El ser humano o hace ejercicio o se pone enfermo

Esta es la categórica afirmación del catedrático de Fisiología D. José Antonio López Calbet. Sus declaraciones deberían hacer reflexionar profundamente a nuestros dirigentes para fomentar de forma prioritaria la Educación Física y el deporte entre toda la población

Caminar es el ejercicio al aire libre por excelencia y uno de los que más beneficios supone
Caminar es el ejercicio al aire libre por excelencia y uno de los que más beneficios supone

El lema de Sport Life de 'la vida es el mejor deporte' no es un mero argumento de marketing, tiene ya 23 años y parece estar ahora más vivo que cuando lo creamos. La crisis sanitaria originada por el Coronavirus, el aumento desmedido de la obesidad infantil y las facilidades que nos da la "vida moderna" para entretenernos (yo a menudo díría perder el tiempo...) sin tener que pisar ni siquiera la acera de la calle han dejado clara la importancia del ejercicio físico dentro de un estilo de vida saludable. Dudamos de que aún haya alguien que no lo sepa, pero las evidencias científicas de que el sedentarismo es un problema grave de salud no hacen sino aumentar día a día.

Actividad...¡siempre!

Si la actividad física se interrumpe, todos nuestros sistemas se van deteriorando, sí, todos, incluso la mente. Como afirma el catedrático de Fisiología del Ejercicio de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Antonio López Calbet, “para evitar este deterioro estamos condenados a hacer ejercicio, es decir, el ser humano o hace ejercicio o se pone enfermo; esto es una realidad que los médicos vamos a tener que aceptar”.

En la conferencia impartida en el 20º Congreso Internacional de Nutrición (ICN) celebrado en Granada nada menos que en 2013. López Calbet ya entonces tenía clarísima la importancia del movimiento: “con la presión ambiental que tenemos donde hay exceso de comida de la mejor palatabilidad; y con un ambiente donde se trabaja muchas horas y se dispone de poco tiempo libre es muy fácil caer en el sedentarismo extremo y el ser humano en sus orígenes nunca fue sedentario, fue un animal muy activo físicamente, y cuando se ha vuelto sedentario, enferma”.

Una prueba muy sencilla, no tienes más que meter en la cama a una persona más de siete días seguidos para que experimente cambios orgánicos que indican inflamación sistémica y  sufra de un aumento de la resistencia a la insulina como ocurre con la diabetes tipo 2.

El catedrático de la Universidad de Las Palmas ha investigado sobre el sistema de señalización por leptina, un mecanismo que se desajusta en la obesidad. La leptina es una hormona producida por las células grasas, a más células grasas más producción de leptina y cuando esta hormona está bien regulada reduce el apetito y aumenta el gasto energético. Por eso José Antonio López Calbet afirma que “la tendencia a engordar es menor si el sistema de señalización por leptina no se altera; y si funcionara siempre bien, posiblemente no tendríamos el problema de la obesidad o sería mucho más pequeño”.

Nuestro diseño genético está optimizado para que nos movamos de forma casi ininterrumpida, los seres humanos en sus orígenes eran animales nómadas que viajaban horas y horas cada día en búsqueda de comida o para cazar presas y podían pasar 3, 4, 6 y 8 días persiguiendo presas sin tener éxito. “Los niños pequeños también caminaban, caminaba todo el mundo, estamos diseñados para caminar”, ha indicado López Calbet. Desgraciadamente en la actualidad es realmente raro que nos movamos continuamente, salvo en el caso de algunos campesinos o de trabajadores con una alta carga física.