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Desde hace unos años, de la mano de la Dra. Sari Arponen, con su libro ‘¡Es la microbiota, idiota!’ hemos descubierto la importancia de cuidar los microorganismos que habitan en nuestro cuerpo, no sólo en nuestro sistema digestivo, también en piel y mucosas.
Un pequeño ejército de bacterias, hongos, virus, etc., con el que podemos trabajar en armonía y disfrutar de sus beneficios, o descuidarlo y encontrarnos que muchos de nuestros problemas están ocasionados por una disbiosis, o un desequilibrio en la microbiota, desde gases, diarrea, estreñimiento a dolores de cabeza, candiadisis vaginales, alergias y hasta depresión.
La microbiota es una ciencia que avanza, y ahora disponemos de test de diagnóstico que con una pequeña muestra de heces nos indica qué está pasando en nuestro interior.
En el tema deportivo, la microbiota tiene mucho que decir, y no sólo es diferente la población de un judoka, un futbolista o un remero olímpico, si no que en una carrera de maratón, también difiere la del ganador a la del último. Mucho nos queda por aprender, pero lo que se va publicando, es muy revelador.
PROS:
- Conocer nuestra microbiota y alimentarnos de forma que podamos mejorar su equilibrio, puede ayudarnos en casos de problemas de salud digestiva, alergias e intolerancias y hasta equilibrar el colesterol.
- Lo principal es entender que son los alimentos los que ‘alimentan’ la microbiota, de la mano de los alimentos vegetales ricos en fibra prebiótica (que alimenta a la microbiota) y alimentos probióticos como los fermentados (con bacterias vivas que ayudan a repoblar).
- Además, están los suplementos de probióticos pero…
CONTRAS:
- El auge de los suplementos de probióticos ha creado un mercado muy lucrativo, y no debemos dejarnos llevar por las modas.
- Lo primero es acudir a un especialista que pueda hacer un buen test para conocer nuestro microbioma y diagnosticar si hay un problema, y después encontrar el suplemento de probióticos adecuado para solucionar el desequilibrio.
- No vale cualquier probiótico, hay tantos microorganismos circulando por nuestro interior, que todavía queda mucho por aprender para llegar a soluciones específicas para cada persona y problema.