¿Cómo evitar el efecto rebote después de una dieta?

Tener sobrepeso no sólo afecta a nuestro físico. Diversas investigaciones han demostrado que, a medida que se aumenta de peso y se va llegando a niveles de sobrepeso u obesidad, los riesgos de padecer enfermedades como diabetes tipo 2, cáncer de  endometrio, colon, mama o enfermedades coronarias, también aumentan.

Cada tercer domingo de mayo se celebra el día europeo contra la obesidad, problema que, según los últimos studios realizados por la OMS sobre Obesiad 2022, padecen el 59 % de las personas que viven en el continente. Dado los riesgos asociados que la obesidad conlleva, es importante hacer hincapié en un tema clave cuando se ha pasado por un proceso de adelgazamiento y se ha conseguido el peso objetivo: evitar el temido efecto rebote. Los expertos asesores de Lev, firma experta en dietetica y nutrición, gracias a el método Lev, explican cómo evitarlo y conseguir perder peso ganando salud de forma permanente. Además, meses como mayo son momentos del año donde las dietas “milagro” para alcanzar el peso deseado son cada vez más demandadas. 

¿A qué se debe el efecto rebote? Todos nosotros para vivir necesitamos un aporte continuo de energía que o bien tomamos del exterior, gracias a los alimentos que ingerimos o del interior, gracias a las reservas. El proceso de adelgazamiento en una situación normal se da porque la suma de la energía obtenida de los alimentos y de nuestras reservas es ligeramente inferior a la que necesitamos para subsistir. El efecto rebote se basa en una mala gestión que hace nuestro cuerpo de la ingesta, tras un periodo de reducción calórica. Es decir, tras haber estado un periodo de tiempo a dieta con un número “x” de calorías consumidas, pasamos a una ingesta mucho más elevada sin transición y nuestro cuerpo no sabe “gestionar” correctamente esas calorías. ¿Por qué? Por el gran poder de adaptación que tiene nuestro organismo. Cuando restringimos calorías, obligamos a nuestro cuerpo a utilizar las reservas energéticas almacenadas como fuente de energía, y él mismo, si ve que este periodo se alarga en el tiempo, va adaptando su metabolismo a esas calorías consumidas. Es decir, empieza a gastar un poco menos de energía en todas sus funciones. De ahí que para grandes pérdidas de peso, la pérdida de grasa ha de ser estratégica, y por periodos”. Afirman los expertos del método Lev.

¿Qué pasa en nuestro cuerpo con el efecto rebote? El efecto rebote surge en cualquier tipo de dieta, básicamente si pasamos de cero a cien a gran velocidad. Es decir, debemos de ir incrementando las calorías progresivamente para respetar el poder de adaptación que tiene nuestro cuerpo, es hora de decirle “deja de gastar menos en tus funciones, ya tenemos más energía y el tiempo de escasez ha terminado”. De modo que, para evitar el efecto rebote en cualquier dieta, la parte más importante es la etapa de transición una vez hemos terminado nuestro proceso de pérdida de peso deseado, y por supuesto, una buena reeducación alimentaria bien asentada para no volver a los malos hábitos alimenticios que nos hicieron ganar ese exceso de peso, como ocurre con la fase 3 y 4 del método Lev”.  Indican los expertos.

¿Cómo evitarlo? Toma nota de estos consejos de los expertos, para evitar volver al peso de inicio después de una dieta, o incluso superarlo:

  • La dieta debe estar supervisada por un profesional. Es necesario que sea un proceso controlado, donde calorías y nutrientes estén bien balanceados. Trabajar hábitos y rutinas de alimentación son puntos clave.
  • La pérdida de peso tiene que ser progresiva gracias a las rutinas alimenticias. En las primeras fases de la dieta puede que la pérdida de peso sea más acusada. Todo va a depender de cuánto es nuestro porcentaje de grasa a perder, ya que si necesitamos perder mucho peso, lo ideal sería hacerlo por etapas, con periodos de transición a dieta normocalorica, entre los periodos de reducción calórica.
  • La dieta elegida debe ser fácil. Es clave elegir una dieta adecuada y no excesivamente restrictiva donde disfrute del proceso. Por ello, sentirnos acompañados y asesorados en todo momento o evitar renunciar a muchos alimentos que nos gustan y a todo lo que se suele entender cómo “dieta”, ayuda a conseguir nuestro objetivo de forma sencilla. Poder comer productos reformulados bajos en hidratos de carbono y ricos en proteínas hace que se pueda disfrutar de una dieta saludable llena de sabor y texturas que evite el abandono del proceso y el posterior efecto rebote.
  • La importancia de practicar ejercicio físico. Gracias a ello la demanda energética se incrementa ofreciendo un margen mucho más amplio para superar las calorías que se ingieren y se tienen en reserva. Además, la práctica de ejercicio aporta muchos beneficios para nuestra salud, tanto de forma  física como emocional..
  • Pensar siempre a largo plazo. Una vez terminada la dieta es necesario  mantener los nuevos hábitos de alimentación a largo plazo. El objetivo es que la actividad metabólica se adecúe al nuevo balance energético. Una vez alcanzado el equilibrio, se puede volver a plantear la necesidad de restringir de nuevo (y ligeramente) las calorías para realizar un nuevo ciclo y perder más grasa. “Estos ciclos, por supuesto, no pueden repetirse indefinidamente. Una vez alcanzados los objetivos finales tenemos que mantenerlos” Concluyen desde Lev.
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