Podría parecer que una silla ergonómica donde nuestra espalda encuentre un apoyo firme sería lo ideal para protegerla y reducir cargas. Sin embargo, cuánto más cómoda esté nuestra espalda, más se debilitará y más posibilidades tendrá de ceder ante la acción de la gravedad. No es un problema de un día, pero al cabo de varios años pueden aparecer los problemas.
Lo que sucede es que los respaldos nos obligan a relajar toda la musculatura posterior y a colocar nuestra columna en flexión. En esta posición el disco intervertebral es empujado hacia atrás, pudiendo terminar con una profusión y ejerciendo presión en alguna raíz nervioso. Y ya está aquí lo que lo definimos como “me duele la espalda”.
Una solución redonda
El fitball del gimnasio es una excelente opción para ser nuestro asiento de trabajo. Al sentarnos sobre el balón tenemos dos inconvenientes que mutan en dos grandes ventajas. Uno, es una superficie inestable, lo que obligará a una mayor activación de los grupos musculares y receptores sensoriales. Estaremos más activos y nuestro cerebro por tanto más despierto. Y dos, al no tener respaldo, nos obliga a activar la musculatura erectora de la columna, manteniéndola mucho más recta y angulada.
Pero sentarse sobre un balón, solo aporta beneficios posturales si la posición es activa y no pasiva. No es suficiente con sentarse sobre la pelota y ¡conseguido!. Es necesario que adoptemos patrones posturales que una vez asimilados no sólo quedarán automatizados sino que se van a transmitir a nuestra vida cotidiana. Este es el verdadero valor añadido de sentarse sobre un balón, que además de evitar alteraciones de columna, ayuda en la adquisición de nuevos patrones más correctos.
Repasa en este vídeo cómo debes situarte sobre el fitball para que sea realmente sea una alternativa saludable a la silla tradicional.
Importante: en los primeros días de cambiar tu silla por el fitball los músculos de la musculatura paravertebral se cargan y podían molestarte. Pero esto es precisamente el objetivo que pretendemos. La inestabilidad del balón unido a la falta de respaldo “obliga” a trabajar constantemente a los estabilizadores activos (músculos), eliminando las cargas axiales de los estabilizadores pasivos (discos y vértebras). La consecuencia es que tanto discos como vértebras ven reducida la carga que soportan y así hay mucho menor riesgos de protusiones discales y/o desequilibrios de la columna.