Beneficios de la práctica de yoga durante el cáncer

La práctica de yoga tiene muchos beneficios para la salud física y mental, también durante el tratamiento de cáncer

Yolanda Vázquez Mazariego

Beneficios de la práctica de yoga en tratamiento de cáncer
Beneficios de la práctica de yoga en tratamiento de cáncer

El yoga, es una práctica antigua que se originó en la India hace más de 3000 años, nos ayuda a conectar la mente y el cuerpo a través de la respiración, el movimiento y la meditación.

La práctica tiene muchos beneficios para la salud física y mental, desde aumentar la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio, hasta reducir los niveles de estrés y ansiedad, también durante el tratamiento de cáncer.

El cáncer te roba el aliento, el yoga te lo devuelve. (Tari Prinster)

Los pacientes con cáncer que practican yoga regularmente encuentran que su calidad de vida y las complicaciones de su estado emocional y físico mejoran, y pueden afrontar el diagnóstico y los tratamientos con más fortaleza física y mental.

El yoga tiene la capacidad de reducir el estrés psicológico causado por el propio diagnóstico, además de ayudar a controlar los síntomas físicos y los efectos secundarios del tratamiento.

Beneficios de practicar yoga durante el tratamiento contra el cáncer

 

1/ Reducción del estrés: El cáncer y su tratamiento pueden generar estrés, y este puede empeorar los efectos secundarios del tratamiento y puede ayudar a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, así como el miedo, llevando a una sensación de relajación con la meditación final.

2/ Mejora del estado físico: El tratamiento contra el cáncer puede causar fatiga, debilidad y disminución de la movilidad, y con la práctica se puede mejorar la función física y aumentar la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio.

3/ Alivio del dolor: El cáncer y su tratamiento pueden causar dolor. Algunos estudios sugieren que puede ayudar a aliviar el dolor, especialmente en pacientes con cáncer de mama.

4/ Mejora del sueño: El tratamiento contra el cáncer puede alterar los patrones de sueño, y el mal sueño puede empeorar otros síntomas, la relajación y la meditación pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño y promover un mejor descanso.

5/ Fortalecimiento del sistema inmunológico: El tratamiento contra el cáncer puede debilitar el sistema inmunológico, haciendo que las personas sean más propensas a las infecciones. La práctica puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, promoviendo la salud y el bienestar general.

6/ Fortalece los huesos, los músculos y el sistema cardiovascular:  Con los tratamientos para curar el cáncer se debilitan los tejidos celulares y hay riesgo de osteoporosis y alteraciones del ritmo cardiaco que con la práctica se pueden prevenir y mejorar.

7/ Ayuda a aumentar el empoderamiento y de bienestar: Con los tratamientos oncológicos, las personas se sienten tristes, perdidas y sin autoestima, una práctica regular de clases con otras personas con cáncer ayuda a evitarlo. 

8/ Mantiene la columna vertebral fuerte y mejora la postura: En yoga todo es trabajo de columna vertebral, y los pacientes pueden ver como mejora su postura y se reducen los dolores de espalda.

9/ Mejora la circulación linfática para fortalecer el sistema inmunológico, prevenir y controlar el linfedema: que es uno de las complicaciones de algunos tipos de tumores como el de mama, por extirpación de los ganglios linfáticos de la axila. Las posturas o asanas, ayudan a mejorar la movilidad de los brazos, además de que trabajan el sistema linfático de una forma suave y efectiva. 

10/ Alivia la fatiga relacionada con el tratamiento de cáncer: la quimioterapia y radioterapia producen un cansancio y agotamiento que puede mejorar con la práctica de una clase suave, yin o restaurativo.

 

Lo que dice la ciencia sobre los beneficios del yoga en tratamiento de cáncer

 

En 2006, se realizó un estudio sobre el yoga en el MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas, con 61 mujeres que estaban recibiendo 6 semanas de tratamiento de radiación para el cáncer de mama. La mitad de las mujeres lo practicaba dos veces por semana, mientras que el resto de las mujeres no hacían. (DOI: 10.1007/s00520-016-3556-9)

Las mujeres que practicaron yoga dijeron tener más energía, menos sueño, un mejor funcionamiento físico y una mejor calidad de vida en general. 

El yoga es una excelente opción porque es asequible, no invasivo y se puede adaptar según las necesidades del paciente.  También puede servir como transición a entrenamientos más intensos cuando se empieza a hacer ejercicio después del tratamiento. 

Como dijo otro participante del programa de Cancer Care , “No pude hacer ejercicio mientras estaba en tratamiento. El yoga es la manera perfecta para mí de volver a la actividad física”.

Importante:

Es importante tener en cuenta que las personas con cáncer deben consultar a su equipo de especialistas médicos antes de comenzar una práctica de yoga, y trabajar con profesores calificados que tengan experiencia trabajando con pacientes con cáncer. También es importante adaptar la práctica para acomodar cualquier limitación física o efecto secundario del tratamiento.

Las personas con cáncer deben ser conscientes de las limitaciones físicas que puedan tener para saber qué práctica les conviene. Si no se ha practicado antes, es preferible empezar en una clase específica para personas en tratamiento oncológico, en la que se puedan consultar las dudas y adaptar las posturas a cada situación.

Una vez que se ha aprendido, se puede hacer en la comodidad del hogar. Las técnicas y ejercicios de respiración se pueden realizar prácticamente en cualquier lugar. 

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