Lo bio está de moda. Cada vez más marcas lanzan productos respetuosos con el medio ambiente, las voces en defensa de esta alimentación se multiplican (desde Michelle Obama a la actriz Gwyneth Paltrow o el mediático chef Jaime Oliver) y el consumo de este tipo de productos no deja de crecer. El mercado de productos de alimentación ecológica en España ha tenido en el 2017 un crecimiento de un 14%, frente al 2% de los alimentos convencionales, según se desprende del informe “Mitos y realidades sobre el consumo de productos ecológicos”, elaborado por Kantar Worldpanel y la Fundación Catalunya La Pedrera.
A por la “Eurohoja”
Pero, ¿cómo distinguir un producto ecológico en la vorágine de las estanterías del supermercado? “La principal garantía de que un producto es orgánico es el sello conocido como ‘Eurohoja’, que confirma que este producto ha superado los controles que exige la legislación de la Unión Europea en cada paso de la cadena de elaboración”, afirma el equipo directivo de la plataforma on line Fresco en tu Casa. Este sello nos asegura que el alimento cumple restricciones muy severas sobre pesticidas y fertilizantes químicos, que está libre de transgénicos, que se ha producido de forma sostenible y respetando la naturaleza o que los animales han disfrutado de bienestar y salud.
Las palabras asociadas a este sello que debemos encontrar en el envase pueden ser “ecológico”, “biológico”, “eco” o “bio”. No hay que confundir ecológico con vegetariano, natural o sano, conceptos que en muchas ocasiones confunden al consumidor.
Si acudimos a un establecimiento de productos a granel, la garantía de que la fruta, verdura, legumbres, cereales, semillas… es orgánico la da el propio establecimiento por lo que conviene acudir a un lugar de confianza.
Mejoran la salud
La razón por la que la mayoría de personas elige comprar productos ecológicos en vez de tradicionales es por su beneficio para la salud. El Huerto de Lucas, un proyecto ecogastro cultural de Madrid, nació con ese objetivo. Isabel Alonso, responsable de comunicación, asegura que este tipo de productos al haber sido cultivados de forma natural, sin sustancias adicionales, como químicos, plaguicidas, transgénicos o pesticidas para acelerar su producción, están más limpios. “Hay que recordar que los pesticidas ya han sido relacionados con enfermedades en el sistema reproductivo, cáncer, sistema inmunológico, cerebro… Además estos productos tienen mayor valor nutricional por lo que nos ahorraremos en suplementos alimenticios, vitaminas… Por ejemplo, una naranja ecológica tiene un 10% más de vitamina C que las normales“, asegura Alonso.
¿En qué alimentos es mejor invertir?
Isabel Alonso recomienda invertir en frutas y en verduras, sobre todo en las que no tienen cáscara ya que “es muy difícil eliminar los pesticidas que se utilizan en la agricultura tradicional. Las fresas, por ejemplo, son una de las frutas con más pesticidas incorporados, por lo que optar por la variante ecológica sería una buena idea”. También el pollo, aunque según Alonso la opción ecológica sea más cara: “El pollo tradicional se sacrifica a las tres semanas de nacer, está lleno de tratamientos químicos y sobre todo hormonales para hincharlos y que sean más grandes”, explica.
Los huevos y lácteos son una gama de productos en los que invertir según Alonso, porque evitamos los antibióticos y las hormonas que vienen en los lácteos habituales; además se precio respecto de la opción tradicional no difiere demasiado.