Muchas personas notan que duermen mejor en verano, aunque duerman menos horas para aprovechar la mayor cantidad de horas de luz en el estío,, pero sus horas de sueño son mejores y sienten que se levantan con la mente y el cuerpo descansados y más energía que en invierno, cuando suelen dormir más horas, pero de peor calidad.
Hay muchos factores que pueden hacer que en verano tengamos un sueño de calidad y descansemos mejor. Aquí algunos de los motivos más comunes:
Exposición a la luz solar:
Durante el verano, los días son más largos, lo que aumenta la exposición a la luz solar. Esto ayuda a regular el ritmo circadiano, el cual controla los ciclos de sueño y vigilia. La luz solar aumenta la producción de serotonina, que se convierte en melatonina en la noche, facilitando el sueño.
Actividad física:
Tenemos más tiempo para hacer deporte y actividades al aire libre, como caminar, nadar, o practicar deportes. El ejercicio físico regular contribuye a un sueño más profundo y reparador
Temperatura ambiente:
Las noches de verano, especialmente en climas templados, pueden tener temperaturas más agradables para dormir, generalmente entre 15-20°C , lo que facilita la conciliación del sueño y su mantenimiento.
Menor estrés:
Con las vacaciones y más horas de tiempo libre para disfrutar, se reduce el estrés uno de los factores que más influyen negativamente en la calidad del sueño.
Tiempo para siestas
Durante el verano solemos aprovechar para levantarnos temprano con 'la fresca' y aprovechar las horas después de la comida cuando hace más calor para dormir la siesta, bien porque estamos de vacaciones o en jornada continua y no hay que trabajar por las tardes. Añadiendo un tiempo de sueño extra, entre 20 y 40 minutos de descanso.
Actividades sociales:
El verano suele ser una época de mayor interacción social, lo que puede mejorar el estado de ánimo y el bienestar general. Un mejor estado emocional está relacionado con un mejor sueño.
Alimentación y hábitos saludables:
Durante el verano, se suelen consumir alimentos más ligeros y frescos, como frutas y ensaladas. Una dieta equilibrada y menos pesada puede contribuir a un mejor sueño.
Es cierto que no todas las personas duermen mejor en verano. Algunas pueden encontrar que las altas temperaturas dificultan el sueño o que las actividades veraniegas pueden llevar a horarios de sueño irregulares. En general, mantener una rutina regular, un ambiente de sueño cómodo, y hábitos saludables son clave para un buen descanso, independientemente de la estación del año.