Los huesos en la mujer deportista

El ejercicio físico interviene en la remodelación ósea, provocando cambios y adaptaciones que mejoran la estructura interna del hueso.

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¿Por qué perdemos densidad ósea?

Entre otras funciones, los estrógenos se encargan de la regulación de las células óseas. Inhiben la función destructora de los osteoclastos y potencian y activan a la función constructora de hueso de los osteoblastos. En la menopausia, disminuye la secreción de estrógenos y por tanto comienza a bajar la densidad ósea. Mantener una vida activa nos ayudará a llegar a este punto con una buena densidad ósea y afrontar esa nueva etapa con garantías. 

Alcanzamos nuestro pico de densidad ósea entre los 30 y los 40 años, momento a partir del cual suelen iniciarse las alteraciones del ciclo menstrual. La prevención debe realizarse antes de este momento en que el hueso comienza a debilitarse.

Si quieres tener unos huesos fuertes en la edad madura, debes comenzar a cuidarlos mucho antes, con ejercicio intenso y buena alimentación.

¿Qué tipo de deportes son más adecuados para cuidar mis huesos?

Cualquier actividad física te prepara mejor para la edad madura que una vida sedentaria. El deporte no solo mejora la densidad ósea, también la coordinación, el equilibro y la musculatura, esenciales para prevenir lesiones y caídas en el futuro.

Todo ayuda, pero no todos los deportes son “osteogénicos”. Es decir, no todos estimulan la densidad ósea. La diferencia la establece la presencia o no de la gravedad e impacto contra el suelo.

Ayudan a formar hueso aquellas actividades deportivas que actúan contra la gravedad, en las que se producen impactos contra el suelo, como la carrera, o importantes tensiones, como los ejercicios de fuerza.

Con cada pequeño impacto o al compensar tensiones durante la actividad deportiva, se activan una serie de estímulos que favorecen la producción de masa ósea. Por eso actividades como correr, bailar, saltar a la comba, los deportes de equipo, los deportes de raqueta, los ejercicios pliométricos o la musculación, son grandes aliados de nuestros huesos.

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Uno de los problemas más importantes al que se enfrentar los astronautas tras un largo viaje especial es precisamente la desmineralización de los huesos que se produce en un ambiente sin gravedad, en el que no se reciben este tipo de impactos. 

Existen otro tipo de actividades “no osteogénicas”, en las que no se producen impactos, como la natación o el ciclismo. Esto no significa que no sean sanos para las mujeres, solo debes complementarlos con otras actividades de más impacto, como entrenamiento pliométrico, de carrera o de fuerza.

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