Entrevista a Antonio de la Rosa

El hombre que se lanzó a hacer el Antártico remando en solitario

Fran Chico / Fotos: Posovisual

Entrevista a Antonio de la Rosa
Entrevista a Antonio de la Rosa

Es el océano más hostil del planeta, ese lugar que solo con pronunciarlo entre marineros da miedo, "Cabo de Hornos" "Mar de Hoces” o “Estrecho de Drake”, “Océano Glacial Antártico”.

Allí han naufragado cientos de barcos, algunos muy grandes y puede llegar a ser la peor pesadilla para cualquiera. Ese ha sido el escenario de este gran aventurero español.

¿De pequeño ya se veía venir que ibas a ser un aventurero?

Eso decía mi madre que cuando con 2 años me llevaba al río del pueblo en que vivíamos,  Pedrajas de San Esteban, se la liaba siempre. Era lo que hoy dicen un niño inquieto, que no paraba en la silla. Tenía dentro ya el espíritu de escapista.

¿Cuál fue tu trayectoria como deportista?

Con 11 años nos mudamos a Valladolid y allí empecé con la natación y también con el rugby. Y a los 12 entré en el que fue mi deporte, el piragüismo. Era un machaca,  pero no fui bueno. Fíjate en Craviotto con su altura y su envergadura y lo bajito que soy yo. Luego empecé en el triatlón y en el cuadriatlón. Aquí si destaqué, siendo campeón de España y tercero de Europa, aunque donde si fui realmente de los mejores fue en los raids de aventura siendo una década capitán del equipo Red Bull. Los raids unían mi pasión por practicar varios deportes y por el ultrafondo.

Te pillamos en un barco regresando de tu última aventura: el Océano Antártico a remo en solitario. ¿Cuéntanos como has vivido la experiencia? 

Ha sido la más dura a nivel de resistencia física y la más comprometida de mi vida, sobre todo porque el barco de asistencia me traicionó. Que te dejen abandonado en medio de este Océano ha sido un desafío brutal de superar. Además, he tenido todos los problemas. Desde el octavo de los 26 días que ha durado la travesía estuve sin sistema eléctrico.  He tenido varias roturas, inundaciones, vuelcos…. Cada una de las 1500 millas naúticas (2400 km) desde Cabo de Hornos a Georgia ha sido una aventura.

Antonio de la Rosa surcando el Antártico
Antonio de la Rosa surcando el Antártico

¿Realmente no sientes miedo tú sólo en medio del Océano Glacial Antártico donde no hay casi nada de navegación?

Yo era consciente de que con abandono del barco de apoyo no podía cometer ningún error importante porque no había opción de un rescate.  Tenía miedo, pero un miedo que no es tu enemigo sino tu aliado. Es un miedo que te pone alerta, pero que no te impide tomar decisiones.

¿No acabas hablando contigo mismo? ¿Da tiempo a aburrirse o tienes que estar completamente en alerta?

Digamos que hablaba en voz alta… ¡pero poco, que no estoy tan loco! Yo ya venía bien entrenado de cuando crucé el Atlántico en solitario que entonces fueron 76 días. No te aburres, tienes mucho en el día a día y más desde el séptimo día sin piloto automático, dirigiendo a mano, y siempre alerta las 24 horas. De las 6-8 horas que estás tumbado apenas duermes un par de ellas seguidas y por agotamiento. 

¿Te sientes pequeño con una embarcación tan débil en unos mares tan duros?

¡La embarcación puede ser pequeña pero no es débil! Si la sientes débil no puedes ni salir del puerto. Podía entrar agua, pero no hundirse (es autodeslizante y se da vuelta), ni romperse.
Tuve una doble vuelta de campana, fue un golpe parecido a un accidente de coche con un golpe lateral por una mala ola. Eran las dos y media de la madrugada, entró mucha agua y estuve mucho rato sacando agua con una esponja, agua a tres grados que me mojó todo, incluso el saco donde dormía… pero el barco aguantó.

El duro océano
¡La embarcación puede ser pequeña pero no es débil!

Cuéntanos el problema que tuviste con el barco de apoyo que fue realmente un “pirata”

Ezequiel Sundland, con nombre y apellidos. Le he denunciado porque no podría perdonarme que le hiciera lo mismo a otro y le costara la vida y yo me hubiera callado la boca. Yo me dejé ahorros de años, ganados en mi empresa de deportes de aventura para pagarle un dineral por tres cosas: que estuviera al tanto de mi seguridad, que llevara al cámara para grabar el documental y para que me trajera de vuelta el barco. No hizo ninguna de las tres cosas. No le importó nada mi vida, allí me dejó con cero opción de rescate si me hubiera pasado algo.

¿Cómo te alimentas durante una travesía como esta? 

Llevo comida liofilizada principalmente, aunque de desayuno me comía unas galletas Gullón y tomaba doble ración en la comida. Entre horas, frutos secos (sobre todo pistachos que me encantan, soy más de salado que de dulce) y como premio algunos días la cecina de León que me había mandado mi madre.

¿Cuál sería la aventura que te gustaría hacer si tuvierais un presupuesto ilimitado?

Ser la primera persona en llegar al Polo Sur por sus propios medios. Coger un velero en Cabo de Hornos hasta el punto más cercano y luego continuar en trineo que calculo sería otros tres meses. ¿Alguien tiene un millón de euros para hacerlo realidad?

Archivado en:

Entrevista a la futbolista Sheila García

Relacionado

Entrevista a la futbolista Sheila García

Entrevista a Sara Escudero  una humorista que iba para médico

Relacionado

Entrevista a Sara Escudero: una humorista que iba para médico

Ayuno contra el cáncer, entrevista a Valter Longo sobre los beneficios en el tratamiento oncológico

Relacionado

Ayuno contra el cáncer, entrevista a Valter Longo sobre sus beneficios en el tratamiento oncológico