La miel es mucho más que un alimento que aporta dulzor a nuestras comidas, es un alimento en sí mismo. Vamos a empezar revisando los principales beneficios de la miel y porqué se convierte en una opción realmente interesante para los deportistas:
1. Fuente rápida de energía:
La miel contiene azúcares naturales, principalmente glucosa y fructosa, que el cuerpo puede absorber rápidamente. Esto la convierte en una fuente rápida de energía, lo que es útil antes, durante o después del ejercicio para mantener o recuperar los niveles de energía.
2. Rápida absorción y recuperación:
La glucosa en la miel se absorbe rápidamente, proporcionando un impulso inmediato de energía, mientras que la fructosa se absorbe más lentamente, ofreciendo una fuente de energía sostenida. Esto es ideal para la recuperación tras el ejercicio, cuando los niveles de glucógeno en los músculos deben reponerse.
3. Antioxidantes:
La miel contiene compuestos antioxidantes, como flavonoides y fenoles, que pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo causado por el ejercicio intenso. Esto protege las células musculares del daño que puede causar la fatiga y el esfuerzo prolongado.
4. Propiedades antiinflamatorias:
Algunos estudios sugieren que la miel tiene propiedades antiinflamatorias, lo que puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor muscular después de la actividad física intensa.
5. Hidratación:
Aunque la miel no es una fuente directa de líquidos, puede mezclarse fácilmente con agua para crear una bebida hidratante y energética. La combinación de agua, miel y sales minerales es una opción natural para mantener la hidratación durante el ejercicio.
6. Fuente natural de carbohidratos:
Los carbohidratos son esenciales para los deportistas, ya que son el principal combustible que utiliza el cuerpo durante el ejercicio. La miel es una opción natural y sin procesar en comparación con muchos suplementos deportivos comerciales, lo que la convierte en una alternativa más saludable.
7. Mejora la resistencia:
Consumir miel durante el ejercicio puede ayudar a mejorar la resistencia y el rendimiento, manteniendo los niveles de azúcar en sangre estables y evitando la fatiga prematura.
8. Fácil digestión:
A diferencia de algunas fuentes de energía más procesadas, la miel es fácilmente digerible, lo que la convierte en una opción adecuada antes o durante el ejercicio, ya que no suele causar malestar estomacal.
Además de todos estos maravillosos beneficios, existe una amplia gama y variedad de tipos de miel, dependiendo de las flores de las que proviene el néctar. Vamos a ver algunas de las más comunes y sus propiedades principales en función de la planta de origen:
1. Miel de acacia
- Sabor: Suave y delicado.
- Propiedades: Rica en fructosa, es fácil de digerir y regula el intestino.
2. Miel de eucalipto
- Sabor: Intenso y ligeramente amaderado.
- Propiedades: Eficaz para afecciones respiratorias (tos, bronquitis) y ayuda a la cicatrización.
3. Miel de manuka
- Sabor: Fuerte y terroso.
- Propiedades: Potente antimicrobiana, muy usada en heridas e infecciones.
4. Miel de romero
- Sabor: Dulce y aromático.
- Propiedades: Estimulante digestivo, útil para el hígado y la memoria.
5. Miel de azahar (flores de cítricos)
- Sabor: Suave y floral.
- Propiedades: Relajante, ideal para reducir el estrés y mejorar el sueño.
6. Miel de tomillo
- Sabor: Fuerte y especiado.
- Propiedades: Antiséptica, buena para infecciones respiratorias y digestivas.
7. Miel de castaño
- Sabor: Amargo y fuerte.
- Propiedades: Rica en minerales, antioxidante, mejora la circulación sanguínea.
8. Miel multifloral (mil flores)
- Sabor: Varía según las flores.
- Propiedades: Equilibrada, con beneficios para el sistema inmunológico y digestivo.
Cada tipo de miel ofrece beneficios únicos según su origen floral, pero todas son fuentes de energía natural y tienen propiedades antibacterianas y antioxidantes.
Un secreto:
No te prives del goce máximo que es degustar una buena cucharada de miel, así sin aderezo sin nada más, una cucharada bien colmada y para dentro. Será un excelente antibiótico natural y un preventivo para la estación otoñal en la que entramos.