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Si bien es cierto que tradicionalmente hay dos tipos de salidas, la de agarre y la de atletismo, actualmente la inmensa mayoría de los nadadores se encuentran más cómodos utilizando únicamente la segunda técnica, la salida de atletismo, porque sienten más explosividad al saltar y llegan antes al agua, aspecto este que a un nadador le da seguridad.
FASE AÉREA
En la salida: La cadera lo más alta posible respecto de los hombros
- El pie retrasado presionando el poyete sin apoyar el talón
- Los brazos flexionados agarrando con fuerza el poyete
Cuando el juez de salidas grita "¡preparados!", todo el cuerpo se tensa para salir disparado –al igual que cuando sueltas un muelle apretado por las manos–. En el momento de oír la señal o pitido de salida, se lanza para comenzar el vuelo.
Despegue: salto horizontal hacia adelante con el cuerpo alineado y lo más paralelo al agua posible
Vuelo: llega lo más lejos que seas capaz
Entrada: las manos, una sobre otra, entran en el agua. Por ese mismo punto le sigue, a continuación, el resto del cuerpo. Como si el cuerpo pasara por dentro de un tubo estrecho.
Entrada: el cuerpo se coloca lo más alineado posible, para mantener la velocidad de la salida el mayor tiempo que se pueda
Fase subacuática
Nado subacuático: tronco, cabeza y brazos alineados
Mueve con potencia las piernas a mariposa hasta que salgas a nadar
Pasar por el aro para practicar la salida
Entrada: todo el cuerpo debe pasar por dentro del aro, desde la cabeza a los pies. El orden es manos, codos y cabeza, hombros, cadera, muslos, rodillas y pies. Esta es la fase aérea.
La segunda parte del entrenamiento con el aro nos enseña a meter todo el cuerpo dentro cuando entramos en el agua.