Exercinas: las moléculas del ejercicio que revolucionan tu salud

¿Sabías que tu cuerpo libera salud al moverse? Descubre el poder de las exercinas

Dr. Jose López Chicharro - Clínica OYTU www.oytu.es

Exercinas las moléculas del ejercicio que revolucionan tu salud
Exercinas las moléculas del ejercicio que revolucionan tu salud

 

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Hace ya tiempo que sabemos que el ejercicio físico mejora la salud cardiovascular, regula el metabolismo, previene la diabetes tipo 2, reduce la inflamación y mejora la función inmunológica.

De hecho, las guías clínicas de numerosas sociedades médicas consideran el ejercicio como una de las intervenciones más eficaces y con mayor respaldo científico para la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas no transmisibles.

Pero en los últimos años, la ciencia ha dado un paso más allá: ha comenzado a desentrañar los mecanismos moleculares que explican estos efectos. Ya no se trata solo de observar que una persona que hace ejercicio tiene menos riesgo de enfermedad, sino de entender qué sucede dentro de su cuerpo para que eso ocurra.

La clave está en las moléculas señalizadoras que el cuerpo libera durante y después del ejercicio. Estas moléculas actúan como mensajeros bioquímicos que permiten que los distintos órganos y tejidos se comuniquen entre sí, coordinando una respuesta adaptativa global.

Gracias a ellas, el músculo puede influir sobre el hígado, el tejido adiposo, el páncreas, el sistema nervioso o incluso el sistema inmunológico.

Estas moléculas se conocen como exercinas (o exerkines en inglés), un término acuñado para agrupar a todas las sustancias liberadas en respuesta a la actividad física que tienen efectos biológicos en el propio organismo ya sea actuando localmente o a distancia.

Las exercinas incluyen citoquinas (proteínas muy pequeñas que nuestras células utilizan para comunicarse entre sí, sobre todo cuando el cuerpo necesita defenderse), hormonas, metabolitos, lípidos, microARNs (controlan qué genes se activan o se silencian, como si fueran interruptores que regulan la actividad del ADN) y vesículas extracelulares, entre otros.

Así, el ejercicio se revela como una forma de medicina molecular en movimiento: un estímulo físico que desencadena una cascada de señales biológicas con efectos sistémicos. Y lo mejor de todo es que esta medicina no tiene efectos secundarios negativos, es accesible a prácticamente toda la población y sus beneficios comienzan desde el primer paso.

¿Qué son las exercinas?

Las exercinas son factores de señalización molecular que se producen y liberan en el organismo como respuesta fisiológica a la actividad física, ya sea de tipo agudo (como una sesión de ejercicio puntual) o crónico (como el entrenamiento regular).

Estas moléculas pueden ejercer su acción de tres formas principales:

  1. a nivel local sobre el mismo tejido que las produce (autocrina)
  2. sobre tejidos vecinos (paracrina)
  3. a través de la circulación sanguínea para actuar sobre órganos distantes (endocrina)

La variedad de exercinas es enorme. Incluyen desde citoquinas como la interleucina-6 (IL-6) y la interleucina-10 (IL-10), hasta metabolitos como el ácido láctico, proteínas como la musclina, lípidos bioactivos, microARNs, y vesículas extracelulares que transportan contenido molecular de una célula a otra. Su acción no es aislada: forman redes complejas de comunicación interorgánica que regulan procesos tan diversos como el metabolismo energético, la inflamación, la función vascular, la regeneración celular o el apetito.

Estas moléculas se originan en distintos tejidos activos durante el ejercicio, y se las clasifica según su tejido de origen:

  1. Miocinas: Producidas por el músculo esquelético. Incluyen IL-6, miostatina, irisina, musclina, entre muchas otras.
  2. Adipocinas: Procedentes del tejido adiposo, como la adiponectina o la leptina.
  3. Hepatocinas: Secretadas por el hígado, como FGF21 ((siglas de Fibroblast Growth Factor 21)  y fetuina-A.
  4. Neurocinas: Producidas en el sistema nervioso central o periférico, como BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro).
  5. Cardiocinas: Derivadas del corazón, como el péptido natriurético auricular (ANP).
  6. Batocinas: Provenientes del tejido adiposo marrón.

Incluso la microbiota intestinal, al verse influida por el ejercicio, participa indirectamente liberando metabolitos como los ácidos grasos de cadena corta, que también cumplen funciones reguladoras en el organismo.

Desde el descubrimiento en el año 2000 de la interleucina-6 (IL-6) como la primera miocina liberada durante la contracción muscular, el campo de estudio de las exercinas ha crecido de forma exponencial.

Hoy en día, se han identificado decenas de moléculas que cumplen los criterios para ser consideradas exercinas, y se siguen descubriendo nuevas a medida que avanzan las tecnologías de análisis molecular (como la transcriptómica, la proteómica o la metabolómica).

En definitiva, las exercinas son el lenguaje molecular del ejercicio: la forma en que el cuerpo traduce el movimiento en beneficios concretos para la salud.

 

*Dr. J López Chicharro, catedrático de la UCM, director médico de la Clínica OYTU (www.oytu.es), especializada en ejercicio oncológico, nutrición y rendimiento deportivo.
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