Partiendo de la certeza de que cada deportista tiene sus propios tempos de recuperación y cada uno asimila de diferente manera las cargas de entrenamiento, así como que cada persona tiene su realidad personal y los trabajos demandan diferentes exigencias físicas y cargas de responsabilidad, elementos que influyen altamente en el rendimiento físico, una de las primeras normas se basa en la gran dificultad de saber encontrar el equilibrio entre estos tres elementos clave: entrenar, competir y descansar.
Es indudable que no será lo mismo empalmar competiciones de diez kilómetros un fin de semana tras otro, que maratones o ultras. Aún así, respetar las recuperaciones y poder sumar semanas de entrenamiento sin dorsales es básico. Tengo el privilegio de entrenar con atletas de pista, cross y ruta de alto nivel y cuando les explico que los corredores de montaña podemos llegar a hacer diez maratones o cinco o seis ultras en un año se llevan las manos a la cabeza. Nos tratan de completamente chiflados y, sinceramente, no me extraña.
Hay dos razones para las cuales respetar este equilibrio: el rendimiento deportivo y la salud presente y futura.
Hablando de rendimiento es imprescindible planificar la temporada con objetivos principales y secundarios, para llegar a las citas importantes con la preparación adecuada y la agilidad suficiente para alcanzar nuestras metas. Si me inflo a competiciones, con alta probabilidad, tengo dos salidas: la primera es perder la frescura y no poder competir al nivel por el que he estado entrenando y, la segunda, las lesiones por estrés o sobrecarga, aquellas que llegan sin llamar a la puerta y no hay forma de hacerlas marchar.
Para aquellos corredores que no buscan rendimiento y su objetivo principal es gozar del deporte que les chifla me pueden decir, con argumentos muy lícitos y comprensibles: “A mi me da igual si termino un poco antes o después o si mis piernas están más cargadas, yo busco conocer lugares nuevos, gente nueva y practicar la actividad que me evade del ritmo diario". Y yo les planteo: “¿Quieres seguir corriendo durante muchos años? ¿Quieres conservar tus articulaciones, tu espalda y tu biorritmo?" Si la respuesta es afirmativa, organízate, pide consejo y estabiliza los kilómetros de entrenamiento, aquellos que haces con un dorsal en el pecho y las horas de descanso y recuperación.
Pero lo comprendo perfectamente, nos llega tal cantidad de información con carreras chulas y lugares nuevos donde competir, que es muy difícil frenarse. Yo que soy bastante cuadriculada en este sentido, se me conoce por escoger minuciosamente mis competiciones y me cuesta salirme del guión marcado a principio de temporada, a menudo tengo lapsos y me animo con alguna competición que no tocaría. Pero sé que pasarme de carreras me desestabiliza a nivel psicológico y físico, que no me recupero, aunque no sea consciente de ello, y siempre acaba llegando un punto de la temporada que dejo de competir como a mi me gusta. He necesitado años para comprenderlo y me he equivocado un montón de veces.