¿Está mi metabolismo dormido?

Para conocer tu estado metabólico tan solo necesitas una báscula.

Raúl Notario

¿Esta mi metabolismo dormido?
¿Esta mi metabolismo dormido?

Pésate justo antes de acostarte y anota la cantidad. A la mañana siguiente, nada más levantarte y hazlo de nuevo al despertarte (sin pasar por el wc). La diferencia entre ambas cifras delimitará tu ritmo metabólico.

A nivel científico y según la definición del diccionario, el metabolismo es el conjunto de los cambios químicos y biológicos que se producen continuamente en las células vivas de un organismo. Si nos centramos en el ámbito del deporte, la actividad física y la salud, probablemente utilices este término para hacer alusión a la mayor o menor capacidad del organismo para consumir calorías por el mero hecho de mantener las principales funciones vitales.

De esta manera, se dice que una persona tiene el metabolismo rápido o activo cuando de forma natural mantiene siempre una buena figura y a pesar de algún que otro “capricho" no sume kg a la báscula y se dice que tenemos el metabolismo lento cuando ante un mínimo cambio en la dieta o en las costumbres sufrimos un aumento de peso, a veces desproporcionado si atendemos a lo que supuestamente ocasiono dicho aumento.

Hay varios aspectos que influyen sobre nuestro metabolismo.

 

La edad

A partir de los 40 nuestro metabolismo se ralentiza y por lo tanto consume menos calorías. Por lo tanto debemos tener en cuenta esto para amoldar nuestra ingesta calórica diaria.

¿Esta mi metabolismo dormido?

¿Esta mi metabolismo dormido?

Debemos optar por comer más proteína de origen vegetal y pescados no grasos. Los frutos secos serán tu aliado perfecto para el tentempié y las bebidas alcohólicas debemos reducirlas a una copita de vino y una cerveza al día. Las bebidas espirituosas mejor aparcarlas para momentos muy especiales, ya que solo aportan calorías y algún que otro dolor de cabeza si nos pasamos de la raya. Por cierto, no se asimila igual el alcohol a los 30 que a los 40,50... Una noche de fiesta puede suponer 3 o 4 días arrastrando las consecuencias.

El trabajo de fuerza

Desde los 20 a los 30 años, los niveles de fuerza se mantienen al máximo de nuestra capacidad. A partir de esta edad, la fuerza va sufriendo un descenso paulatino, que solo puede frenarse y evitarse con trabajos físicos y adecuados, es decir, si no quieres terminar teniendo que llamar al cachas de al lado para que te abra el bote de conservas, ponte las pilas y acude de forma regular al gimnasio.

No hace falta que te machaques, con seguir un plan de acondicionamiento físico general, será suficiente para luchar contra esa pérdida de fuerza de la que hablamos. Si no realizas entrenamiento de fuerza, ya sea con cargas externas o con el propio peso, probablemente tu metabolismo se irá ralentizando poco a poco y las consecuencias son evidentes. A menor consumo calórico más facilidad de almacenar las kcal sobrantes en forma de grasa.

Actividad durante el día

En una sociedad marcada por el sedentarismo y las comodidades de la tecnología, en la que regalamos a nuestros pequeños (y mayores) monopatines con motor, recoge pelotas para no agacharnos cuando jugamos al tenis, videoconsolas, etc, hay una creencia generalizada acerca de la predisposición genética de una persona a ser obesa pero la ciencia nos dice que el peso genético no es tan relevante y por lo tanto son los hábitos y costumbres diarios los que marcan la diferencia.

¿Esta mi metabolismo dormido?

¿Esta mi metabolismo dormido?

El sedentarismo está asociado con un gran número de aspectos negativos para nuestra salud. Obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, etc. Otro de esos aspectos o más bien, uno derivado de todo ello, es la ralentización de tu ritmo metabólico.

Si no demandas energía a tu sala de máquinas interna y además empleas carbón de más, (comida y ejercicio, respectivamente) el excedente será abundante y tu gasto energético derivado de mantener las funciones vitales disminuirá, esto también se debe en gran medida al menor porcentaje de tejido muscular y al aumento del tejido adiposo.

Tipos de tejido

El tejido muscular es un tejido vivo que requiere y consume energía de forma constante, sin embargo, el tejido adiposo no lo hace. Si dejas de realizar actividad física tu tejido muscular disminuirá en porcentaje, favoreciendo la aparición de un mayor porcentaje de tejido adiposo, lo que incentiva un menor ritmo metabólico general.

¿Cómo puedo saber la velocidad a la que funciona mi metabolismo?

Para conocer tu estado metabólico tan solo necesitas una báscula. Pésate justo antes de acostarte y anota la cantidad. A la mañana siguiente, nada más levantarte (sin pasar por el retrete) vuelve a pesarte. Recoge las dos cifras y resta tu peso de la noche anterior al peso de la mañana.

¿Esta mi metabolismo dormido?

¿Esta mi metabolismo dormido?

Por ejemplo, si por la noche pesabas 80,6 y por la mañana 80, supone una diferencia de 600g. Este dato querría decir que tu metabolismo es bastante aceptable y se encuentra con un nivel de activación considerable.

Si la diferencia es inferior a 300-400g deberíamos comenzar a plantearnos un cambio de estilo de vida, incluyendo varios días de actividad física a la semana. Si la pérdida de peso ronda los 500-600g tu ritmo metabólico es bastante aceptable, aunque se puede mejorar incluyendo trabajos de fuerza o alta intensidad en el gimnasio. Por último, si la pérdida ronda el kilo de peso puedes darte por satisfecho, ya que, tu ritmo basal es acelerado y por lo tanto te resultará más fácil evitar el aumento de peso y la acumulación de tejido adiposo en tu organismo.

 

El entrenamiento quemagrasas con Isabel Del Barrio

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