El triunfo 'cantado' y aplastante de Javier Gómez Noya en el Challenge de Cancún que se disputó el pasado domingo nos dejó la curiosa imagen del 'Capitán' corriendo con una llamativa banda en la frente.

Se trata de una nueva herramienta que está probando el triatleta gallego y que puede convertirse en una eficaz arma contra el calor y la humedad que también le esperan en los Juegos de Tokio del próximo verano. De hecho, la concentración que está llevando a cabo en Cozumel, en el Caribe Mexicano, tiene como objetivo, precisamente, buscar las adaptaciones necesarias para competir con garantías bajo tales condiciones extremas.

Hablamos de la banda para la cabeza OMIUS. Y si estuviste pendiente de la transmisión del último Mundial IRONMAN de Kona en 2019, seguramente observaste que muchos triatletas profesionales y amateurs la llevaban.
Esta banda para la cabeza, así como unos módulos para el enfriamiento de los antebrazos (aún en etapa de prueba), fueron utilizados por cuatro de los seis triatletas que ocuparon el podio de Kona 2019, entre los muchos que la portaban. En la categoría femenina podemos nombrar a la campeona mundial Anne Haug, la subcampeona Lucy Charles la utilizó en su frente por debajo del logo de Red Bull, Maja Stail Nielsen, Ellie Salthouse o Palmira Álvarez. En la categoría masculina, el segundo lugar, Tim O’donnell, la utilizó integrada en la parte posterior de su visera, y el tercer lugar, Sebastian Kienle, la utilizó en sus antebrazos. Junto a estos, algún otro como Kristian Hoguenhaug, Josh Amberguer y los entrevistados en este artículo, Víctor Arroyo (triatleta español con licencia Pro) y Carlos Vives (@ironvives), triatleta español de grupos de edad, entre otros muchos que hacen uso de ella.

La invención de este material ha sido el resultado de años de investigación con un gran equipo de ingenieros, tratando de encontrar la forma más eficiente de regular la temperatura del cuerpo. Desde el 2013 se probaron diversas tecnologías como módulos peltier, robótica suave integrada en una chaqueta inteligente, entre otras. El proyecto fue incubado por 4 años en el Innovaction Gym, un laboratorio de innovación tecnológica de Monterrey Campus. También fue apoyado por el premio Santander, por inversionistas en Silicon Valley y por varias convocatorias del Inadem, que hicieron posible el lanzamiento del primer producto al mercado en agosto de 2019.
Su fundador, Gustavo Cadena Schlam, nació en Veracruz y estudió Ingeniería Física en el Tecnológico de Monterrey. Posteriormente estudió una maestría en energía en Francia, en donde inició el proyecto en el 2013 cuando aún estaba estudiando. Durante sus estudios, Gustavo se topó con un libro que explicaba cómo se calculaban parámetros como la temperatura del aire, humedad y velocidad, para asegurar el confort térmico de las personas en lugares cerrados, como edificios. Este libro analizaba al cuerpo humano como una máquina que producía cierta cantidad de calor dependiendo de la actividad física que realizaba, la cual era medida en mets o unidades metabólicas. Instantáneamente capturó su interés, pues le permitía aplicar sus conocimientos en física para entender y resolver su problema de regulación térmica, ya que él es especialmente sensible a sentir calor corporal. Esto, junto a su vida en ciudades como Monterrey y Veracruz, le inspiró aún más en buscar una solución a su problema.
Así, se dio cuenta de que los textiles actuales no eran una buena solución para enfriar el cuerpo humano. "La forma en que las marcas de ropa deportivas actuales buscan resolver el problema del sobrecalentamiento es poniendo menos aislante térmico, haciendo la tela más delgada y porosa, lo que claramente tiene un límite. Al cubrir nuestro cuerpo con una tela, inmediatamente lo estamos haciendo menos eficiente para regular su temperatura en ambientes cálidos. La evolución le quitó el pelaje al cuerpo humano para ayudar a enfriarlo por medio de la evaporación del sudor; al ponerle telas encima estamos dando un paso atrás en la evolución, regresando a su pelaje”.
Ahí se dio cuenta que había una oportunidad para utilizar nuevas tecnologías, con el fin de amplificar la capacidad del cuerpo de regular su temperatura. Gracias a Juan José Marti, responsable de distribución de Omius en España (@omius_esp), hemos podido contactar con Gustavo para que nos contestase a tres preguntas clave.
¿Cómo funciona el sistema de refrigeración de la banda Omius?
Básicamente, lo que hace la banda es aumentar el área superficial de la piel, y con ello se aumentan los puntos por donde el calor puede salir del cuerpo. El mismo concepto utilizado para el enfriamiento de máquinas, como el disipador de calor de los ordenadores o el radiador de un coche. Es un concepto que siempre se ha utilizado para refrigerar las máquinas y ahora lo hemos implementado para la refrigeración del cuerpo humano, con un material especialmente diseñado para adaptarse muy bien con la piel, con toda seguridad y que pueda interactuar con el sudor para poder absorberlo, distribuirlo en toda su área, y que se pueda evaporar de forma acelerada.
También se puede entender como un dry fit de tres dimensiones. El tejido dry fit que conocemos absorbe y se distribuye en un área más grande, pero en dos dimensiones, mientras que en la banda Omius, gracias a su espesor, se distribuye también “hacia afuera” de la piel, pudiendo aumentar el área superficial. Y esto ayuda mucho a que se evapore más rápidamente el sudor y se enfríe mejor la piel.
La forma correcta de proceder para refrigerar bien la cabeza con el uso de la banda Omius sería manteniéndola el máximo de tiempo húmeda, para que la mayor cantidad de agua se esté evaporando, porque si se seca se evapora menos agua y el efecto de enfriamiento es mucho menor. Es importante tener un flujo de aire, para que ayude a remover esa humedad y que aumente la evaporación y acrecentar sus efectos refrigerantes.
En los últimos años el ciclismo en rodillo o “virtual” está tomando una gran notoriedad, con muchos triatletas y ciclistas entrenando en ellos.
¿Cómo podemos aprovechar las ventajas de la banda Omius para nuestros entrenamientos indoor de ciclismo?
Aquí debemos contar con un ventilador que nos esté moviendo aire y “refrescando”. En indoor estamos limitados para refrigerar el espacio donde realizamos actividad física debido a la ausencia de viento externo, al contrario de cuando corremos o vamos en bici en el exterior, por tanto nuestro cuerpo no se enfría tan bien cuando hacemos actividades indoor, por tanto, la banda puede ayudar generando un flujo de aire con un pequeño ventilador que nos ayude a amplificar sus efectos y que notemos una mayor refrigeración en nuestra cabeza, y no “sobrecalentarnos” tanto mientras hacemos rodillo bajo techo.
¿Cuál es la durabilidad de la banda Omius?
Depende mucho del uso, de las condiciones y del cuidado que se tenga de ella. El uso puede variar de 6 a 12 meses. En esta primera versión beta hemos estado trabajando mucho con los deportistas para enfatizar en la durabilidad del producto y tener estas mejoras en las próximas versiones de la banda. A modo de pequeño ejemplo, durante los meses de mayor confinamiento pudimos comprobar que en triatletas que habían tenido un uso constante, tanto en carrera a pie como en ciclismo (ambas actividades en indoor y refrigerándose con un ventilador) la durabilidad de la banda oscilaba entre 200 y 250 horas de uso.
De cara a conocer opiniones independientes del producto, con- tactamos con dos triatletas españoles, uno con licencia Pro (Víctor Arroyo Bugayo) y un grupo de edad con doble participación en Hawaii (Carlos Vives Gaseni). Ambos no tienen vinculación económica con la marca, y por tanto el uso que hacen de ella es porque han comprobado sus beneficios.
Carlos, que ha participado en 2 mundiales en Kona y en dos mundiales 70.3, nos comentó esto:
¿Cómo lo conociste y desde cuándo utilizas la banda Omius?
La descubrí en septiembre de 2019 por redes sociales, unas se- manas antes de mi 2o Kona como grupo de edad. Era un producto recién sacado al mercado y buscaban triatletas de grupo de edad clasificados para el campeonato del mundo Ironman de Hawaii, para que pudieran probarla y dar visibilidad a la marca. Como yo estaba clasificado, les escribí adjuntando mi currículum deportivo, ya que me interesaba mucho poder probarla. Al cabo de 2-3 días me contestaron diciendo que les gustaba mucho mi perfil y que contaban conmigo como embajador de la marca. Al quedar tan solo un par de semanas para la prueba (fui uno de los últimos embajadores confirmados), decidieron no enviármela a Barcelona, dado que podía retrasarse y llegarme cuando yo ya hubiera iniciado el viaje a Hawaii. Nos reunimos tres días antes de la carrera en una cafetería de Hawaii con Jake (uno de los CEO de la marca) y me entregó la cinta explicándome su funcionamiento. Tras probarla al día siguiente en un rodaje por Ali Drive de 6km., la utilicé en el maratón del campeonato del mundo Ironman.
¿Cómo funciona la cinta y qué beneficios le has encontrado?
Hoy en día sigo los consejos que me dio Jake. La cinta debe colocarse en contacto directo con la piel, en este caso en la frente, y debe estar húmeda o mojada. Debe darle directamente el aire, es decir, no debe estar bajo una visera o gorra, dado que para obtener el beneficio de sus propiedades refrigerantes el aire debe circular libremente por las cavidades de sus cubículos húmedos, refrigerando la frente (por la cabeza es por donde se gana o pierde temperatura interior) y cuanto más fresca esté, más controlada puede estar la temperatura corporal. La cinta también la he utilizado en entrenamientos duros de rodillo (con buen ventilador) en los que busco que el cuerpo se centre en mover los vatios soli- citados y no gaste energía en disipar el calor corporal.
¿En qué pruebas la recomendarías y dónde se puede adquirir?
Evidentemente, el potencial de la cinta y la obtención de sus beneficios es en pruebas con calor en las que el cuerpo suba excesivamente de temperatura, y en las que el sol caiga a plomo. En abril competiré en el Marathon des Sables y estoy valorando el correr con ella. Dado que es importante proteger la cabeza estoy valorando hacer un posible “tuneo” de la misma, incluyéndola en parte de una gorra para que proteja la cabeza completa. Veremos a ver cómo sale “el invento” y si finalmente me animo a llevarlo.
Sobre cómo adquirirla, si bien es cierto que detrás de Omius internacional está Alejandra (de habla hispana), recomiendo contactar con Juan José Martí, responsable de distribución de Omius en España (@omius_esp), el cual atenderá y resolverá dudas a todos los interesados.
Por otro lado, Victor Arroyo nos aportaba respuestas similares y sumaba estos comentarios a nuestras preguntas:
¿Cómo conociste la banda Omius?
Conocí la banda a raíz de vérsela puesta a Michael Weiss en el Ironman de Cozumel 2017 (2º clasificado Pro en aquella edición y actual campeón de Austria del Larga Distancia en 2020). Me impactó lo fresco que le vi correr en el maratón y, en cuanto localicé la marca, me puse en contacto con ellos para ver la posibilidad de adquirir una.
¿Has notado beneficios por llevarla?
Sí. En el calor húmedo del Caribe, como es el caso del 70.3 de Cozumel (México) en septiembre, y en entrenamientos en esa zona, he notado la mejoría que proporciona el sentir frescura gracias a la banda. He dejado de sentir ese abotargamiento que sientes por el calor en la cabeza y por la deshidratación. Yo soy de los que se moja mucho la cabeza e intenta mantenerla fría, y esto me ha proporcionado un plus, aparte de conseguir un 5o puesto en aquel triatlón. La uso en todas las competiciones de calor, aunque este no sea excesivo.
¿La recomiendas?
¡Claro!, especialmente en todo tipo de competición con calor. Hay que mojarla antes y durante a menudo. Es importante que no se tape con una gorra, además que se hace incómodo, pues al llevarla elevada para dejar actuar a la banda, se puede volar la gorra si hace viento.
¿Algo que te gustaría que cambiase de ella?
Que se comercializase algo más y que fuese algo más ancha, como la que le vi a Michael, que tenía 3 filas de material en vez de dos.
NOTA DEL AUTOR: En mi caso, como triatleta de grupo de edad y como entrenador, he podido probarla en entrenamientos por el momento (debido a la falta de competiciones), pero suscribo lo comentado por Carlos Vives y Víctor. Ya en números anteriores he escrito sobre adaptación al calor y respuestas del organismo a este, siendo una de las estrategias a tomar la de mojarse muñecas, nuca y cabeza, de cara a refrigerar los receptores térmicos situados en estas áreas, de manera que aumente la sensación de confort y se pierda percepción de calor a “engañar”, en cierto modo al sistema nervioso central. Si nos encontramos con mayor confort, estamos más dispuestos a aguantar el “sufrimiento” de la competición, por lo que llevar un ligero refrigerador en estos puntos siempre es un tanto a favor.
Hay localizaciones en las que nuestro deporte se practica en zonas frías, pero lo más normal es con calor y humedad, por lo que aquellas estrategias legales que ayuden a llevar mejor la termorregulación y mejoren las prestaciones de nuestro rendimiento, son merecedoras de mostrar atención y observar su evolución.
Podéis ver más sobre Omius contactando con @omius_esp y en www.omius.io/