El conocido como test de Cooper es una prueba de resistencia que consiste en recorrer la máxima distancia posible en un terreno llano durante doce minutos. Como su nombre indica, fue ideado en 1968 por Kenneth H.Cooper, un doctor y militar estadounidense que vio en este método una excelente forma de medir el rendimiento aeróbico de las fuerzas armadas norteamericanas.
Su éxito fue tal que a día de hoy muchas instituciones públicas lo utilizan en aquellas personas que quieren ingresar en el cuerpo de policía, en el ejército o en el cuerpo de bomberos. También hay empresas deportivas que lo ven como una excelente forma de conocer mejor el estado de sus atletas. en general.
A la hora de realizar esta prueba, hay que tener en cuenta que existen una serie de valores que varían según la edad y el sexo de la persona. A partir de los resultados obtenidos, se consigue una valoración que va de muy mala, mala, regular, buena a muy buena.
Aspectos a tener en cuenta con el test de Cooper
Ahora que ya has conocido en qué consiste y para qué sirve el test de Cooper, es importante que tengas en cuenta los siguientes aspectos:
• No es un entrenamiento al uso. Esta prueba tiene el objetivo de conocer la condición física de una persona en un momento concreto. Por ello, nunca debe utilizarse a la hora de entrenar. Para eso, existen ejercicios más específicos y que debes consultar siempre a tu entrenador personal o monitor de sala en un gimnasio.
• Para obtener los mejores resultados, hay que esforzarse al máximo. El test de Cooper carece de sentido si durante los doce minutos que dura la prueba solo se está corriendo a “medio gas". Es importante realizarlo con el máximo esfuerzo posible para conseguir un resultado lo más fidedigno posible.
• No debe utilizarse para perder peso. A pesar de que el test de Cooper es un ejercicio aérobico que activa toda la musculatura y que supone, en definitiva, un gran agotamiento, tampoco debe utilizarse para perder peso. Si quieres deshacerte de esos kilos de más, debes llevar una dieta sana y equilibrada bajo la supervisión de un nutricionista.
Por último, es importante señalar que no debes realizar el test de Cooper si sufres de alguna lesión ósea o muscular. Si quieres conocer tu rendimiento físico, te recomendamos que no lo hagas por tu cuenta y te pongas antes en las manos de un especialista.