1. Empieza bien el día con una ducha de aclimatación. Prepara el cuerpo para los cambios bruscos de temperatura y la llegada del frío con una ducha revitalizante de no más de 5 minutos que termina con agua fría. Si no estás acostumbrado, empieza con agua templada y vete aclimatando hasta que puedas soportar un minuto de agua fría completa. Verás como te despiertas con los sentidos alerta y el cuerpo preparado para salir a la calle, incluso aunque entrenes a primera hora.
2. Hazte tu propio zumo energético. Antes de desayunar exprime una naranja y añade al zumo una cucharadita rasa de levadura de cerveza, media de polen y otra de germen de trigo. Tómalo todos los días durante al menos dos meses, porque sus efectos son lentos pero prolongados y pasarás un invierno con energía.
3. Desayuna como si no fueras a comer en todo el día. Cuando los días se acortan necesitas un buen desayuno energético para volver a la rutina diaria y llegar al final del día con energía, especialmente cuando estás entrenando de nuevo. El desayuno ideal debe equilibrar los carbohidratos complejos con las proteínas y las grasas vegetales. Sólo necesitas levantarte diez minutos antes para preparar y masticar este desayuno, incluso en el caso de que necesites perder peso. Nada más levantarte toma una pieza de fruta fresca y el zumo de un limón natural diluido en agua. Después prepara un tazón grande de yogur desnatado, copos de cereal integral tipo muesli, almendras, avellanas o nueces troceadas, pasas, orejones o ciruelas desecadas, trozos de fruta de temporada (manzana, naranja, uvas, etc.) y semillas de sésamo tostado. Mientras comes los cereales, aprovecha para hacer una infusión con plantas naturales de romero, albahaca y menta.
4. Renuévate con la energía de las abejas: Jalea real y miel son energéticos naturales que funcionan muy bien y no tienen efectos secundarios. La jalea real es el alimento de la abeja reina de una colmena, es un alimento muy nutritivo rico en carbohidratos, proteínas, ácidos nucleicos, sustancias hormonales y antimicrobiales, vitaminas A, B, C, D y E y minerales como el calcio, cobre, hiero, fósforo, potasio, sílice y azufre. Es importante tomarla fresca o liofilizada para no perder sus propiedades. Empieza cada mañana con una cucharada de miel cruda en ayunas y un vaso de zumo de limón, y hazte curas de jalea real tomando una dosis de jalea real cruda o liofilizada cada mañana con el zumo de naranja.
5. Tiempo de caldos y pucheros. Nuestros abuelos ya contaban con sus alimentos energéticos para llenarse de energía, y en otoño siempre había un puchero al fuego repleto de vegetales de temporada como verduras, hortalizas, legumbres y alguna carne de caza. Aprovecha para hacer caldos y pucheros variados sin añadir grasas extra, simplemente mezcla los alimentos que te hemos descrito en este artículo, combinando las hortalizas y verduras con carnes de caza, gallina, o hueso del jamón. Investiga y hazte con tu propia receta de caldo caliente y guardar en el congelador o en la nevera para tener siempre a mano a la hora de cenar o cuando notas que has cogido frío o que necesitas algo caliente para templar el cuerpo después de entrenar o de un día duro y frío.