La ciencia revaloriza la lactosa

Después de años de demonizar la lactosa de la leche, la ciencia la revaloriza por sus propiedades saludables como prebiótico y fuente de energía natural.

La ciencia revaloriza la lactosa, el azúcar de la leche
La ciencia revaloriza la lactosa, el azúcar de la leche
La ciencia revaloriza la lactosa: nueva evidencia destaca su potencial prebiótico e inmunológico

 

Un estudio internacional publicado en Critical Reviews in Food Science and Nutrition revela el potencial de la lactosa como modulador metabólico y prebiótico

Tradicionalmente se ha asociado la lactosa a problemas de intolerancia digestiva, pero una revisión internacional publicada en Critical Reviews in Food Science and Nutrition ha dado una visión más completa y actualizada de sus funciones en el organismo.

El estudio, titulado “Alternative biological functions of lactose: a narrative review”, ha sido liderado por el Dr. Augusto Anguita-Ruiz del CIBEROBN (Physiopathology of Obesity and Nutrition), Instituto de Salud Carlos III, Madrid, Spain, y un grupo de expertos internacionales en nutrición, y analiza los efectos de la lactosa como agente modulador del metabolismo, la microbiota intestinal, la saciedad y la absorción de nutrientes clave.

Más allá de ser una fuente de energía, la lactosa presenta un perfil funcional que la vincula con beneficios como la mejora del ambiente intestinal, el fortalecimiento del sistema inmunitario, el control del apetito y el posible apoyo al rendimiento físico en personas activas.

 

Una nueva mirada al microbioma y al sistema inmune

 

Uno de los aspectos más innovadores del estudio es el análisis del papel potencial de la lactosa como prebiótico. La parte no digerida de la lactosa puede ser aprovechada por bacterias beneficiosas del intestino, como las bifidobacterias, promoviendo un entorno intestinal saludable.

Esta fermentación genera metabolitos —como ácidos grasos de cadena corta— que contribuyen al equilibrio del microbioma y a funciones clave del sistema inmunitario.

La revisión destaca también que la lactosa, junto a los oligosacáridos presentes en la leche materna, podría jugar un papel relevante en la protección frente a infecciones en etapas tempranas de la vida, gracias a su capacidad para estimular defensas naturales.

 

Rendimiento físico, saciedad y salud ósea

 

El trabajo recoge también evidencias sobre el papel de la lactosa como fuente de energía eficiente para el ejercicio físico, con un perfil de oxidación comparable al de otros carbohidratos habituales. En el ámbito metabólico, se analiza su efecto saciante, vinculado a su bajo índice glucémico y a su capacidad para modular la hormona grelina.

Asimismo, aunque los efectos sobre la absorción de calcio en adultos siguen siendo objeto de debate, el estudio subraya el papel de la lactosa en la mejora de la biodisponibilidad de este mineral en edades tempranas, así como su posible influencia positiva en la salud ósea cuando se acompaña de una ingesta adecuada de lácteos.

Consumo desigual y oportunidades globales

El estudio incluye una de las revisiones más completas hasta la fecha sobre los patrones de consumo de lácteos y lactosa a escala global, cruzando datos de disponibilidad alimentaria con la prevalencia genética de persistencia y no persistencia de lactasa—el enzima clave para la digestión de la lactosa.

Mientras que en regiones como Europa del Norte o Australasia más del 90% de la población puede digerir la lactosa sin dificultades, en muchas zonas de Asia, África o América del Sur esta capacidad está genéticamente limitada, con tasas de no persistencia superiores al 70%.

A esta diversidad genética se suman factores socioculturales, económicos y de acceso que influyen notablemente en los hábitos de consumo. Por ejemplo, en países de renta alta, como Canadá o Australia, el consumo de lácteos es elevado pero decreciente, mientras que, en regiones de rápido crecimiento demográfico, como Asia o África, se espera un aumento sostenido, aunque partiendo de niveles per cápita bajos.

Los autores señalan que esta combinación de factores crea un panorama muy desigual, donde millones de personas —incluso con capacidad digestiva adecuada— podrían no estar beneficiándose del potencial funcional de la lactosa.

Asimismo, destacan el crecimiento del mercado de productos lácteos adaptados (bajos en lactosa o sin lactosa) como una oportunidad para acercar estos beneficios a personas con sensibilidad digestiva.

La conclusión de la revisión es clara: fomentar un consumo moderado, personalizado y culturalmente adaptado de lactosa —especialmente en formas fácilmente digeribles— podría contribuir significativamente a mejorar la salud digestiva, metabólica y nutricional de poblaciones muy diversas, ayudando a combatir deficiencias de calcio, disbiosis intestinal y desórdenes relacionados con la saciedad o el apetito.

Fuente bibliográfica:

Anguita-Ruiz A, Vatanparast H, Walsh C, Barbara G, Natoli S, Eisenhauer B, Ramirez-Mayans J, Anderson GH, Guerville M, Ligneul A, Gil A. “Alternative biological functions of lactose: a narrative review”. Crit Rev Food Sci Nutr. 2025 Feb 27:1-14. doi: 10.1080/10408398.2025.2470394. Epub ahead of print. PMID: 40013417.

Información facilitada por el Instituto Puleva de Nutrición (IPN)

 

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