El desgarro muscular es una rotura de las fibras del músculo, una de las lesiones más frecuentes y está ocasionada por un estiramiento excesivo del músculo. Cuando sufrimos esta dolencia lo notamos inmediatamente, ya que el dolor es muy intenso y no podemos continuar con el movimiento habitual.
Cómo evitar el desgarro muscular o rotura fibrilar
Obviamente, es mejor prevenir que curar. Las roturas fibrilares son muy corrientes entre los deportistas, ya que estos suelen estirar los músculos cada día o con bastante asiduidad. Normalmente, las causas principales pasan por forzar demasiado la zona sin tener una buena condición física, pero también por un golpe, una caída o por hacer un estiramiento inadecuado o más agresivo de lo que nuestros músculos nos permiten.
Eso sí, no todas las roturas son iguales. Algunas apenas miden unos milímetros y son mucho más fáciles de subsanar, mientras que otras llegan a romper completamente el músculo, lo que complica su tratamiento.
Tratamiento para el desgarro muscular
Lamentablemente, si no hemos podido prevenir el desgarro muscular, llega el momento de poner remedio. Lo primero que debemos hacer es consultar con un especialista que nos indique cuál es el mejor tratamiento a seguir según la gravedad de nuestra lesión. El último paso siempre será la cirugía, pero antes de eso podemos probar con otras alternativas naturales si la rotura no es demasiado severa.
Lo primero de todo es guardar reposo y tratar de llevar una rutina tranquila, suspendiendo el deporte y otras actividades que exigan movilidad para darle al músculo un descanso completo. La aplicación de frío ayuda a reducir la inflamación notablemente, además de calmar el dolor. Recuerda que nunca debes aplicar hielo directamente sobre la piel: envuélvelo en una toalla o una bolsa. La tercera opción es un vendaje neuromuscular que ayudará a proteger y reforzar la zona.
Además, por supuesto, debemos combinarlo con sesiones de fisioterapia, que con masajes y estiramientos nos aportarán una ayuda adicional.
Si nada de esto funciona, el médico evaluará la posibilidad de recurrir a la cirugía. Esta solución suele ser la primera en los casos más complicados, cuando la fisioterapia y el resto de "remedios caseros" son improductivos debido al alcance de la lesión. Ten en cuenta que el periodo de tiempo habitual que necesitamos para recuperarnos de un desgarro muscular va desde los 10 días a los 3 meses. Cuando retomes la actividad física, no fuerces demasiado la zona para evitar recaer.