Esta piel colgante no solo es consecuencia de la pérdida de peso, sino también del envejecimiento o la falta de ejercicio. Sin embargo, combinando una alimentación adecuada con una rutina de ejercicios específicos, es posible recuperar firmeza y tonificar las zonas más afectadas.
Parte posterior de los brazos (tríceps)
Uno de los principales problemas tras adelgazar son las denominadas “alas de murciélago”, esa piel flácida en la parte posterior de los brazos. Para combatirlo, las flexiones son un ejercicio altamente efectivo que se puede realizar en casa sin necesidad de máquinas.
Es fundamental realizar la técnica correctamente para evitar lesiones: mantener la espalda recta, el abdomen contraído y descender el cuerpo controladamente.
Además, incorporar pesas a la rutina ayuda a tonificar aún más los brazos. Con apenas un kilo de peso, se pueden hacer elevaciones y extensiones, fortaleciendo la musculatura y reafirmando la piel.
Glúteos y muslos
Otra zona propensa a la flacidez son los glúteos y muslos, donde las sentadillas juegan un papel fundamental en la recuperación del tono muscular.
Este ejercicio funcional trabaja múltiples grupos musculares y, si se realiza con una banda elástica alrededor de las rodillas, se potencia el esfuerzo y los resultados. Para ejecutarlas correctamente, es importante mantener la espalda recta, flexionar las rodillas sin que sobrepasen la punta de los pies y activar los glúteos al subir.
Abdominales
Finalmente, el área abdominal también tiende a perder firmeza tras adelgazar. Para tonificar el core, los abdominales en forma de “V” son una excelente opción. Consisten en elevar simultáneamente el torso y las piernas hasta formar un ángulo de 45 grados, manteniendo el equilibrio sobre los glúteos.
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