Los mal llamados "superalimentos" despiertan pasiones extremas a pesar de las reiteradas advertencias de los expertos sobre la inexistencia de productos mágicos o curativos. Este entusiasmo se dirige, sobre todo, hacia productos concretos, como puede ser el tomate, la espirulina o el aguacate.
Pero también, se atribuyen propiedades extraordinarias a elementos que, tradicionalmente, se han considerado no comestibles. Es el caso de la semilla o hueso del aguacate, cuyo consumo en forma de infusión (tras hervir la ralladura) tiene numerosos partidarios, que desconocen -u omiten- que no se han demostrado sus beneficios.
La pulpa o parte carnosa del aguacate constituye un alimento muy saludable que cuenta con el beneplácito de los expertos en nutrición.
La semilla es otra cuestión. Si no nos comemos el hueso del melocotón o del albaricoque, ¿tiene algún sentido ingerir el del aguacate?
Supuestos efectos positivos para la salud
Los beneficios de la semilla de aguacate que se pregonan sin fundamento abarcan diversas funciones del organismo y la prevención de distintas enfermedades. Estos son algunos ejemplos:
- Regeneración y rejuvenecimiento de la piel
- Pérdida de peso
- Prevención de enfermedades cardiovasculares
- Control del asma
- Prevención del cáncer
- Defensa frente a los patógenos
Ingredientes potencialmente beneficiosos
Las afirmaciones sobre las propiedades de la semilla de aguacate para combatir diversas enfermedades no surgen de la nada. El interés en torno a este producto es real y, sea por motivos científicos o comerciales, se han realizado y publicado algunos estudios científicos sobre su composición.
- Se ha comprobado que contiene sustancias antioxidantes, que son capaces neutralizar los radicales libres producidos en el metabolismo celular que contribuyen al envejecimiento de todo el organismo. Sin embargo, NO EXISTEN ESTUDIOS MÉDICOS FIABLES Y DE CALIDAD que permitan concluir que estos componentes pueden ayudar a prevenir el envejecimiento, ni mucho menos el cáncer.
- Las semillas de aguacate son ricas en vitaminas -especialmente, la C y la E-, así como minerales. Pero estas dos vitaminas se encuentran también en muchos otros alimentos, entre ellos la propia carne del aguacate.
- Hay que tener en cuenta que el hueso de esta fruta tiene otras sustancias cuya seguridad de cara al consumo humano es, como mínimo, dudosa.
Sin pruebas sobre su seguridad
No todos los vegetales son aptos para el consumo humano. Esta afirmación puede parecer una perogrullada, pero es importante recordarla de vez en cuando.
No hay que olvidar que pueden tener compuestos tóxicos y, de hecho, son los que más abundan. La intervención humana ha sido clave para la obtención de alimentos más seguros:
Si no hubiera sido por la selección que hemos ido haciendo a lo largo de milenios, habría más cantidad de compuestos tóxicos en los vegetales que comemos, que los tienen para defenderse de los insectos y otras amenazas.
La solanina de la patata, la nicotina de la berenjena y la tomatina del tomate, son tres buenos ejemplos de sustancias tóxicas en productos de consumo habitual. Lo que sucede, es que en los que compramos hoy en día están en cantidades ínfimas que no suponen ningún riesgo, pero podrían estar en mayores proporciones si fueran plantas silvestres.
El hueso del aguacate también contiene amigdalina y otra sustancia tóxica, la persina. ¿Qué cantidad de ralladura de semilla contiene una cantidad de estas toxinas capaz de producir efectos graves? Es algo que no se ha determinado. Lo que sí se ha documentado es la toxicidad de la persina en animales de compañía (perros y gatos) que han comido la semilla de esta fruta.