Hay una gran labor científica que lleva tiempo investigando sobre el impacto y la efectividad del ejercicio físico según la hora del día en la que realicemos el entrenamiento, y los resultados son bastante variados.
Mientras que hacer ejercicio justo antes de acostarse, parece tener un importante impacto en la interrupción del sueño nocturno; hacerlo por la mañana o por la tarde temprano, parece tener sus propios pros y contras, pudiendo variar según el tipo de ejercicio y el objetivo deseado (perder grasa o ganar fuerza).
En este nuevo estudio, los investigadores de Skidmore College, se propusieron investigar los efectos del ejercicio en diferentes momentos del día con un enfoque particular: en las diferencias entre hombres y mujeres. Y los resultados han sido curiosos. Parece que para los hombres el ejercicio nocturno es la mejor opción; mientras que para las mujeres, depende de sus objetivos.
"Aquí mostramos por primera vez que para las mujeres, el ejercicio durante la mañana reduce la grasa abdominal y la presión arterial, mientras que el ejercicio nocturno en las mujeres aumenta la fuerza muscular, la potencia y la resistencia de la parte superior del cuerpo, y mejora el estado de ánimo general y la saciedad nutricional", dijo el Dr. Paul Arciero, investigador principal del estudio.
"También mostramos que para los hombres, el ejercicio nocturno reduce la presión arterial, el riesgo de enfermedades cardíacas, la sensación de fatiga y quema más grasa, en comparación con el ejercicio matutino".
En esta investigación participaron 27 mujeres y 20 hombres, entre 25 y 55 años, sanos, de peso normal y con estilos de vida muy activos. Al comienzo de la prueba, se evaluó su potencia aeróbica, resistencia muscular, flexibilidad, equilibrio, fuerza y potencia de la parte superior e inferior del cuerpo y capacidad de salto. Se compararon otras medidas de salud, como: presión arterial, rigidez arterial, índice de intercambio respiratorio, distribución y porcentaje de grasa corporal y biomarcadores sanguíneos, antes y después del ensayo. No se dejó de lado el aspecto psicológico, valorando su estado de ánimo y saciedad alimentaria.
Todos los participantes se sometieron a un programa de ejercicio de 12 semanas llamado RISE, fueron entrenados por entrenadores en sesiones de 60 minutos, cuatro días a la semana. Cada día se enfocó el entrenamiento en: fuerza, intervalos de sprint, estiramientos y resistencia. Además, todos siguieron un plan de alimentación cuidadoso.
La única diferencia era la hora del entrenamietno: si hacían ejercicio entre las 6:30-8:30 am o entre las 6.00-8.00 pm.
Se pudo observaar que la salud y el rendimiento de todos los participantes mejoraron durante el estudio, independientemente de la hora del día en que se ejercitaron. Sin embargo, hubo algunos parámetros concretos en los que se observó una mejora extra, por ejemplo: todas las mujeres redujeron su grasa corporal, en general, y la presión arterial, pero el grupo de ejercicio matutino mostró mayores mejoras. Curiosamente, solo los hombres que hacían ejercicio por la noche vieron mejoras en su colesterol, presión arterial, índice de intercambio respiratorio y oxidación de carbohidratos.
Este estudio podría servir de guía a las personas deportistas sobre cuándo es el mejor momento para entrenar según su sexo o el objetivo a alcanzar. Es importante tener en cuenta que esto es solo una aproximación y que el ejercicio regular es importante independientemente de la hora a la que se realice.
La investigación fue publicada en la revista Frontiers in Physiology.
Fuente: Skidmore College a través de Scimex
