El pan nos ha acompañado desde hace miles de años y en la actualidad podemos encontrar un amplísimo abanico de posibilidades de consumirlo, desde las opciones más simples a las más elaboradas y de cereales variados. Pero el pan es sensible a estropearse de un día para otro, sin embargo, se puede conservar mejor siguiendo unas directrices básicas que evitan que se ponga blando y conserve sus propiedades organolépticas casi intactas.
¿Bolsa de plástico?
- Uno de los errores más comunes es conservar el pan en la bolsa de plástico de la misma panadería o una que tengamos por casa.
- Esta opción es la peor porque ese plástico es impermeable y no transpira. Eso genera humedad en su interior que se absorbe por el pan, haciendo que pierda la dureza de la costra y su textura crujiente.
La mejor opción es aquella que permita respirar al pan sin que absorba la humedad exterior si estamos en zona de alta humedad.
Las bolsas de algodón o las paneras de madera no pueden faltar en toda casa de buen amante del pan para mantenerlo en las mejores condiciones durante más tiempo.
El aire y el frío no son amigos del pan crujiente
Evitar dejar el pan en zonas donde haya corriente de aire o esté muy frío, tampoco cerca de la ventana si le da el sol a esa zona. Una vez más, una panera de madera cerrada es la mejor opción para evitar esos elementos, o una bolsa de tela que puede ser la misma que llevas a la compra y ya lo dejas ahí.
Parte solo el pan que te vas a comer, no lo rebanes
- En los supermercados encontramos máquinas que nos rebanan el pan, y está fenomenal para tenerlo ya en rodajas. Sin embargo, cuando cortas el pan entra aire entre las rebanadas y eso facilita que se seque antes.
- Lo ideal es cortar el pan a medida que lo necesitemos, o si ya está cortado, un toque de tostadora lo 'revive'.
Congelar el pan
- La congelación es un recurso espectacular para la comida que no vamos a ingerir en unos días, así que con el pan puede ser una alternativa también.
- Lo que debemos de tener en cuenta a la hora de congelar el pan es aislarlo del aire.
- Envolver el pan con papel de aluminio y meterlo en una bolsa de plástico.
- Otra opción es un táper hermético en el que no haya flujo de aire. Lo ideal es congelarlo en las porciones que vayamos a comer, incluso en rodajas si lo utilizamos para tostadas.
- Si lo congelas de esta forma, utiliza bolsas preparadas para congelar alimentos que se cierran herméticamente y permiten guardarlo en porciones.