El equipo de SPORT LIFE trabaja para mantenerte en forma e informado y te necesita. Hazte Prémium por 1 € al mes pinchando aquí (primer mes gratis) y estarás apoyando nuestro periodismo, a la vez que disfrutas de artículos exclusivos, navegación sin anuncios y contenidos extra.
En realidad cuando mencionamos los peligros de la sal nos estamos refiriendo al sodio que contiene, que es el responsable de alteraciones fisiológicas como la retención de líquidos, el aumento de la tensión arterial o el desequilibrio de los jugos gástricos, aunque su exceso está relacionado con muchas otras patologías de diferente gravedad. El hecho es que debemos controlar la cantidad de sal que ingerimos a diario, ya que su efecto “maligno” es silencioso y los problemas se presentan con el paso de los años.
Pero… ¿cuánta sal?
La Organización Mundial de la Salud recomienda tomar como máximo 2 gramos de sodio al día, que sería el equivalente de unos 5 o 6 gramos de sal diarios (una cucharada de café colmada).

Ya, ya sabemos que todos controlamos mucho el condimento que añadimos a los platos que cocinamos o aderezamos, pero el sodio está presente en muchos alimentos, por lo que es necesario que recurras al etiquetado para sabes la cantidad real de sodio que estás ingiriendo. Alimentos como los quesos, aceitunas, encurtidos (pepinillos, banderillas…), anchoas, aperitivos salados, embutidos, sopas preparadas, cereales de desayuno, comidas precocinadas, conservas, caldos de carne, frutos secos tostados, galletas, pan blanco, pizzas o hamburguesas, preparados de cacao, salsas… contienen cantidades apreciables de sodio, que debemos sumar al que ya añadimos a los platos que cocinamos.
Los trucos para bajar el sodio
Hay diferentes maneras de engañar al paladar y conseguir que la ingesta de sodio se reduzca. Lo ideal es acostumbrarnos a utilizar la mínima cantidad de sal posible (reducirla no es eliminarla del todo: es también necesaria), y podemos educar a nuestro paladar para que aprecie otros sabores que muchas veces quedan ocultos tras un exceso de sal. Vamos a ver qué métodos podemos emplear para disminuir el consumo de sodio.

Sal baja en sodio
En la farmacia puedes adquirir diferentes sales dietéticas bajas en sodio. Pueden ser sales de potasio o sal común a la que han eliminado un porcentaje alto de sodio. Es una solución a medias, no el paradigma para no tomar nada de sal, porque su sabor (de gusto metálico) es bastante dominante cuando la empleamos con poca mesura.

Sales vegetales
Mezclando la sal común, en dosis bajas, con algunos vegetales aromáticos o de sabor predominante, se consigue fabricar un condimento sazonador que puede contener hasta un 70% menos de sodio. Las más habituales son sales de ajo, cebolla, apio, perejil…

Gomasio (sésamo y sal)
Es un condimento clásico de la cocina japonesa y se elabora tostando sal y semillas de sésamo y mezclándolo en una proporción de 1:7 (sal/sésamo). La mezcla se muele y el resultado es un condimento muy sabroso y aromático, con gusto a frutos secos, que se puede emplear para sazonar cualquier tipo de pato.

Qué más podemos utilizar…
- Pipas de girasol
- Cebolla crujiente (tostada al microondas)
- Cebollino picado
- Mostaza en semillas
- Jengibre en polvo
- Albahaca
- Orégano o perejil
- Azafrán
- Cilantro
- Curry
- Nuez moscada
- Pimentón
- Pimientas
