Descansar en algún momento del año: ¿sí o no?

¿Qué pasa si descanso unos días al terminar la temporada? ¿Es necesario que lo haga?

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Seguramente, durante estas últimas semanas, muchos de vosotros os habréis dado cuenta de que algunos de los corredores de referencia han estado colgando en sus redes que descansan unos días tras haber cerrado sus temporadas. Es una práctica cada vez más extendida y que ya no es tan restringida y empleada únicamente por los corredores de élite.

Así que hoy nos preguntamos: ¿Qué pasa si descanso unos días al terminar la temporada? ¿Es necesario que lo haga?

Los corredores, y en especial los corredores de montaña, tenemos un grave problema con el descanso. No tengo claro si es por una cuestión de carácter o por falta de experiencia y de maduración del deporte y de sus practicantes – no me mal interpretéis que ahora me explico.

Cuando hablo de nuestro carácter me refiero a que estamos hechos de una pasta diferente, o eso dicen muchas personas que acostumbran a estar en contacto con otros deportistas cuando nos conocen bien o pasan una temporada con nosotros. En general somos deportistas con un carácter duro y resistente, meticulosos y exigentes, de hecho nuestro deporte así lo determina y supongo que no es sencillo separar a la persona del personaje, por decirlo de una manera.

Y cuando hablo de la falta de experiencia y de maduración me refiero a que, como ya me habéis leído en otras ocasiones, nuestro deporte es muy joven y todavía está sentando sus reglas y se está equilibrando – cada vez más, está claro.

¡El descanso es básico! Lo es para el cuerpo y para la cabeza. Lo es para no lesionarnos y para no aburrirnos. Lo es por rendimiento y por salud.

La mayoría de deportes tienen definidos unos descansos que no acostumbran a ser inferiores a un mes. Por ejemplo, en el fútbol terminan las temporadas a medianos de junio y no vuelven a la competición hasta finales de agosto aproximadamente; en el atletismo clásico, se termina la temporada de pista en julio y se vuelve a la competición en octubre más o menos; o en el esquí alpino, los esquiadores acaban las competiciones en marzo o abril y no se vuelven a calzar los esquís como mínimo hasta mayo o junio. Esto, en nuestro deporte todavía es algo que no tenemos instaurado, sobretodo porque nuestras temporadas no siguen un orden lógico y quien quiere puede competir sin descanso durante todo el año y un año tras otro sin cesar.

De tal manera que si sumamos una cosa a la otra, el resultado acostumbra a ser temporadas interminables que se cierran o bien por lesión o bien por aburrimiento por decirlo de alguna manera.

Así que toda esta explicación nos lleva a la siguiente reflexión: ¡el descanso es básico! Lo es para el cuerpo y para la cabeza. Lo es para no lesionarnos y para no aburrirnos. Lo es por rendimiento y por salud.

En el trail, que como ya hemos comentado, no hay una temporada estipulada – por ejemplo, aunque quisiéramos competir en cross en el mes de junio, nos sería imposible por la simple razón que no se organizan este tipo de competiciones más allá de los meses que van de octubre a marzo. De tal manera que tenemos dos formas de decidir cuándo hacemos este descanso:

  1. Una de las maneras que más se está empleando es la de “voy tirando hasta que me canse” y en ese momento nos paramos para cogernos un descanso. Ya os avanzo que no sería la más conveniente porque es fácil de que las ganas nos puedan y que antes de que el coco nos pida que echemos el freno, lo haga alguna lesión.
  2. Otra de las maneras, que para mí sería la más conveniente y lógica, es la de diseñarnos una temporada que dure unos ocho o diez meses como máximo, colocando nuestros objetivos de forma razonable a lo largo de este tiempo y, después, tomarnos ese descanso que puede oscilar entre diez días y tres semanas aproximadamente. Siendo diez días un poco justo y tres semanas, bastante.

Así que la respuesta a la pregunta que os lanzo al inicio del artículo no es tanto: ¿”qué pasa” si descanso? Sino que debería ser: “¡Sí! Debemos descansar” en algún momento del año e idealmente debería ser un descanso planificado previamente con el calendario de competición.

¿Por qué es necesario este descanso?

No quiero entrar en detalles técnicos porque no es el objetivo de este artículo, para ello ya hay muchos estudios y artículos científicos que tratan el tema, pero básicamente es necesario por tres razones:

  1. Nuestro deporte es muy exigente tanto a nivel muscular como articular, así que es básico que le demos un respiro si nuestra voluntad es seguir disfrutando de él durante muchos años. Las rodillas, los tobillos, las caderas y la espalda, mayoritariamente, son zonas que reciben mucho impacto con la suma de kilómetros y vale la pena que les demos este descanso para que se repongan y evitemos lesiones en un futuro.
  2. El trail también es muy exigente a nivel fisiológico. Normalmente hacemos entrenamientos y competiciones duras; expuestos a condiciones meteorológicas exigentes; muchas veces en altura. Nuestro cuerpo, nuestros niveles biológicos y vitales se van deteriorando y sin estos descansos llega un punto en el que el cansancio puede sobrepasar el rendimiento o, incluso, nos podemos encontrar con problemas serios de salud.
  3. Y esta exigencia también implica la cabeza. Y no hablamos únicamente de la dureza y de la exigencia de las competiciones y de los entrenamientos. También está la exigencia de combinar trabajo, familia y la preparación de nuestros retos. Es un equilibrio muy delicado que, a menudo, fatiga más, incluso, que el aspecto físico. Unos días de hacer todo aquello que el resto del año no tenemos tiempo, pues también es importante.

Así que en resumen, los descansos son importantes. Del mismo modo que planeamos unas carreras y dedicamos tiempo, dinero y esfuerzo en entrenamientos, vale la pena que lo dediquemos también al descanso.