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1. Alcachofa
A través de los flavonoides y la cinarina de sus hojas estimula la producción de bilis y de enzimas que actúan en los procesos metabólicos del hígado. Se aconseja tomarlas una vez por semana.
2. Brócoli
Destaca el brócoli, además de vitamina C y betacarotenos, es una fuente de las llamadas enzimas anti-cáncer (mirosinasa y glucorafanina).
Lo puedes incluir dos o tres veces por semana en la dieta.
3. Repollo
Es rico en fibras solubles que ayudan a barrer las toxinas. Se puede tomar a diario y lo mismo cocinado que cortado en finas hebras y aderezado como ensalada. Esta segunda solución es mejor para aquellas personas a las que les pueda producir flatulencias.
4. Ajo
Estimula la producción de enzimas que filtran toxinas. Además, es antiséptico y ayuda a combatir bacterias y parásitos intestinales. También es un excelente protector del corazón debido a los aceites esenciales que contiene. Lo ideal es tomar un diente al día.
5. Cebolla
Su acción depurativa se debe a que es capaz de eliminar las toxinas y fermentos que se producen en el estómago tras la digestión, proceso que también favorece al estimular al hígado, páncreas y vesícula. Los componentes de la cebolla responsables de su potente acción depurativa son los flavonoides que contiene (principalmente quercetina) y compuestos azufrados. Se puede tomar a diario cruda, en ensaladas, o cocinada: en caldos es muy diurética.
6. Jengibre
Esta raíz es rica en fitoquímicos que tienen un alto poder antioxidante y antiinflamatorio. Su alto contenido en fibra, además, facilita la función intestinal. Se aconseja tomar un gramo diario, tanto en infusión, como añadido a platos cocinados.
7. Nueces
Las nueces son un elemento clave y deberías ponerte como tarea tomar 4 o 5 al día. Tienen vitamina E, antioxidantes y selenio (que ayuda al hígado). Lo ideal es consumirlas sacándolas de su cáscara, ya que las nueces que se comercializan peladas pueden llevar añadido algún conservante para evitar su enranciamiento, provocado por la oxidación de los potentes aceites esenciales que contiene.
8. Leguminosas
Ricas en fibra con un alto poder desintoxicante, contribuyen también a reducir el colesterol malo (LDL), limpiar los intestinos y regular los niveles de azúcar en la sangre. Se deberían incluir al menos dos veces a la semana.
9. Cítricos
Esta familia de frutas debería formar parte diaria de nuestra dieta, al menos ingiriendo de 2 a 4 piezas (naranja, limón, pomelo…). Sus vitaminas A y C previenen de la acción de los radicales libres. El limón ayuda especialmente a la disolución de toxinas, lo que hace que puedan ser eliminadas más fácilmente.
10. Aguas e infusiones
Los líquidos juegan un papel decisivo, posiblemente el más importante, para disolver las toxinas y facilitar su expulsión. El té verde es especialmente útil ya que contiene catequinas, que aumentan la función hepática. Se aconseja tomar a diario 30 mililitros de agua por cada kilo de peso corporal y un par de tazas de té al día.