¿A alguien le importa realmente el deporte?

Lamentable olvido de nuestro gobernantes de la práctica deportiva. No sólo por lo que supone como fuente de salud sino también por lo que aporta como industria: el 3,3% del PIB español y genera 414.000 puestos de trabajo

¿Alguno de los que mandan está realmente preocupado por el deporte popular?

La pandemia ha vuelto a evidenciar la falta de valoración de nuestros gobernantes del deporte. Sölo les importa cuando les baja la popularidad y hay que ir corriendo a hacerse fotos con Nadal, con Iniesta, con Gasol o quién en ese momento sea símbolo de victoria. A la hora de la verdad siguen considerando el deporte como un simple pasatiempo. Pese a que miles de médicos lo dicen ya casi a gritos de que el deporte tiene que ser básico en la medicina preventiva siguen manteniendo el 21% de IVA en los gimnasios o en los eventos deportivos populares. Impuesto de lujo para el deporte de base mientras que el cine y el teatro lo bajaron al 10% en cuanto los famosos les montaron "un pollo" en los Goya.

El deporte corre el riesgo serio de ver cómo sus estructuras se tambalean. Una industria la deportiva que aporta el 3,3% del PIB español y genera 414.000 puestos de trabajo. Por cada millón de euros que la industria factura en España, genera 12,4 empleos absolutos, un 30% más que la media del resto de sectores en nuestro país. Además, el sector tiene un impacto indirecto de más de 16.432 millones de euros.. Se estima que los agentes de su ecosistema en España sufran unas pérdidas del 38.5% de su cifra de negocio en el ejercicio 2020, lo que implicaría una reducción de entre 31.000 y 42.000 puestos de trabajo.

Dice Irene Lozano, presidenta del CSD,  que “el Consejo Superior de Deportes velará porque el deporte no sólo no se quede atrás sino porque sea punta de lanza en la España que emerja de esta crisis”. Pues nada, puede ir dejando las frases bonitas y empezar a hacer algo. Ya estamos hartos de oir eso de que  el deporte es un instrumento clave de promoción y prevención de la salud, de ahorro en costes sociosanitarios, y que luego a la hora de las medidas reales seamos un ocio de los ricos.