- Una luxación articular consiste en la separación de dos huesos dentro de una articulación, quedando en general los huesos enganchados de forma distinta a la normal y produciendo dolor e imposibilidad de mover dicha articulación.
- En la mayoría de los casos las luxaciones tienen un origen traumático, por una carga sobre la articulación (un golpe, una caída…) que los ligamentos o la cápsula articular que los une no son capaces de soportar, produciéndose una dislocación de los huesos que la forman.
- Otro tipo de luxaciones más complejas son las luxaciones congénitas, es decir, desde el nacimiento, y que están producidas por una mala posición del feto en el útero o una mala maniobra en el canal del parto o por los esfuerzos del propio parto.
Sin ninguna duda, los deportistas somos la población más expuesta a padecer luxaciones articulares, por los traumatismos que pueden producirse durante las competiciones o entrenamientos, sobre todo si se añade la velocidad, que agrava y multiplica de forma exponencial las cargas sobre las articulaciones. En ese sentido, son más graves los traumatismos de alta energía, en los que se multiplica la velocidad por la carga.
- Las luxaciones más frecuentes se producen en los dedos de la mano, en el hombro (por el gran brazo de palanca que presenta) y en el codo.
- Mucho más graves y complejas son las de cadera, tobillo y pie.
Debemos acudir al médico si notamos cualquier articulación deformada, por ejemplo un dedo, que no se puede colocar en su posición. Es muy doloroso. Otro signo clave es la impotencia funcional, es decir, la imposibilidad de mover esa articulación, que suele quedar enclavada en una posición rara y poco natural.
Una buena técnica deportiva, utilizar el material adecuado (por ejemplo, rodilleras y coderas en el fútbol americano) y mantenerse concentrado en lo que estamos haciendo siempre ayuda, no obstante, las luxaciones articulares son muy difíciles de prevenir. Nos puede ocurrir incluso en nuestra propia casa, simplemente dándole una patada a una mesa con el pie descalzo. La mejor protección es la prudencia y el entrenamiento deportivo correcto.
¿Qué debemos hacer si se produce una luxación articular?
Las luxaciones articulares suelen ir asociadas a un intenso dolor. Si sospechas que se ha producido, no trates de manipular la articulación (podrías aumentar el daño).
- Lo primero es inmovilizar el miembro afectado con lo que tengamos a mano, para reducir el dolor y acudir lo más pronto posible a un centro de urgencias que cuente con traumatólogo de guardia y equipo de rayos x para poder diagnosticarlo.
- El tratamiento consiste en colocar los huesos en la posición en que deberían de estar. Esto puede hacerse con anestesia local o regional. En ocasiones puede requerir el uso de la anestesia general.
- La mayoría de las luxaciones solo requerirán de reducción e inmovilización, pero algunas de ellas, por su gravedad o complejidad, precisarán de cirugía abierta e incluso de fijación provisional del miembro afectado.
- Es urgente reducir las luxaciones lo antes posible para evitar daño articular. A veces, si transcurren muchos días, resulta imposible reducir las luxaciones, incluso con anestesia, y hay que recurrir a la cirugía abierta.
- Las luxaciones articulares más graves de todas pueden requerir la reconstrucción de los ligamentos y la cápsula articular que une los huesos que forman la articulación.
*El Dr. Barandiarán, traumatólogo especialista en cirugía ortopédica y traumatología. Director de la consulta privada Cirugía Ortopédica y Traumatología, Cirugía del Pie de Madrid. Miembro de TopDoctors.es