Como ya te hemos comentado en artículos anteriores uno de los métodos más eficaces para protegernos, tanto a nosotros como a los demás, es el de la utilización de mascarillas de protección. Estas pueden ser de diferentes tipos, dependiendo del grado de filtración que posean y de los materiales que están compuestas dependerá el que se puedan reutilizar o acondicionar para más de un uso.
¿Usar y tirar?
Sobre las mascarillas de papel más básicas, la mayoría de las que disponen de la catalogación FFP1, no se puede intentar cualquier maniobra de reacondicionamiento, tras un uso superior a las dos horas habrá que tirarlas a la basura (en bolsa separada al contenedor de “Restos", el de color gris).
Pero hay otras mascarillas, entre las que contabilizaríamos las caseras y alguna quirúrgicas, que disponen del nivel mínimo de filtrado y que por estar elaboradas con telas o fibras sintéticas sí son factibles de rehabilitar.
Muchas precauciones
Según ha publicado el diario médico The Lancet, el coronavirus puede permanecer en la capa externa de una mascarilla quirúrgica hasta 7 días, cuando el ambiente externo es de alrededor de 22 grados.
En origen las mascarillas están diseñadas para filtrar y retener las partículas contaminantes en el entretejido de su malla. Según la información que ha remitido la empresa Minnesota Mining and Manufacturing Company (3M), el mayor fabricante del mundo de mascarillas, las pruebas que han realizado para reciclar para un segundo uso sus mascarillas, han constatado el deterioro de elementos de la mascarilla como el puente de ajuste a la nariz o los elásticos que la ciñen a cabeza y cara. Pero ¿qué podíamos esperar que dijera una empresa que se dedica a fabricar y a vender mascarillas?
La desinfección casera
Sólo se pueden desinfectar las mascarillas que estén elaboradas con tejido de cuatro capas o las caseras elaboradas con tejido de algodón (las menos recomendables) o fibras sintéticas (mejor, porque absorben menos humedad).
Queda descartado introducir la mascarilla en el horno o microondas, por la dificultad de controlar el ciclo de calor (los hornos domésticos no disponen de mucha precisión en el termostato de baja temperatura, como 70º). Lo más probable es que, si intentas este método, destroces las bandas elásticas o degrades y deformes la fibra del cuerpo filtrante de la mascarilla.
Sólo en caso de emergencia, siempre que tu mascarilla sea multicapa como ya hemos descrito, puedes impregnarla con un gel hidroalcohólico. Después hay que dejar que se seque, un plazo mínimo de 7 días, antes de volverla a utilizar. En este supuesto es muy importante que verifiques que el acoplamiento al perfil de la cara es perfecto, porque puede haber sufrido daños.
¿Y las mascarillas caseras?
Lo modelos caseros, de manera especial los que podáis haber fabricado para albergar un filtro interior, se pueden reutilizar con bastantes garantías de éxito.
Es muy importante que, después de cada uso (más de dos horas) elimines el elemento filtrante (a una bolsa independiente y al contenedor gris) y procedas a higienizar la mascarilla.
La puedes lavar en la lavadora junto con el resto de ropa, siempre que la temperatura del agua sea superior a 40º y el ciclo de lavado de al menos 45 minutos. Puedes utilizar cualquier detergente de lavado a máquina. Nosotros te recomendamos que la laves de manera separada, para lo cual puedes ponerla en un barreno en remojo, con agua a más de 80º a la que puedes añadir cualquier detergente de lavado. Debe permanecer sumergida durante al menos 30 minutos, tras los que emprenderás un minucioso aclarado.
La puedes secar al sol o con una máquina de secado, y te recomendamos que, si puedes, la planches para eliminar cualquier posible microorganismo que pudiera haber sobrevivido.
Con este método tendrás garantías de una total desinfección de tu mascarilla.
MUY IMPORTANTE: después de manipular la mascarilla, sobre todo al ponerla en remojo, debes siempre lavarte muy bien las manos para evitar una contaminación cruzada.
Una pregunta recurrente
Mucha gente se pregunta que porqué un lavado de manos frente al coronavirus tiene garantías de seguridad con tan solo 30 segundos de proceso y un tejido necesita un tiempo tan largo. Puestos al habla con un especialista nos ha confirmado que las manos, aunque tienen recovecos (lecho de las uñas, arrugas…) son un cuerpo muy impermeable, resultando sencillo cubrirlo con una capa de jabón que desactive el virus y eliminando posteriormente todos los restos con un chorro de agua limpia. Los tejidos, por el contrario, atrapan en sus celdilla de hilatura o fibras cuerpos microscópicos, que no son eliminados de manera tan sencilla y hay que recurrir a más tiempo de remojo, en un medio jabonoso, para garantizar su desactivación y su eliminación.
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