¿Qué opináis sobre los ‘baños de bosque’? Lo escuché por la radio y me llamó mucho la atención. ¿Tienen interés para un deportista?
Andrea Sanz
El término original es Shinrin Yoku, como se conoce en Japón a esta tendencia.
Allí hay cerca de 2 millones de personas que los realizan y en el resto del mundo cada vez se extienden más. Tienen interés tanto para la población general como para los deportistas y es que hay numerosos estudios científicos que demuestran cómo el contacto con la naturaleza disminuye la ansiedad, el estrés, el insomnio e incluso la diabetes y la obesidad, reforzando el sistema inmunitario. Salvo que vivas en el campo o tengas un parque muy cerca lo normal es que pases menos tiempo del recomendable en zonas verdes y más en interiores. Así de sencillo, los científicos concluyen que los humanos necesitamos exponernos a la naturaleza de forma regular para gozar de buena salud y de hecho se habla ya de “Trastorno por Déficit de la Naturaleza” (TDN) como causante de infinidad de problemas de salud física y mental.
Juanma Montero
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Tomamos este tema del consultorio para profundizar un poco más sobre su práctica y los beneficios que conlleva en la salud de las personas, en general y de los deportistas, en particular.
Hace ya algún tiempo que el término ‘baños de bosque’ se coló en las páginas de bienestar y tendencias de todos los medios de comunicación, convirtiéndose en una práctica que numerosos estudios han referenciado.
La teoría es tan sencilla como la práctica: dar paseos por el bosque mejora el estado de salud de quien los recorre. No se trata de ‘abrazar árboles’ ni bailar desnudos alrededor del fuego, sino sencillamente de transitar por ellos, una actividad al alcance de todos que está repleta de beneficios, físicos y psicológicos.
Los ‘baños de bosque’ o Shinrin Yoku, significa literalmente: ‘absorber la atmósfera del bosque’, concepto acuñado en los años ochenta cuando técnicos de la Agencia Forestal de Japón se marcaron dos objetivos:
- poner en valor los bosques del país (el 67% de su superficie).
- promover el contacto con la naturaleza en una población urbana que presentaba un elevadísimo nivel de estrés y ansiedad asociados al trabajo.
*En Japón es ya una práctica plenamente integrada: entre uno y dos millones de personas practican el Shinrin-Yoku según Yoshifumi Miyazaki, uno de los pioneros mundiales del estudio científico de los baños de bosque y autor del libro ‘Shinrin Yoku. Baños curativos del bosque’.
Qué es y qué no es
Es un paseo inmersivo por un bosque no transitado que se recorre de forma pausada con los cinco sentidos.
- No, no es un paseo ‘dominguero’ por la Carretera de les Aigües ni un picnic.
- Tampoco es imprescindible un bosque. Puede ser un espacio natural abierto.
El requisito: dejar de lado la prisa. No hay que recorrer una distancia determinada y tampoco realizar un determinado esfuerzo físico, como lo requiere el senderismo
Un baño de bosque puede llevarnos hasta cuatro horas para recorrer un kilómetro y medio.
- Es una excelente herramienta para desconectar de la rutina y los hábitos poco saludables asociados al sedentarismo.
- No es casual que se recorra en silencio, sin más estímulos que los que ofrece el bosque, aplicando todos los sentidos a los elementos naturales que encontramos por el camino.
- Su práctica fortalece el sistema inmunológico y reduce un buen número de ‘males’ urbanitas: las emociones negativas, los niveles de ansiedad y estrés, la tensión arterial y la incidencia de infartos.
Un estudio en cifras:
Son las conclusiones a las que llegó Miyazaki junto con su colega Juyoung Lee, ambos de la Chiba University (Japón), tras testar estos paseos calmados en 600 personas. Entre aquellos que realizaron baños de bosque, la hormona cortisol descendió en un 12,4 %, al igual que la presión sanguínea, que bajó una media de 1.4%. Además, entre los que practicaron el Shinrin-Yoku hubo un descenso en la media de infartos de un 5,8 %.
De regreso al bosque
El hecho de que el ser humano, tal y como señalaba Miyazaki, haya pasado el 99,9% de su evolución en ambientes naturales puede explicar también por qué fisiológicamente nos sentimos mejor cuando sincronizamos nuestros ritmos con la naturaleza. El bosque se convierte así en un elemento clave en la salud que, sin embargo, el ser humano está condenando a la desaparición. De ahí la necesidad urgente de cuidar y fomentar los espacios naturales que nos rodean, tal y como promueven cada vez más marcas comprometidas con la lucha del cambio climático.
El baño de bosque cataliza una máxima: lo que es bueno para la salud del ser humano lo es también para el planeta, como ponen en valor desde Zurich Seguros. Pero, precisamente, es la actividad humana la responsable de la deforestación o la pérdida de bosques y selvas que se lleva por delante 10 millones de hectáreas cada año según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Y si peligra el bosque, peligramos todos.
La actividad humana la responsable de la deforestación que se lleva por delante 10 millones de hectáreas cada año según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).