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En una sociedad con un exceso de alimentación que nos ha llevado a los problemas de salud asociados al sobrepeso y obesidad, con un aumento de los casos de diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares y envejecimiento prematuro.
Curioso, cuanto mejor podemos alimentarnos, peor lo hacemos. Sin entrar en filosofía nutricional, el ayuno no es una dieta, pero es una estrategia nutricional que puede ayudarnos a mejorar nuestra salud, a reducir la ingesta calórica, a entrenar el apetito y la fuerza de voluntad, a dejar descanso al sistema digestivo entre comidas, y al milagro de la autofagia, el mecanismo por el que las células se autodestruyen cuando están dañadas o viejas, que se favorece en condiciones extremas como el ayuno, y que descubrió el biólogo japonés Yoshinori Oshumi y le valió el Nobel de Medicina en 2016.
En deportistas, el ayuno se ha popularizado a la hora de ‘entrenar en ayunas’ con el objetivo de favorecer la elección de grasas de reserva como fuente de energía durante el movimiento, y así ‘entrenar’ al metabolismo a obtener energía de las grasas, no sólo del glucógeno muscular o hepático que es la fuente habitual en entrenos cortos.
¿Funciona?
Pues veamos los pros y los contras.
PROS:
- Entrenar en ayunas puede ayudarte a ser más eficiente a la hora de quemar grasas, y el ayuno intermitente te da la famosa ‘flexibilidad metabólica’ en la que puedes obtener energía de varias fuentes según las necesidades y disponibilidad.
- Es una buena forma de entrenarte en entrenos suaves y cortos y te puede ayudar a perder peso en forma de grasa cuando controlas la ingesta calórica a lo largo del día.
- El ayuno de 12 horas debería ser el habitual en nuestra sociedad, cenando temprano para dejar al cuerpo tiempo para la digestión y el descanso nocturno.
- De ahí se puede pasar a ayunos de 16/8, 18/6, uno o dos días por semana, siempre que no se esté en una fase de entrenamiento intenso o competición.
- Y ayunos más prolongados de 24 o 48 horas, se podrían seguir una o dos veces al año, por motivos de salud, no por adelgazar.
CONTRAS:
- La mayoría de las veces estamos tan acostumbrados a comer cada 3 o 4 horas, que nos supone un gran sacrificio y fuerza de voluntad eliminar una cena o un desayuno para crear un periodo de ayuno eficiente.
- Si además llegamos a la hora de comer con mucha ansiedad y hambre, podemos llegar a ingerir más cantidad de calorías que repartiendo las comidas a lo largo del día.
- También hay que tener en cuenta que, si entrenamos fuerte, no tiene sentido hacer ayunos porque nuestras necesidades son mayores, e intentar conseguir todos los nutrientes necesarios en una o dos comidas al día, puede ser todo un reto, que nos fuerce a comer mucha cantidad y variedad en un corto periodo de tiempo, lo que dificulta la digestión o puede crear problemas de ansiedad o trastornos de la conducta alimentaria.
- Es importante contar con la ayuda de una persona especializada en ayuno que nos indique cómo hacerlo, y tener muy claro que el ayuno requiere voluntad, paciencia y mentalidad estoica.