El sorprendente caso del hombre que estuvo más de un año sin comer

Su ayuno estuvo médicamente supervisado en todo momento, duró 382 días, empezó pesando 207 kg y nunca más recuperó el peso perdido, una vez éste se volvió estable.

Este era el aspecto de Angus Barbieri antes de empezar el ayuno más largo de la historia
Este era el aspecto de Angus Barbieri antes de empezar el ayuno más largo de la historia

La verdad, hemos tenido que recurrir al informe científico para creérnoslo, del que os ponemos el enlace al final, pero sí, es un caso real, con un Récord Guinness por el periodo de ayuno más largo jamás registrado. El protagonista es el escocés Angus Barbieri que un buen día de junio de 1964 simplemente dejó de comer. La propuesta fue de sus médicos, que ante su problema de obesidad mórbida con 207 kg le invitaron a probar una semana de ayuno estrictamente controlado. Angus se encontró tan bien después de esa primera semana que decidió prolongar la prueba, hasta el máximo recomendado en aquella época de 40 días. En su ayuno no había sólido alguno, ni siquiera frutas, tomaba solo agua, café, té y suplementos de vitaminas y minerales.

Sorprendidos por su evolución de pérdida de peso sin ningún marcador de salud que supusiera alarma alguna, sino todo lo contrario, el equipo médico decidió proponerle seguir con el ayuno más allá, con controles periódicos para revertirlo al menor síntoma de peligro. Las grandes reservas de grasa de Angus fueron el sustrato energético que conservaba sus constantes vitales. Os recordamos que la grasa contiene más del doble de energía que los hidratos de carbono. Angus llevaba una vida normal, con visitas constantes al hospital para sus controles rutinarios.

angus barbieri desayuno
La primera comida sólida de Angus tras el año largo de ayuno, con 125 kg de menos.

En julio de 1965 Angus volvió a comer de nuevo, un huevo cocido y una tostada de pan con mantequilla, habían pasado 382 días y su peso era de 81,5 kg. Varios años después se estabilizó en 89 kg, peso que mantuvo sin cambios hasta el día de su muerte por causas naturales, el 7 de septiembre de 1990. Tras su ayuno radical tuvo dos hijos y una vida plena, sin problema de salud alguno.

angus barbieri despues
Sí, aunque no lo parezca es el mismo hombre que un año antes superaba los 200 kg.
 

Es bien sabido que la práctica controlada del ayuno reporta numerosos beneficios para la salud, como el control de la glucosa en sangre y reducción de la resistencia a la insulina, reducción de los niveles de colesterol LDL, pérdida de grasa sin reducción significativa de la masa muscular (si se hace ejercicio), elevación de la producción de hormona del crecimiento y muchos otros, como nos cuenta Yolanda Vázquez Mazariego en su artículo ‘Beneficios del ayuno demostrados por la ciencia’.

En forma de resumen rápido, se registraron niveles de glucosa en sangre constantes de unos 30 mg/100 ml los últimos 8 meses del ayuno. Las respuestas a la glucosa y los test de tolerancia a la tolbutamida fueron normales todo el tiempo. La respuesta hiperglicémica al glucagón estaba reducida y finalmente desapareció pero rápidamente volvió a la normalidad en cuanto se inició la estrategia de nutrición con carbohidratos, finalizado el ayuno.

Tras una fase inicial de descenso de los niveles de potasio en plasma, que fueron corregidos con el aporte necesario, dichos niveles permanecieron estables sin necesidad de suplementación adicional. Se dio una hipercalcemia temporal en la fase final del ayuno.

Los niveles bajos de magnesio en plasma fueron una constante desde el primer mes hasta el final del periodo de ayuno. Tras pasar la barrera de los 100 días de ayuno se observó un incremento marcado y persistente en la excreción de cationes y fosfato inorgánico en la orina, que hasta ese momento había sido mínima. Este aumento podría deberse a la disolucion de un exceso de tejido blando y de masa esquelética. En resumen, el ayuno prolongado en este paciente no tuvo efectos médicos negativos.

Aquí puedes ver el informe del ‘National Center for Biotechnology Information’, con la explicación detallada del método seguido y la evolución de las constantes y marcadores de Angus durante ese año largo, publicado en el Postgraduate Medical Journal. 49, 203-209.

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