El snus no es una droga nueva pero en los últimos meses se ha puesto de moda. Se trata de un producto de tabaco sin combustión, originario de Suecia y Noruega, que se consume colocándolo entre la encía y el labio superior en forma de bolsitas durante un periodo de hasta 30 minutos, y luego se retiran.
La nicotina puede absorberse por vía oral, dérmica o por inhalación.
Cuando se utilizan cigarrillos convencionales o cigarrillos electrónicos, la absorción por inhalación es la más importante pero cuando se utilizan estos parches, la nicotina se absorbe principalmente a través de la mucosa de la cavidad oral.
¿Para qué se usa el snus?
Algunos futbolistas británicos utilizan estas bolsas de nicotina (nicotine pouches) porque, dicen, les ayudan a calmar la ansiedad y el estrés y a relajarse antes de los partidos. En otros casos, las utilizan como chute estimulante para iniciar el juego pero también como herramienta para dejar de fumar o calmar las ganas de encender un cigarrillo. A los que son fumadores les pueden ayudar a controlar el síndrome de abstinencia durante los partidos.
Es importante alertar del riesgo de dependencia ya que debido a su alto contenido de nicotina, es altamente adictivo y genera gran dependencia especialmente entre los consumidores jóvenes, población entre la que se ha puesto de moda.
En Noruega, país donde el hábito de fumar ha sido prácticamente erradicado, el consumo de snus goza de una amplia aceptación social y en muchos casos esta práctica ha sustituido al tabaco tradicional, reflejando una significativa transformación en los hábitos de consumo de nicotina en la sociedad noruega.
La introducción del snus en España puede tener significativas repercusiones para la juventud. Al tratarse de un producto sin humo que se coloca discretamente debajo del labio, su consumo resulta más sencillo en comparación con los cigarrillos tradicionales, pudiendo incluso ser utilizado en espacios cerrados, lo que incrementa su atractivo entre adolescentes y jóvenes adultos.
Además, su sabor, que suele ser neutro o en ocasiones mentolado, facilita su aceptación social y puede acelerar la dependencia a la nicotina.
Los jóvenes son más susceptibles de desarrollar una adicción rápida debido a la alta concentración de nicotina y la forma discreta de consumo, lo que podría derivar en un incremento de problemas relacionados con la nicotina, incluidos trastornos de ansiedad y problemas cardiovasculares.
Y es que, el proceso de dependencia puede ser más acelerado que en el caso del tabaco tradicional por diversos factores.
- La alta concentración de nicotina que permite una absorción más rápida a través de las mucosas bucales, lo que conlleva una respuesta inmediata del sistema de recompensa en el cerebro. De hecho, el primer consumo puede tener un efecto mucho más potente que el tabaco tradicional, y muchas personas experimentan síntomas inmediatos como mareos, náuseas y visión borrosa. La nicotina actúa sobre los receptores de acetilcolina, liberando dopamina y creando una sensación de placer y bienestar, reforzando el comportamiento de consumo.
- Promueve una rápida formación de la dependencia, ya que el cerebro se adapta a la presencia constante de nicotina y comienza a requerir dosis regulares para evitar los síntomas de abstinencia, como irritabilidad, ansiedad y dificultad para concentrarse.
Otros riesgos para la salud
Pero es snus no sólo es adictivo sino que también tiene otros riesgos para la salud. Hay que tener en cuenta que las bolsitas no solo contienen nicotina, sino también otras sustancias, como celulosa microcristalina, carbonato de sodio, sales de carbónico, ácido cítrico y diversos aromas. Es decir, el hecho de que no contengan tabaco no significa que estén exentas de riesgo.
El presidente del CNPT enumera algunos de los problemas que ocasiona la nicotina, y no solo en la boca y encías, ya que se absorbe en las mucosas orales y llega a todo el organismo: adicción, taquicardia, problemas dentales, gingivitis, alteraciones del tránsito intestinal, elevación de la presión arterial…
La activación del receptor nicotínico en el sistema nervioso central produce marcados efectos cardiovasculares (aumento de presión y del ritmo cardiaco), que dependen de la dosis. Se ha constatado que el consumo de una bolsita de 6 miligramos produce un aumento promedio de 10 latidos por minuto.
También hay que tener en cuenta la posible aparición de una intoxicación por consumir este tipo de sustancias. Como señalan desde el Ministerio de Sanidad, “los síntomas leves de intoxicación son náuseas y vómitos, una intoxicación de mayor intensidad incluye diarrea, aumento de la salivación y ralentización del ritmo cardíaco. La intoxicación grave puede caracterizarse por convulsiones y depresión respiratoria”.
