- Entrenar mucho tiempo no es una excusa para comer sin control cualquier tipo de comida y en altas cantidades.
- Las bebidas y las barritas para deportistas también tienen calorías y no debes abusar de ellos.
- Céntrate en menos es más, más calidad menos cantidad, tanto a la hora de entrenar como de comer.
- Empieza a entrenar a tope, hasta que no puedas más, un HIIT bien hecho te dejará empapado de sudor, con la cara roja, sin energía ni para hablar o para llegar más allá de la ducha.
- Revisa los ingredientes de lo que comes, aunque te parezcan alimentos sanos como barritas energéticas o cereales para deportistas. Muchos de ellos tienen un alto contenido en azúcares, que no necesitas y que pueden ser los culpables de tu exceso de peso y de centímetros en la cintura.
-
Lleva tu cuerpo al máximo. Cuando llevas un tiempo haciendo HIIT, el cuerpo se acostumbra y ya no te resulta tan duro, y puedes caer en la tentación de mantener más tiempo el ejercicio y que ya no sea de alta intensidad. Cuando esto ocurra, vuelve a subir el nivel, calienta, entrena a tope de 3 a 7 intervalos de 30 segundos de duración, aumentando hasta llegar al 80% de tu capacidad máxima (o velocidad, o potencia), e intercala descansos de 30 segundos. Recupera después a ritmo suave durante 4 minutos.
Entrenamiento quemagrasa con Isa Del Barrio - Entrena en ayunas uno o dos días a la semana. No más o perderá sus beneficios metabólicos. Entrenar en ayunas a una hora temprana te ayudará a ser más eficiente para obtener energía de las grasas de reserva, al mismo tiempo que te ayuda a controlar el hambre, especialmente si comes por ansiedad.
- Descansa cuando toque, y no hagas nada. Cuando toca descanso, es descanso de verdad, tanto entre intervalos de alta intensidad, no sigas trotando si estás haciendo series cortas de velocidad... como cuando toca días de descanso, no vayas a Pilates o a nadar para hacer un descanso activo. El descanso es importante para recuperar energía y dejar a los músculos que se regeneren y sean más eficientes cuando vuelvas a entrenar. También tu mente necesita relajarse del estrés de la alta intensidad y el esfuerzo.
-
Adapta lo que comes a tu hambre real y a tus entrenamientos. Es sorprendente como un entreno tipo HIIT puede ajustar la sensación de hambre fisiológica. Si además entrenas en ayunas, puedes notar como tu cuerpo se va adaptando a las necesidades calóricas y unos días no tienes nada de hambre, y otros tienes ansiedad y quieres comer dulces, por ejemplo.
Cómo diferenciar el hambre real del emocional - Escucha a tu cuerpo y dale lo que necesita para cada entrenamiento, carbohidratos sanos cuando el entreno lo requiere, proteínas cuando el músculo está trabajando, agua cuando has de rehidratarte por exceso de sudor, o grasas cuando no hay energía suficiente... A veces te pedirá hacer ayunos o comer sólo frutas o zumos para hacer su détox natural. Y cuando te pide un capricho poco saludable, analiza lo que hay detrás, las ganas de comer patatas fritas pueden ser una carencia de sales minerales y las ganas de comer chocolate una pájara por falta de energía.
¿No cometes ninguno de estos errores y aun así te sobran kilos? Si es tu caso, debes acudir a la consulta de un especialista en endocrinología para descartar patologías. Es raro, pero a veces puede ocurrir que enfermedades como el hipotiroidismo o el síndrome metabólico, estén justo al límite de manifestarse, y apenas haya síntomas o no se detecten con las pruebas analíticas normales. Y sí, las buenas noticias son que gracias a tu buena alimentación y actividad física, no llegas a desarrollarlas, aunque te sobren algunos kilos que no sabes cómo adelgazar. El problema es que si te descuidas, te pasas un poco comiendo o no puedes entrenar por lesión, empiezan a aparecer síntomas y no está de más hacer controles con el especialista para descartar problemas endocrinos y si los hay, controlarlos y evitar complicaciones.