Esta paradoja (de elaboración propia) viene a decirnos que cuando afrontamos un entrenamiento o competición, los recuerdos buenos son los que permanecen, pero si repetimos de nuevo la misma actividad, se van a fijar también los malos, y serán muchas veces, esos malos recuerdos, los que nos hagan abandonar la práctica deportiva.
Así, por ejemplo, correr un maratón es algo duro de preparar y de correr, pero que nos deja un gran sabor de boca para los meses posteriores, al rememorar pasado el tiempo los recuerdos más positivos del mismo, animándonos a repetirlo a pesar de haber sufrido en la preparación y/o en la prueba.
Pero el problema de estos recuerdos positivos que guardamos, tanto de los entrenamientos como de la propia competición, se ven anulados por los negativos, que salen a la luz cuando repetimos una y otra vez una misma actividad. Por eso, el variar las actividades deportivas, y sobre todo la forma de entrenar, con entrenamientos variados, será la clave no solo del éxito deportivo, sino de algo aún más importante para un deportista popular en busca de salud, que es la adherencia a la actividad, el disfrute y la constancia a lo largo del tiempo.
Mi consejo para los deportistas, de cualquier nivel, es el siguiente…
Si te ha salido bien el entrenamiento y/o resultado de una carrera, debes tratar de disfrutar de los recuerdos positivos que te ha dejado, pero no deberías repetir a menudo ese entrenamiento u objetivo conseguido, y por consiguiente tendrías que variar totalmente los siguientes entrenamientos, así como el tipo de competiciones que establezcas como objetivo del año.
Y no me cansaré de decir que los recuerdos malos se fijan más si solo basamos nuestra práctica deportiva en los resultados, porque seguro que va a haber muchas más veces en las que no salgan los resultados esperados, y eso nos deja tocados moralmente para entrenar y disfrutar de la actividad.
En cambio, si nuestra motivación la basamos en el disfrute de la propia actividad, saboreando cada paso, cada gota de sudor, cada sensación de esfuerzo y sobre todo ese bienestar y tranquilidad que da el terminar un entrenamiento, hace que los recuerdos positivos se fijen aún más y nos motive a ser invencibles para la práctica deportiva de por vida.
Si has disfrutado con un entrenamiento y tienes buenos recuerdos del mismo, intenta no reproducirlo de nuevo hasta que se te hayan borrado casi todos los recuerdos de la mente, para que así cuando lo repitas afloren solo los buenos momentos en los días posteriores, en lo que me he atrevido a denominar LA PARADOJA DEL RECUERDO DEL DEPORTISTA.
Te pido por favor, huir de la monotonía de los entrenamientos, que tarde o temprano te llevarán a dejarlo por muy arraigado que tengas el hábito de entrenar, porque no solo no te harán disfrutar por la cantidad de recuerdos negativos que acumularás, sino que además te harán sentir estancado y el riesgo de lesión será inminente.
Puede parecerte extraña esta paradoja, y mi objetivo es que hayas reflexionado un poco y que enfoques de otro modo tus entrenamientos y objetivos que decidas conseguir para este nuevo año 2022 que deseo que esté cargado de ilusión y momentos deportivos que disfrutar.