No tengo dudas de que lo importante es correr, independientemente de si lo haces en una cinta, en la ciudad o corres por el monte. En mi opinión no hay comparación posible entre correr sobre una cinta y hacerlo al aire libre. Pero entiendo que haya deportistas a los que les resulte más cómodo correr en una cinta y en un entorno controlado, con aire acondicionado en verano o calefacción en invierno, aunque esto no es más saludable.
Correr al aire libre también tiene algún que otro inconveniente, como hacerlo con climatología adversa y la seguridad del runner de noche y en entornos urbanos.
Pero por otro lado, correr al aire libre, aunque sea en ciudad, permite disfrutar de una sensación de libertad que es incomparable a la que se obtiene al correr en una cinta, en el mismo sitio. Las sensaciones todavía son más gratificantes si puedes correr por un parque o en un entorno natural.
Soy consciente de que unas veces bien sea por la comodidad, por su facilidad de uso y en especial con tiempo adverso, las cintas para correr gocen de mucha aceptación y sean utilizadas por un gran número de deportistas en los gimnasios. Bien sea para realizar ejercicio físico de tipo aeróbico o para activar el sistema cardiovascular, respiratorio y muscular antes de realizar un entrenamiento de fuerza.
Analizando diferentes estudios* acerca del movimiento que se realiza corriendo sobre un tapiz en comparación con el realizado en desplazamiento real, no se observan grandes diferencias, excepto que sobre la cinta se requiere un menor esfuerzo muscular y un particular control del equilibrio.
Y como en todas las opciones, hay “pros y contras":
- sobre la cinta se constatan ventajas que pueden ser aprovechadas en beneficio de l@s usuari@s. Una de ellas es que la cinta amortigua y devuelve más energía en comparación con correr sobre asfalto, pudiendo percibir los usuarios de la cinta que en cada zancada sus pies, rodillas y caderas reciben un menor impacto.
- También facilita el desplazamiento del pie hacia atrás por el deslizamiento de la cinta, lo que hace que se necesite menos esfuerzo muscular para impulsar el cuerpo. Si bien este argumento de cierta facilitación de la carrera en la cinta se puede solventar aumentando en algún grado el % de pendiente, en términos generales se requiere una menor fuerza propulsiva a la hora de correr.
- Por otro lado, la ausencia del viento dificulta la pérdida calórica por el mecanismo de convección, siendo más costoso para el organismo disipar el calor generado durante el esfuerzo, lo que aumenta considerablemente la tasa de sudoración y por ello la hidratación posterior debe ser mayor, aspecto a tener en cuenta después de correr sobre una cinta.
Algunas curiosidades biomecánicas son que en la mayoría de los estudios se confirma que correr sobre un tapiz favorece una mayor frecuencia de zancada y que al no haber desplazamiento el tórax permanece más erguido. También se refiere con frecuencia una disminución de la flexión del tobillo pero en estas y otras diferencias articulares hay una gran variabilidad entre sujetos algo que confirma estudios como el de Riley et al. (2008) que encontraron disminución de la longitud de la zancada en sólo la mitad de los usuarios.
Los resultados sugieren que hay personas que su patrón motriz apenas experimenta variaciones y se sienten cómodos corriendo sobre la cinta y otros que su biomecánica sufre mayores alteraciones lo que les impide correr con “buenas sensaciones", e incluso les puede producir sobrecargas.
Por ejemplo, es el caso de lo que algunos estudios constatan, molestias de la musculatura del compartimento anterior de la tibia, lo que los aficionados al running en USA denominan “shin splints" o inflamación del periostio tibial. Esta lesión se explica por la necesidad de tener que elevar más la punta del pie al llevarlo adelante para no chocar con la cinta. O cómo al correr en tapiz rodante disminuye el impacto de talón al acortarse la zancada pero a costa de un aumento de las presiones plantares lo que favorece la sobrecarga del medio pie, en especial de la fascia plantar, ver tesis doctoral de Escamilla Martinez (2011) sobre “Presiones plantares en corredores de fondo" (Universidad de Extremadura).
De nuevo la variabilidad individual nos hace reflexionar acerca de la necesidad de probar cada uno de nosotros que actividades le van bien y cuales no tanto, a la hora de mejorar su salud.
En mi opinión correr en cinta tiene ciertas ventajas sobre correr al aire libre pero nunca debe ser sustitutivo de ésta sino complementaria. Un menor impacto y un menor esfuerzo en comparación con correr al aire libre la sitúan en el aliado del corredor ocasional o en un buen recurso para las primeras semanas de todo plan de iniciación al running o para calentar o activarse antes del entrenamiento.
No todo son ventajas ya que correr solamente en cinta sería muy reduccionista desde el punto de vista motriz y sensorial, pudiendo fácilmente llevar al aburrimiento y a la larga a un reforzamiento de la musculatura flexora en detrimento del debilitamiento de la cadena cinética impulsora, algo fácilmente evitable con la combinación con la realización de sesiones de carrera al aire libre, más recomendables y saludables desde el punto de vista físico, psíquico y emocional.
*Comparison of Lower Extremity Kinematic Curves During Overground and Treadmill Running. Medicine & Science in Sports & Exercise, 2008. Rebecca E. Fellin, Kurt Manal, and Irene S. Davis