernas cruzadas más de una hora, respirando o intentando escuchar tu mente en silencio...
Olvídate de hacer yoga como un reto, especialmente de conseguir posturas o asanas difíciles, descubre el yoga como un estilo de vida, una ayuda en tu día a día, no como un obligación o reto en tu agenda.
Entre estas posturas 'difíciles' del yoga están los 'handstands' o paradas de mano boca abajo y las aperturas de caderas o 'abrirse de piernas'.
Están muy de moda y parecen el objetivo de todos, principiantes y avanzados en el yoga. Algunos 'gurus' del yoga incluso proponen retos para yogis, con ejercicios para conseguir la asana perfecta en 30 días... En algunos casos son buenos consejos y pueden ayudarte a conseguir la asana con la que sueñas, paso a paso y sin lesionarte, en otros casos, son consejos que sólo valen a determinadas personas, que están muy en forma físicamente y tienen la fuerza necesaria para hacer un handstand y quedarse fijos y quietos haciendo el pino, o que tienen una buena flexibilidad de nacimiento y consiguen abrirse de piernas con unos buenos ejercicios de estiramiento progresivo.
En conclusión: Cada persona encuentra en cada estilo de yoga facilidades y dificultades, que pueden variar con cada etapa de su vida. Empieza con el Hatha Yoga o yoga más básico para tener una buena base y vete probando diferentes estilos para ir aprendiendo más y descubriendo el que más se adapta a ti.
3/ Tengo sobrepeso y los yogis tienen cuerpos delgados
Nadie dijo que para hacer yoga había que tener un cuerpo perfecto sin un gramo de grasa, es más, los grandes maestros del yoga en La India suelen tener barriga, y eso no les impide tener una práctica de yoga perfecta y ser muy buenos profesores e inspiradores.
La idea de que el yoga es para cuerpos que podrían ser modelos, no tiene mucho sentido ¿no crees? Si estuviéramos entrenando para competir en la final del mundo del maratón, el peso sería un factor clave para conseguir rebajar la marca corriendo, pero ¿en yoga? Los kilos de más o los michelines de grasa no nos impiden tener una buena práctica de yoga.
El sobrepeso o la obesidad son problemas de salud, que nos deben preocupar y que debemos evitar, por las consecuencias sobre nuestra calidad de vida que conllevan, y hacer ejercicio junto a una alimentación adecuada son claves a la hora de adelgazar, perder la grasa extra y conseguir un peso saludable.
"El verdadero yoga no trata de la forma de tu cuerpo, sino de la forma de tu vida. El yoga no se realiza, se vive. Al yoga no le importa qué has sido; le importa la persona en la que te estas convirtiendo." Aadil Palkhivala.
El yoga no es un ejercicio 'quemagrasas', si lo que estás pensando es en adelgazar, pero te va a ayudar a perder peso por dos razones importantes:
- Por un lado, el yoga implica movimiento en las asanas, y todo lo que sea activo ayuda a perder peso, ganar movilidad y ser una persona más activa.
- Por otro lado, el yoga calma la ansiedad y te ayuda a 'examinarte' por dentro, a descubrir las razones por las que no puedes controlar tu apetito, a controlar los picoteos por estrés o ansiedad y te enseña a cuidarte, a elegir buenos alimentos que miman tu cuerpo y tu mente y a evitar los alimentos los dañan, alejándote de comida procesada y alimentos pesados ricos en azúcares y grasas.
En conclusión: para hacer yoga sólo necesitas un cuerpo, no unas medidas perfectas. Si tu objetivo es adelgazar, el yoga te ayudará a ser más activo y cuidar lo que comes para conseguirlo.
4/ No tengo tiempo para hacer yoga
El tiempo es relativo, y basta ver como personas que te dicen que no tienen tiempo para hacer yoga han visto ya todos los capítulos de la última serie de Netflix o pasan horas subiendo fotos, stories y vídeos a redes sociales y colocando 'me gusta' en las de otros.
No vamos a juzgar a nadie por lo que hace por su tiempo, simplemente invitamos a una reflexión: el tiempo que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestra cuidado, a mejorar nuestra salud física, mental y emocional debería ser una prioridad en esta época tan agitada y estresante.
No olvidemos que cada uno es dueño de su tiempo, de su vida, y que las prioridades las decidimos nosotros cada día, somos personas responsables y sabemos que hay obligaciones, pero nadie nos impone hacer yoga, ni hacer deporte, ni dormir horas suficientes, como nadie nos impone ver una serie y quedarnos sin dormir, o tomar copas, o comer comida rápida.
"El yoga no quita tiempo a tu vida, te da tiempo". Ganga White.
Hay necesidades básicas, que debemos cubrir cada día, como comer, dormir, beber... y realizar un trabajo para tener un salario nos permite mantener nuestras necesidades y tener una calidad de vida, y el día tiene 24 horas, hay tiempo para todo y la agenda la debes llevar tú, decidiendo cuantos minutos quieres dedicar a cada cosa, necesidades básicas, prioridades propias o tiempo libre...
Una clase de yoga normal suele durar de 60 a 90 minutos, y hacer dos o tres clases a la semana de yoga no suponen mucho tiempo, más cuando estás muy estresado y vas a salir renovado de clase de yoga, con calma y con energía. Es tiempo que ganas para ti, para ser más eficiente en el trabajo, para estar más relajado en casa con los tuyos, para tomar mejores decisiones en tu vida o para dormir y descansar mucho mejor.
"Las dos piezas más importantes de equipamiento que necesitas para hacer yoga son tu cuerpo y tu mente." Rodney Yee.
El yoga va 'calando' en tu vida poco a poco, y a veces, sin darnos cuenta, descubrimos que estamos haciendo una respiración específica en medio de una reunión en el trabajo, o que hacemos un mudra con las manos cuando algo nos inquieta y necesitamos un momento para no explotar. Ese tiempo no es mucho, pero también es yoga.
En conclusión: el yoga tiene muchos beneficiios para tu salud física, mental y emocional, y no requiere mucho tiempo, bastan 10 minutos cada día de práctica, como un Saludo al Sol a despertarse para que el yoga te ayude. Si además incluyes prácticas de meditación en clase o en casa, encontrarás un hueco en tu agenda para el yoga, sin complicarte la vida.
5/ No soy una persona muy espiritual
El yoga no es una religión, ni los yogis pertenecen a una secta, aunque algunos estilos de yoga lo parezcan, pero no es así.
El yoga no es un deporte, aunque se puede hacer como una forma de hacer ejercicio físico, centrándose en las asanas o posturas,
El yoga no es una medicina, no es un tratamiento para curar, aunque su práctica ayuda a tener un estilo de vida sano, que te puede alejar de las enfermedades más habituales y ayudarte a envejecer con salud.
El yoga sí puede marcar tu estilo de vida, y eso afecta a la parte física, mental y emocional, pero no necesitas cantar OM para hacer yoga, simplemente necesitas respirar, moverte con las posturas y 'conectar' con tus emociones, dedicándote tiempo a ti.
"El yoga no trata de desarrollo personal, trata de aceptación personal." Gurmukh Kaur Khalsa.
Las personas deportistas podemos experimentar 'momentos espirituales' con nuestro deporte, es lo que algunos llaman 'estar en la zona', esos entrenamientos 'magicos' en los que parece que corremos solos con el viento entre las montañas, o bajamos con la bicicleta de montaña por un camino y nos sentimos vivos, o encontramos la solución a un problema que nos preocupa mientras entrenamos en el gimnasio. ¿Te ha pasado? Seguro que sí, que hay momentos en los que entrenar te hace sentirme mejor que otras veces, y no sólo por las endorfinas provocadas por el esfuerzo, los vives como una 'experiencia especial'.
Con el yoga, especialmente con la meditación, esa conexión del cuerpo con la mente y las emociones es más común, es el objetivo final de la práctica de yoga, conocerse y encontrarse a gusto con lo que somos y con el lugar que ocupamos en esta vida.
No juzgues el yoga por ideas preconcebidas, porque el yoga no te va a juzgar a ti, es respetuoso con todos los seres vivos.
En conclusión: si consideras que no eres una persona espiritual, no hagas yoga para cantar mantras o para meditaciones avanzadas, simplemente haz yoga, sin juzgar, y comprueba como te puede ayudar en tu vida.
¿Y cuál es tu excusa para no hacer yoga?
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