Si llevas varios años saliendo regularmente con tu mountain bike, lo normal es que conozcas varios o todos estos consejos, pero si estás empezando o tienes un amigo que se va a iniciar en breve, seguro que le sacas mucho partido a lo que te vamos a contar a continuación.
Dirige tu vista donde quieres ir
- Tu mente controla tu cuerpo, es por eso por lo que más de un ciclista de montaña se ha comido algún árbol del camino, al que ha dirigido su mirada de forma inevitable.
- El consejo es sencillo: apunta con tu vista al lugar del camino al que te quieras dirigir, si está trazando una curva cerrada fíjate ya en la salida.
- Evita mirar esa roca o ese árbol que están fuera de tu trayectoria porque hay posibilidades de que te dirijas hacia ellos sin saber ni cómo ni por qué, es un mecanismo psicológico curioso.
Más vale que sobre…
- No me considero principiante, pero esta clave me la tengo que aplicar personalmente porque en más de una ocasión me he quedado sin agua o no llevaba nada que echarme a la boca, por haber hecho una ruta mucho más larga de lo previsto…
- Mejor que una botellita en la bici, una mochila de hidratación, aunque luego sobre agua, un par de barritas, que no ocupan nada, una luz trasera y un pequeño faro de quita y pon, que nunca se sabe si vas a tener una avería o una caída y acabas sin luz en mitad del monte.
- Además siempre deberías llevar una cámara de repuesto aunque tus ruedas sean sin cámara, para poder arreglar en caso de urgencia, un kit de reparación de pinchazos, una mini bomba y una herramienta especial para las cadenas, el tronchacadenas… pero aprende antes a usarlo.
¡Todo el mundo arriba!
- Así de sencillo en esencia, salvo que estés pedaleando, deberías estar en pie sobre los pedales en tu bicicleta de montaña e incluso pedaleando, cuando tienes que imprimir la máxima fuerza o quieres esprintar, tienes que ponerte en pie también.
- La postura de pie hace que el equilibrio y el control sean más sencillos y que tu movilidad a la hora de desplazar los pesos sea máxima.
- No cometas el error de ponerte en pie y dejar un pie en el punto más alto y otro en el más bajo, no solo creas una distribución desequilibrada de la carga y del centro de gravedad, sino que además corres el riesgo de golpear con un pedal en cualquier obstáculo que sobresalga ligeramente del suelo y que probablemente no percibas.
- Lleva los pies en el mismo plano horizontal.
Anticipa tu frenada
- Parece un consejo muy tonto, de cajón, obvio, ¿verdad? Pues tengo a muchos amigos de los que montan muy bien en bici que se han hecho unas buenas “averías en la epidermis” y más adentro, por no respetarlo. Queremos ir rápido, muy rápido, que da mejores sensaciones que simplemente rápido y, claro, cuando menos frenemos más velozmente iremos.
- Salvo que conozcas al dedillo el recorrido por el que vas anticipar, la frenada respecto de las curvas o los obstáculos, te puede salvar de más de un revolcón.
- Frenar cuando el terreno todavía presenta cierto agarre o firmeza en lugar de tener que hacerlo sobre una curva, que la bicicleta se inclina y apoya menos superficie de rueda en el suelo, o sobre terrenos sueltos te va a permitir pasar la curva o el obstáculo más seguro y al final te permite ganar tiempo también.
La velocidad, esa buena amiga
- Tu instinto de supervivencia te dice que en las zonas de obstáculos pases despacito, así por lo menos si te caes no te haces tanto daño porque dejas antes de dar vueltas por el suelo; sin embargo, paradójicamente este instinto puede ser el que haga que no progreses y que te caigas.
- Cuando vas por un sitio con cierta complicación la inercia y la velocidad son tus aliadas. Yendo muy despacio las ruedas llegarán hasta el fondo de cada bache y chocarán con todos y cada uno de los obstáculos que haya en tu trazada. Si eres capaz de mantener tu impulso podrás ‘sobrevolar’ estas irregularidades.
- A más velocidad mayor efecto giroscópico tienen tus ruedas, manteniendo la estabilidad y el equilibrio por pura física.
Con esto no te decimos que te lances a lo loco a una velocidad muy superior a la que puedas controlar cada vez que veas unos baches seguidos, pero sí que intentes mantener la inercia lo más posible en lugar de frenar en seco y pasar prácticamente parado.
Una prueba:
- Busca una escalera con poca inclinación y baja despacio, la bici traquetea y se balancea.
- Baja ahora mucho más rápido y tendrás la sensación de que los escalones han desaparecido y que has pasado por una rampa en lugar de por una zona de escalones.
En las curvas… ¡no metas la pata!
A los que lleváis cierto tiempo montando este consejo os va a sobrar pero a los que empiezan, puede que no tanto.
- Es básico y de una importancia enorme que en las curvas lleves el pie interior siempre arriba, no “metas la pata”, al revés, sácala.
- También puedes llevar el pie interior a mitad de recorrido de pedaleo, esto es, a la misma altura que el exterior, pero nunca jamás has de ponerlo abajo.
- Además de que corres el peligro de que golpee con el suelo y te caigas, la presión se debe hacer en lado exterior, el pie de fuera, para que la bicicleta gire con más seguridad y tenga más agarre y estabilidad.
Muévete constantemente
- No te decimos que lo hagas sin ton ni son, no es cuestión de ir bailando sobre la bici porque sí, pero sí que tienes que ir desplazando el peso continuamente hacia donde más falta haga en cada momento.
- Si en tu mountain bike adoptas la técnica estática ‘muñeco’, por mucho que tengas la postura ideal, en cuanto haya un cambio de inclinación del terreno, curvas, saltos… no será difícil que acabes dando con tus huesos en el suelo.
- Intenta ir suelto, no agarres el manillar como si tuvieras que impedir que se escapara, desplaza el peso atrás en las bajadas, adelante en las subidas, a los lados para pasar sobre obstáculos, aplana el torso en las curvas para bajar el centro de gravedad…
- Tu actitud tiene que ser muy dinámica sobre la bici de montaña. Además si vas rígido te vas a cansar antes por el exceso de tono muscular y te expones a sufrir contracturas.
Deshincha esas ruedas
- Con la presión de las cubiertas cometen fallos hasta muchos ciclistas ‘pros’, la mayoría de la gente que vemos por los caminos los lleva muy hinchados para no pinchar o no dañar las ruedas, pero esto hace que la bici se vuelva incomodísima, que recibas todas las vibraciones de los baches y que en zonas de rocas vayas rebotando de un lado a otro.
- Cuando tu neumático lleva la presión adecuada su forma se adapta a la del suelo y además de hacer que la conducción sea más cómoda ésta es mucho más segura porque hay más tracción y más agarre.
- Como referencia pon 1,6 bar en la rueda trasera y percibe qué sensaciones te da. Si pesas mucho o vas cargado ponle algo más, hasta 1,8 bar, y si por el contrario eres una persona ligera puedes bajar hasta 1,3 o 1,4 bar. Lleva en la rueda delantera 0,1 bar menos que en la trasera, ya que sobre la de atrás gravita más proporción del conjunto de peso bici-ciclista.
Sé lo más constante que puedas
- Este factor no siempre lo podemos controlar pero cuanto menos separes una salida en bici de la siguiente más rápido vas a mejorar de nivel, a integrarte con tu bicicleta, a controlarla y a sentirte cómodo y seguro encima de ella.
- No esperes de un fin de semana al siguiente para subirte a tu mountain bike, si tienes poco tiempo entre semana aprovecha para ir al trabajo con ella de vez en cuando o sal a dar una vuelta cuando acabes de trabajar, aunque solo tengas media hora.
- La constancia te va a permitir pasar de principiante a experto en muchísimo menos tiempo.
Automatízate
- No te imaginas lo que vas a mejorar con unos pedales automáticos, de los que enganchan tu zapatilla. Es uno de los saltos más grandes que puedes dar como ciclista debutante para acercarte al nivel de experto.
- No tengas miedo de probar, son intuitivos de usar siempre que te molestes en pasar algunos minutos antes de cada salida haciendo el gesto de enganchar y desenganchar para automatizarlo, nunca mejor dicho.
- La suelta consiste simplemente en desplazar el talón hacia fuera, repite y repite de manera que tu cerebro se lo grabe a fuego para que al parar no te quedes enganchado en la bici y te caigas de lado como un saco de patatas, algo que nos ha pasado a muchos en alguna ocasión… no tenemos vergüenza en admitirlo.
- Con los automáticos tendrás mucho más control en las zonas bacheadas ya que los pies se sujetan mejor y tu pedaleo será mucho más eficiente, pudiendo impulsar los pedales durante todo el círculo completo de la pedalada.
- En un momento, estarás a otro nivel a lo cual ayuda la zapatilla específica para los automáticos, con la suela más rígida, lo que hace el pedaleo más eficiente.
Con amigos es mucho mejor
- Intenta salir con gente que tenga un nivel algo superior al tuyo, es una de las mejores formas de progresar más rápido ya que te permitirá ver por dónde trazan las curvas, cómo mueven su peso, qué cadencia de pedaleo llevan, cómo usan el cambio de marchas, etc.
- Aprenderás en mucho menos tiempo, ganarás confianza en tus propias habilidades además de que disfrutarás de lo mejor del deporte en compañía: conocer personas nuevas, compartir, reírte y disfrutar.
¡A jugar!
- La bicicleta de montaña tiene muchas dimensiones, es un vehículo para desplazarte, es una herramienta para ponerte en forma, una forma de hacer turismo y también un juguete con el que divertirte y de paso mejorar tu técnica de conducción.
- De vez en cuando, saca tu lado juguetón y prueba nuevas cosas, soltarte de una mano, soltar un pie al lado de una compañero, intentar levantar las ruedas, tratar de derrapar sobre tierra, hacer juegos de persecución con la bici… ¡No tengas miedo!
