Llegado el momento de hacer balance y escoger a la deportista más relevante de la cita olímpica de París acuden a la retina varias imágenes. El retorno a la competición de la gimnasta norteamericana Simone Biles o la nadadora Katie Ledecky ostentando el mayor número de medallas de oro de la historia podrían ser la imagen femenina de los Juegos que terminan. Pero existe una tercera atleta a la que quizá los fotógrafos hayan enfocado menos que a sus compañeras. Y es que una corredora de Países Bajos ha obtenido un resultado casi inconcebible para el mundo del atletismo y que por momentos ha hecho recordar la gesta del checo Emil Zátopek en los Juegos de 1952.
La neerlandesa Sifan Hassan se imponía en la ultima jornada de los Juegos en la prueba icónica del fin del ciclo olímpico, la maratón. Tras un agónico sprint frente a la etíope Tigst Assefa, llegó el oro con un tiempo de 2:22:55 sobre un circuito con duras subidas que complicaban la marca. Solo este resultado ya sería bastante para el éxito de Hassan, pero lo que quizás muchos no supieran es que días antes había competido en las otras dos modalidades del fondo olímpico. Con medalla de bronce en los 5.000 metros, Hassan repitió tercer puesto en los 10.000 metros. Ahora tocaba no solo doblar distancia, sino demostrar que su oficio de corredora puede con todas las largas distancias, incluida la de los temibles 42,2 kilómetros.
Sifan Hassan nació en Etiopia el 1 de enero de 1993, pero la vida en su Adama natal no se lo pondría fácil. Con quince años llegó a Europa como refugiada, estableciéndose en Eindhoven con la ilusión de cursar estudios de enfermería. Pronto dejó claro a los entrenadores neerlandeses que tenía otro talento natural. En 2013 consiguió la nacionalidad de los Países Bajos y comenzó a enfrentarse a las estrellas del fondo. En Rio de Janeiro, 2016, fue quinta en los 1500 metros. Hassan perseveró y en Tokio se colgó el bronce. Pero lo más importante fue que se descubrió cómoda en distancias más largas. Con experiencia en campo a través, irrumpió en el 5.000 y en el 10.000 alzándose con sendas medallas de oro. En París, atacó la maratón junto a las dos pruebas más largas de la pista. Tres metales en semejantes pruebas hacen de ella una de las figuras del deporte actual. Ganar presea en tres distancias tan dispares la convierte en una corredora total. Como en todos los aspectos de la vida, para gustos los colores, pero queda claro que Sifan Hassan podría ostentar con merecimiento la corona de reina de los Juegos de París por la gran diferencia entre las pruebas en las que ha conseguido subirse al podio. En los próximos Juegos habrá cumplido los 35 años. Esperemos que llegue con la misma ambición que en 2024.