Dietas y Nutrición

¡Deja que el microondas se encargue de la cocina y dedica ese tiempo a lo que más te gusta!

El microondas ahorra esfuerzo, energía, tiempo y dinero. Es una herramienta para cocinar de forma rápida y saludable, que nos puede ayudar reducir el estrés y la ansiedad, y mejorar nuestra alimentación y calidad de vida.

Yolanda Vázquez Mazariego

3 minutos

Deja que el microondas se encargue de la cocina

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En defensa del microondas

En estos tiempos de modas en la cocina y fake news, el microondas ha quedado olvidado y sustituido por las nuevas reinas, las freidoras de aire… Vamos a recuperarlo en la cocina, ya que no sólo es un electrodoméstico seguro (si no, no se seguiría vendiendo), es que tiene un gran potencial para hacer nuestra vida más fácil y nuestras comidas más deliciosas, ahorrando tiempo, energía y fondos. 

¿Cómo cocina un microondas?

Un microondas funciona calentando los alimentos mediante ondas electromagnéticas (microondas), que hacen vibrar las moléculas de agua en los alimentos. Esa vibración genera calor, que se distribuye y cocina o calienta el alimento desde dentro hacia fuera.

El microondas calienta principalmente alimentos que contienen agua porque las ondas electromagnéticas que genera están diseñadas para hacer vibrar moléculas polares, como las del agua.

Estas moléculas tienen una ligera carga eléctrica positiva en un lado y negativa en el otro, por lo que responden al campo electromagnético cambiando rápidamente de orientación. Esa fricción interna genera calor. Los alimentos sin agua (o con muy poca) no contienen suficientes moléculas polares que vibren y, por tanto, no se calientan de forma eficaz.

Por ejemplo, si colocas algo completamente seco como un trozo de plástico o aceite puro (que tiene muy pocas moléculas polares), no se calentará o lo hará muy poco.

Es un tipo de cocción rápida, eficiente y segura porque actúa directamente sobre las moléculas del alimento. Si pensamos en un microondas como otra herramienta más para hervir, cocer al vapor o freír alimentos, resulta más fácil entender que puede hacer cosas que podrían resultar inesperadas, como cocer pasta, tostar unos frutos secos o dorar ajos.

Cocinar con microondas es seguro, hay mucha leyenda urbana que no tiene ninguna base sobre el daño que pueden causar las ondas electromagnéticas, pero no es cierto: 

  • No deja radiación en los alimentos, las ondas solo actúan mientras el aparato está encendido, no "irradian" ni contaminan la comida. 
  • No altera la composición química de forma peligrosa: Solo calienta las moléculas de agua por fricción, no produce cambios tóxicos en los alimentos.
  • No hay riesgo de radiación externa: Los microondas están diseñados con puertas que sellan bien la energía, por lo que no hay fuga si el aparato está en buen estado.

Seguridad, ante todo

  1. Evita calentar líquidos demasiado tiempo sin moverlos. Puede producirse “sobrecalentamiento” y que el líquido hierva de golpe al sacarlo.
  2. No uses metales ni materiales no aptos. Pueden provocar chispas y dañar el aparato.
  3. Calienta bien los alimentos. A veces el calentamiento es desigual, por lo que conviene remover la comida o usar potencia media para que se caliente de forma más uniforme.
  4. Evita quemaduras colocando la tapa en los líquidos y recogiendo los recipientes con un guante de cocina de silicona.

 

¡ANTES DE EMPEZAR TIENES QUE LEER ESTO! TU MICROONDAS Y TÚ 

  • Adapta las recetas a tu microondas. Cada aparato es distinto: potencia, tamaño, distribución del calor... Lo que funciona en uno, puede no funcionar igual en otro. 
  • No te fíes ciegamente de los tiempos. Siempre ajusta según los ingredientes, su temperatura, el recipiente, y el volumen de la preparación. 
  • Comienza con tiempos cortos. Mejor ir poco a poco, comprobando el estado del alimento. Si la receta dice 30 segundos, empieza por 15 y revisa. 
  • Ten en cuenta la potencia de tu microondas. La mayoría de las recetas están pensadas para uno de 800 W. Si el tuyo es de más o menos potencia, deberás ajustar tiempos. 
  • Presta atención al tipo de recipiente. El mejor es el vidrio, es seguro, duradero e higiénico, también hay recipientes de silicona seguros, y plásticos y cerámica con la etiqueta “apto para microondas”. 
  • Importante no utilizar: materiales como metal, melamina, papel de aluminio, fibra de bambú y plásticos no aptos que pueden liberar sustancias como el BPA y otros químicos nocivos. 
  • Comprueba constantemente el proceso. Abre, observa, huele, toca. Es la mejor forma de aprender y mejorar. 
  • No te saltes las recomendaciones importantes. Cuando algo se marca como esencial en la receta (como el uso de tapa o recipiente concreto), síguelo al pie de la letra. 

 

 

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