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¿Qué es lo último que haces antes de dormir? ¿Y lo primero al despertarte? ¿Trabajas con pantallas y pasas más de 4 horas al día sentado? ¿Usas WIFI y/o bluetooth habitualmente? ¿Tienes y usas habitualmente redes sociales? ¿Hay días en los que te cuesta “pisar la calle” y tomar la luz del sol?
Si has contestado que sí a más de 2 de estas preguntas (y en el 99% de los casos será así) debes cambiar varias cosas en tu día a día para lograr mejorar tu salud, bienestar y calidad de vida.
En Sport Life llevamos décadas contándote todos los beneficios del entrenamiento de fuerza, de los buenos hábitos y de millones de cosas relacionadas con tu salud, el problema es que hoy en día ya no solo se trata de entrenar, de hacer algo de ejercicio o de intentar cuidar la alimentación.
En el día a día en el que vivimos, es importante tener consciencia de todo lo que nos rodea y de como podemos influir en el entorno para mejorar nuestra salud y bienestar, son pasos progresivos que puedes dar poco a poco y que están al alcance de todos y te los vamos a detallar en este artículo.
Cada año, uno de los datos más recurrentes y comentados por los profesionales de la salud y los medios de comunicación es el que se refiere a la tasa de sedentarismo de la población, algo que llama la atención si tenemos en cuenta que pocos de esos datos hablan de que la mayoría de nosotros somos personas sedentarias que, en ocasiones, hacemos algo de actividad física. Con suerte, un poco cada día y la mayoría de las personas, algunas veces a la semana o ninguna.
Si eres de las personas que ya cuidan su alimentación, entrenas habitualmente y, además, intentas llevar un estilo de vida saludable, pero notas que aún podrías mejorar más y estas preparada para el próximo nivel, presta mucha atención porque vamos a descubrirte los enemigos que encontramos cada día en nuestro entorno y como podemos combatirlos.
Si aún no eres tan constante con tus entrenamientos y no dedicas tanto esfuerzo a cuidarte, no te preocupes, este artículo también es para ti.
La luz artificial excesiva, los dispositivos electrónicos, los productos químicos, los plásticos y microplásticos, el exceso de exposición a las pantallas, la influencia de contaminación electromagnética, las ondas inalámbricas, la lejanía con la naturaleza… son algunos de los enemigos a los que nos enfrentamos y aquí vienen las armas para combatirlos.
1/ La luz artificial y la falta de exposición a la luz natural
Nuestro cuerpo está sincronizado con un reloj biológico interno conocido como ritmo circadiano, un ciclo de aproximadamente 24 horas que regula procesos vitales como el sueño, la temperatura corporal, la producción hormonal y el metabolismo.
Este reloj interno se ajusta mediante señales externas, siendo la luz solar el factor más determinante en su regulación. La luz solar actúa sobre una región del cerebro ubicada en el hipotálamo, aquí se recibe información sobre la cantidad de luz del entorno a través de la retina y, en función de ello, regula la liberación de hormonas como la melatonina y el cortisol, esenciales para la vigilia y el sueño.

De día la exposición a la luz solar reduce la producción de melatonina y aumenta la secreción de cortisol y serotonina, lo que nos mantiene alerta, activos y con un estado de ánimo equilibrado.
Al anochecer, la disminución de luz natural estimula la producción de melatonina, favoreciendo el sueño y la recuperación del organismo.
Cuando no recibimos suficiente luz solar, especialmente en la mañana, los ritmos circadianos pueden desajustarse, generando problemas como trastornos del sueño, fatiga y bajo rendimiento, desequilibrios hormonales y alteraciones metabólicas.
Para ayudar a nuestro organismo a regular los ritmos circadianos debemos exponernos al sol de la mañana y también a la luz de la puesta de sol.
Otro enemigo de nuestros ritmos circadianos, además de las pantallas y la luz azul, son las luces artificiales. Cada vez son más las personas que presentan cierto malestar o dolores de cabeza cuando entran en grandes superficies comerciales o cuando se exponen a luz artificial de mucha intensidad y es lógico, no estamos diseñados para recibir estímulos de este tipo, sobre todo si vamos cuando ya ha caído el sol, ya que por un lado el organismo debería estar produciendo ya melatonina y recibe una información contradictoria debido a la luz que entra por la retina.

También es muy importante no exponernos a la luz azul (pantallas de TV, móvil, ordenador…) una vez cae la noche, pero, sabemos que eso es prácticamente imposible en el mundo en el que vivimos, por eso tenemos algunas soluciones que proponerte.
Afortunadamente, la ciencia avanza para cuidarnos y existen en el mercado gafas que bloquean todas las longitudes de onda de luz azul y un 85% de la luz verde, lo que aporta protección y nitidez en la visión. También puedes usar gafas de lente amarilla si trabajas con pantallas durante el día. Así evitas la fatiga visual y mejorar la concentración, haciendo mucho más amable el entorno que nos rodea, que no es para nada natural. Este tipo de gafas, como las APRICOTTE, que hemos utilizado para la redacción de este artículo son ideales cuando nos exponemos a luces artificiales, ya sea de día (amarillas) o de noche (naranjas o rojas) y solo presentan un problema, que cuando las usas es complicado dejar de hacerlo.

Otro truco o consejo que puedes seguir es utilizar iluminación natural una vez cae la noche, como unas velas. Es innegable reconocer que todos nos sentimos relajados y en calma cuando nos sentamos junto al fuego de una chimenea o cuando tenemos una cena romántica con nuestras parejas y utilizamos la luz de las velas para iluminar la sala. Eso tiene un motivo muy claro y no es otro que el de utilizar luces que provienen de la naturaleza. Llevamos miles de años utilizando la luz del fuego para iluminarnos y calentarnos y el organismo lo identifica como algo natural, que no afecta negativamente a nuestro organismo.
¿Qué pasa si quiero dar un paso más allá y no tengo tiempo de tomar la luz del amanecer o la del atardecer?
En los últimos años, se han comenzado a utilizar lámparas de luz roja e infrarroja, también conocida como fotobiomodulación, una técnica no invasiva que utiliza longitudes de onda específicas de luz roja e infrarroja para estimular procesos biológicos en el cuerpo. Este tipo de lámparas ha ganado popularidad en los últimos años debido a sus múltiples beneficios potenciales para la salud, respaldados por investigaciones científicas.
Este tipo de lámparas de luz roja e infrarroja, actúan a nivel celular, estimulando las mitocondrias (las "centrales energéticas" de las células) para producir más adenosín trifosfato (ATP), la molécula que proporciona energía a las células. Esto promueve la regeneración celular, reduce la inflamación y mejora la función de los tejidos. Además, tiene efectos beneficiosos significativos no solo a nivel celular y muscular, sino también en el sistema nervioso y el sistema hormonal, incluyendo la regulación del ritmo circadiano y la mejora del sueño.
Para los deportistas también presenta beneficios a de regeneración y mejora del rendimiento muscular o incluso alivio del dolor y reducción de la inflamación, cuando nos enfrentamos a las temidas lesiones.
2/ Falta de contacto con la naturaleza y el aire libre
Es curioso como la mayoría de nosotros cuando vamos de vacaciones al campo o a la montaña, solemos presentar una mejora de nuestro bienestar y salud general percibida. Nos sentimos más descansados, con más energía, con menos “dolores”. Solemos achacar esta mejoría al trabajo y al dejar de hacer todo aquella que nos estresa en el día a día; sin embargo, la realidad es que cuando entramos en contacto con la naturaleza, caminamos descalzos por la playa al aire libre, nos bañamos en el mar, en el río o disfrutamos simplemente del aire libre, estamos aprovechando la energía de la tierra para cargarnos a nosotros mismos.
Recientemente, Luis Enrique, exfutbolista y entrenador del Paris St Germain, dijo en su documental “No tenéis ni p… idea” que desde que camina descalzo sobre el césped ha mejorado mucho su salud, ya no se resfría y ya no siente malestar. Quizás pueda parecer algo “raro” pero no lo es, es ciencia. Nuestro cuerpo acumula cargas eléctricas debido al contacto constante con dispositivos electrónicos y superficies artificiales. La tierra actúa como un conductor natural, permitiendo la descarga del exceso de electricidad estática, lo que puede reducir la inflamación y mejorar el equilibrio energético del organismo.

Un estudio publicado en el Journal of Inflammation Research (2015) sugiere que la conexión con la tierra permite la transferencia de electrones libres desde la superficie terrestre al cuerpo humano. Estos electrones actúan como antioxidantes naturales, neutralizando radicales libres y reduciendo la inflamación.
Además de este estudio, investigaciones del Dr. Stephen Sinatra, cardiólogo, sugieren que el grounding (andar descalzo sobre las superficies naturales) puede mejorar la fluidez de la sangre y reducir la viscosidad, lo que disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Como veis, eso de caminar descalzos por la naturaleza está respaldado por estudios científicos que demuestran su impacto positivo en la salud. Al conectar con la energía de la tierra, el cuerpo experimenta una reducción en la inflamación, mejora del sueño, disminución del estrés y optimización de la circulación sanguínea. En una sociedad donde pasamos la mayor parte del tiempo en interiores y rodeados de tecnología, recuperar esta conexión natural debe ser una estrategia clave para mejorar tu bienestar físico y mental.
(foto persona caminando descalzo)
¿Qué ocurre si no puedes descalzarte o si no tienes la oportunidad de pisar el césped?
Una vez más, la tecnología con propósito esta para ayudarnos, por eso hemos querido probar un nuevo modelo de zapatillas que logran la conexión a tierra sin necesidad de descalzarte.
Imagina que te gusta jugar al golf, o caminar por el campo sin quitarte las zapatillas y pasar frio o pincharte con piedras, ramas…. Desde zapatillas con hormas más anchas y suelas más finas de materiales naturales que permiten a los pies mantener su forma natural y andar como si fueras descalzo, a zapatillas con hilos conductores de plata y material orgánico permiten esa conexión y transferencia de energía positiva sin descalzarte. Ahora hay más variedad y puedes encontrar modelos con diseños atractivos y estéticos que te permiten ir por la vida como si fueras descalzo, cómodo y feliz.
3/ Contaminación electromagnética
La contaminación electromagnética, es la exposición excesiva a campos electromagnéticos generados por dispositivos electrónicos, redes inalámbricas, torres de telecomunicaciones y electrodomésticos.
En las últimas dos décadas la exposición a redes inalámbricas y también la sobre exposición a electrodomésticos o torres de comunicación ha aumentado significativamente, por no hablar de los vehículos eléctricos. Por ejemplo, si vamos a cualquier lugar público o ciudad y buscamos en nuestro móvil redes WIFI no habrá menos de 10 o 20 probablemente.
La exposición prolongada a radiaciones electromagnéticas de alta y baja frecuencia podría estar asociada estrés oxidativo y daño celular, lo que puede contribuir al envejecimiento prematuro, con alteraciones en el sueño, debido a la interferencia con la producción de melatonina y también algunos riesgos neurológicos y hormonales.
¿Qué podemos hacer para luchar contra la contaminación electromagnética?
Con estos consejos podemos reducir la exposición en el hogar:
- Desconectar dispositivos electrónicos cuando no se estén usando, especialmente durante la noche. Lo ideal, siempre que se pueda, es realizar el denominado “apagón nocturno”, es decir, bajar los plomos de la instalación eléctrica de todo aquello que sea posible para evitar que haya electricidad sucia circulando por nuestra instalación eléctrica.
- Evitar dormir cerca de rúters, WiFi, teléfonos móviles y electrodomésticos. Por ejemplo, nadie debería dormir con el móvil cargando junto a la mesilla de noche (algo muy habitual). Opta por dejarlo alejado y usar un despertador de pila tradicional.
- Optar por conexiones cableadas en lugar de redes inalámbricas cuando sea posible, incluyendo los auriculares.
- Usar modos de baja radiación en dispositivos como "modo avión", al menos mientras duermes.
- Mantener una distancia segura de dispositivos electrónicos, evitando apoyarlos directamente sobre el cuerpo.
- Incorporar plantas en interiores, como cactus o helechos, que pueden ayudar a absorber parte de la radiación.
- Pasar más tiempo en la naturaleza, alejado de fuentes de contaminación electromagnética.
- Practicar grounding o "conexión a tierra", caminando descalzo sobre césped, arena o tierra para descargar la acumulación de electricidad estática, tal y como ya hemos visto en el punto anterior.
Ahora intenta unir todos los agentes contaminantes y soluciones propuestas en este artículo para, poco a poco, ir incorporando soluciones en tu día a día. Imagina que vas al gym a entrenar, algo que es genial, pero ahora imagina que estás en un gimnasio sin luz natural, con máquinas eléctricas conectadas, con luz artificial… ¿ves por donde voy?, no hace falta que dejes de ir a ese gimnasio, pero intenta incorporar tiempo a tu rutina al aire libre y conectar con la naturaleza para lograr equilibrarte y disfrutar de una mejor y mayor calidad de vida.