Así tienen que ser tus zapatillas de crosstraining

Si tienes dudas de cómo tiene que ser tus zapatillas de crosstraining, ¡aquí te las resolvemos!

Lidia Castillo

Así tienen que ser tus zapatillas de crosstraining
Así tienen que ser tus zapatillas de crosstraining

Cuando se trata de entrenar a alta intensidad o con cargas elevadas, lo que lleves en tus pies marca la diferencia, y no, no valen tus zapatillas de outdoor o running, ¡estas son las características que debes buscar!

No hay nada polivalente al 100%. Esto no quiere decir que necesites un modelo para calentar en la cinta y otro para trabajar con pesas o darte caña en una sesión de HIIT. Lo que ocurre es que de la misma forma que no te planteas correr una media maratón con tus zapatillas de training, tampoco te debería parecer válido asumir un trabajo intenso de fuerza con unas zapatillas que no sean específicas. ¡Aprende de Usain Bolt, hasta el campeón tiene unas zapatillas específicas para sus entrenamientos de fuerza!    

Amortiguación controlada. Todo lo que sea un elevado "drop" y sistemas de amortiguación es contraproducente para el entrenamiento de fuerza. La suela debe ser fina y plana, nada de “sistemas” de amortiguación excesivos, cámaras, muelles o geles que modifiquen la propia mecánica del pie. El pie tiene sus sistemas y debes trabajar para mantenerlos fuertes y en forma.

Adherencia. Cuando se trata de hacer trabajar de forma intensa a los músculos estabilizadores, o en ciertos ejercicios de peso libre, es fundamental que tengas la sensación de estar bien “clavado” al suelo para ejecutar la técnica correcta y segura. Busca suelas que no resbalen y que te aporten estabilidad.

Transpiración. Si algo ocurre seguro en tus entrenos más duros es que vas a sudar. Y tus pies no son una excepción, así que para garantizar su integridad, evitando rozaduras generadas por una humedad excesiva, ¡busca un calzado 100% transpirable! Recuerda que además estás trabajando en interior, por lo que su ventilación está incluso más reducida.  

Comodidad. Es importante que sean de tu talla, ni un número más ni  un número menos. No te deben bailar, se deben fijar adecuadamente al pie, pero tampoco deben rozarte o tener la sensación de que te oprimen. Tanto la holgura como la falta de ella alterarán la mecánica del pie generando compensaciones poco recomendables, y en el segundo caso también ampollas y rozaduras.

Que sean ligeras. Bastante tienes con elevar tu “trabajada” musculatura y las diversas cargas como para encima echarle más “lastre”. Ahora en serio, en los trabajos intensos de autocarga y en los de técnica más compleja con peso libre, agradecerás la ayuda que un calzado ligero suma al gesto, sobre todo en aquellos que implican saltos o inestabilidad unipodal. 

 

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