Protege tu tiroides con una alimentación adecuada

Una dieta completa con los nutrientes esenciales que cuidan y protejan esta importante glándula. Te contamos todos los detalles sobre la tiroides, sus funciones y patologías.

Redacción Sport Life

Protege tu tiroides con una alimentación adecuada
Protege tu tiroides con una alimentación adecuada

La tiroides es una glándula en forma de mariposa que se encuentra en la parte frontal del cuello. En esta glándula se sintetizan importantes hormonas que tienen receptores en prácticamente todas las células del organismo, por esto, las hormonas tiroideas no solamente controlan el metabolismo, sino que cumplen con muchísimas otras funciones.

Actualmente, 1 de cada 10 personas sufre algún trastorno de la tiroides, siendo el hipotiroidismo la principal afección. Lo interesante es que se puede promover su buen funcionamiento a través de la dieta, favoreciendo los alimentos buenos para la tiroides y reduciendo o evitando los alimentos perjudiciales.

Aquí te contaremos cómo mejorar la dieta para el hipotiroidismo y te daremos un menú semanal de ejemplo para que puedas seguirlo y adaptarlo.

TIROIDES: SÍNTOMAS DE QUE ALGO NO VA BIEN

El problema de tiroides más común es el hipotiroidismo, en el que la tiroides no produce suficientes hormonas. En las primeras etapas, esta enfermedad puede pasar desapercibida.

Síntomas

Los síntomas del hipotiroidismo pueden ser tan dispares como:

  • piel seca
  • cansancio
  • debilidad muscular
  • caída del cabello
  • baja libido
  • sensación de neblina mental
  • depresión
  • intolerancia al frío
  • facilidad para ganar peso

Causas

El hipotiroidismo puede ser causado por deficiencias nutricionales o un trastorno autoinmune. En este caso hablamos de la enfermedad de Hashimoto. Existe una predisposición genética para desarrollar enfermedades autoinmunes, que pueden ser favorecidas por varios factores, como estrés crónico, deficiencia de vitamina D, infecciones víricas o por hongos, permeabilidad intestinal, intolerancia al gluten o exposición a metales pesados y otros contaminantes.

*El exceso de producción de hormonas tiroideas es menos frecuente. Las personas con hipertiroidismo pierden peso, sufren taquicardias, sudoración inusual e inflamación en el cuello, entre otros síntomas.

Alimentación básica para el hipotiroidismo

Sin gluten, refinados, lácteos, azúcar ni aditivos

Si se ha diagnosticado un hipotiroidismo subclínico es recomendable retirar los productos elaborados con trigo y otros cereales con gluten, sobre todo los que se hacen con harinas refinadas, las grasas hidrogenadas, los lácteos, el azúcar, los edulcorantes, el alcohol y los ultraprocesados.

Sin tóxicos

Hay que priorizar una alimentación basada en alimentos ecológicos para evitar tóxicos, y seguir una dieta antiinflamatoria rica en verduras, hortalizas y frutas de bajo índice glucémico.

Proteínas 

Para funcionar bien, la tiroides necesita una cantidad suficiente de aminoácidos. En la dieta vegetal se consiguen de las legumbres, los cereales integrales, los frutos secos y las semillas.

Es especialmente importante, obtener una dosis suficiente de tirosina, un aminoácido que se encuentra en las almendras y en las semillas de calabaza y de sésamo, por ejemplo.

Ojo con la soja

En el tratamiento nutricional del hipotiroidismo y la enfermedad de Hashimoto se recomienda abstenerse de tomar soja, ya que dificulta la absorción de yodo, la síntesis de hormona tiroidea y su acción en el organismo. Se puede consumir de forma ocasional miso y tamari, alimentos fermentados que no interfieren con el yodo.

Coles y otras crucíferas, mejor cocinadas

Las crucíferas (col, brócoli, coles de Bruselas, repollo, coliflor) crudas contienen isotiocianatos muy beneficiosos por su efecto anticancerígeno y desintoxicante, pero reducen la absorción del yodo por parte de la tiroides.

Si se ha diagnosticado un déficit de yodo, se recomienda no consumirlas crudas. Si se cocinan entre 15 y 20 minutos, se pueden consumir un par de días a la semana. La rúcula, los nabos o los grelos también son crucíferas y se acostumbran a comer crudos, pero conviene no comerlos si se sufre hipotiroidismo.

Complementos nutricionales para la tiroides

Algunos nutrientes, obtenidos a través de los alimentos o en forma de suplemento, son esenciales para el cuidado de la glándula tiroidea.

1/ Yodo

El yodo es necesario para producir las dos principales hormonas tiroideas: la tiroxina (T-4) y triyodotironina (T-3).

En la dieta vegetal, el yodo se encuentra en la sal marina y en las algas. Estas hay que consumirlas con mucha moderación: no más de 3-5 g de algas ocasionalmente. En caso de seguir un tratamiento médico con hormona tiroidea, las algas están completamente contraindicadas.

2/ Selenio

Es necesario para transformar la T-4 en T-3, que es la forma activa, y de hecho, las alteraciones de tiroides son uno de los síntomas más comunes de déficit de selenio. El alimento más rico en selenio es la nuez de Brasil: una sola nuez de Brasil aporta 100 mcg, el doble de la cantidad que se necesita al día. Otros alimentos que aportan algo de selenio son las setas shiitake, las judías secas, las semillas de chía, lino o sésamo y el arroz integral.

3/ Suplementos nutricionales

El tratamiento dietético se puede completar con un complemento multivitamínico diario de calidad que incluya vitaminas D3 (2.000 UI), E (200-400 UI) y zinc (20-30 mg), entre otros nutrientes, pues son muchos los que participan en la función tiroidea.

Hábitos para prevenir el hipotiroidismo

Conviene detectar cuanto antes la existencia de un hipotiroidismo subclínico (con síntomas leves o sin ellos) que pueda tratarse mediante la dieta.

Los niveles de TSH (hormona estimulante del tiroides) en sangre entre 4 y 10 mU/litro son indicadores de la necesidad de cuidados.

Algunos hábitos ayudan a prevenir los problemas de tiroides y mejorar la función tiroidea:

  • Exponerse un poco al frío: una de las funciones de la tiroides es mantener la temperatura corporal. Para activarla, conviene exponerse a pequeñas dosis de frío, como terminar la ducha con un chorro de agua fresca.
  • Dos comidas: con dos o tres ingestas al día con alta densidad nutricional compuestas por alimentos de calidad, frescos y sin procesar. El exceso de ingestas favorece la respuesta inflamatoria y autoinmune.
  • Ejercicio: incorporar de forma progresiva la actividad física en las rutinas diarias. El ejercicio en ayunas que incluye esfuerzo muscular es recomendable para que la tiroides empiece a movilizar la energía.
  • Plantas medicinales: el estrés afecta al funcionamiento de la tiroides. Además de relajarse se pueden tomar plantas adaptógenas como la ashwagandha, capaz de aumentar las hormonas tiroideas T-3 y T-4. En cambio, conviene evitar la melisa, la verbena y la menta de lobo.
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