Aparte de su sabor, lo cierto es que alimentos como la oreja, los callos o la sangre, aportan aspectos nutritivos muy interesantes para incluirlos dentro de una alimentación saludable. Los menos interesantes por su elevado contenido en grasas y colesterol son los riñones, la lengua, los sesos, manitas de cerdo y zarajos.
Callos
Es parte del estómago de la ternera, el cordero y el cerdo y procede de cada uno de los lados de la cara de este, formando los reservorios gástricos. Es muy habitual combinarlo con garbanzos obteniendo un plato completo. Son bajos en grasa y altos en proteína.
Oreja guisada
Aunque llena de cartílago, tiene un sabor que engancha a muchos. Es un plato típico de tapas en los bares. Alto en proteínas, muy bajo en hidratos de carbono y moderado en grasas.
Sangre
La de animales como el cordero y el cerdo son las más solicitadas. Se utiliza en la elaboración de varios platos, como purés, arroces y sopas y en la preparación de los embutidos, como la morcilla. Aunque es alto en grasas, su aporte de hierro es superior.
Caracoles
Todo proteínas y muy bajos en grasas y carbohidratos. Un manjar para muchos pero difícil de comer…
Hígado
Se trata de un gran alimento, muy estimado por ser rico en vitaminas A y B12. También contiene mucho hierro de fácil asimilación. Puede prepararse en múltiples formas: cortado fino con bacón, cebolla e incluso empanado. Especialmente interesante es el hígado de pescado por su aporte en ácidos grasos omega-3.
Queso azul
Sabor difícil para muchos pero alto en proteínas, una fuente para los que no desean comer carne. El inconveniente es quizás su elevado contenido en grasa, pero está comprobado que no es una grasa perjudicial.