Es el título del libro autobiográfico de una de las grandes deportistas de la historia del deporte español en los que cuenta sus inicios. Aquella joven que salió del Bierzo a los 15 años tiene en casa todo un tesoro: 3 medallas olímpicas (oro, plata y bronce), además de 2 Campeonatos del mundo y 4 de Europa.
Lydia comienza con una reflexión sobre su carrera deportiva. “Han sido 20 años por y para la halterofilia, de dedicarme a mi sueño. Ahora que ha pasado un año es cuando soy consciente de lo conseguido”.
- ¿Cómo fue el viaje desde un pueblo del Bierzo hasta lo más alto del podio de los Juegos Olímpicos?
- El día que anuncié mi retirada el presidente del Comité Olímpico Español lo definió muy bien: “De Camponaraya al cielo olímpico”. Yo vengo de un pueblo de 3.000 habitantes y con 11 años empecé con la halterofilia. Yo era una niña fuerte, muy deportista, y yo siempre digo que la halterofilia me escogió a mí. Con 15 años cumplí mi sueño de venir a Madrid. Yo quería ir a entrenar, estar con los mejores…y así fui enamorando de la halterofilia.
- Tú eres una de las responsables del gran momento que vive hoy el deporte español femenino.
- Estamos en un boom en muchas disciplinas, ahora hay referentes femeninas para las niñas que empiecen, que en mi generación eran casi todos hombres. Una de las cosas de las que estoy más orgullosa es de haber representado un deporte que se consideraba masculino y haberlo puesto en el mapa.
- La decisión de la retirada fue muy meditada
- Sí, era un tema de salud. La lesión de cadera me impedía no ya entrenar, ni siquiera podía hacer una vida normal. El peaje que hubiera pagado por intentar llegar a París, hubiera sido muy alto, con paso por el quirófano.
- ¿Con qué palabras definirías tu carrera?
- Sacrificio, fortaleza interna y externa, dedicación, perseverancia.
- ¿Cómo es tu nueva vida?
- Tengo muchos proyectos, soy muy inquieta, pero estoy aprendiendo a disfrutar de tener una vida flexible después de dos décadas de tener todo organizado pensando en el deporte profesional. Yo sí tenía una tarde libre la pasaba pensando en facilitar la recuperación o el entreno del día siguiente.
- Tu has conseguido que se eliminen muchos prejuicios del entrenamiento de fuerza,
- Cuando yo empecé hasta mi madre pensaba “madre mía, que me la van a convertir en un niño”. Hoy estos prejuicios ya no existen. La mujer fitness, la que va al gimnasio, está de moda sobre todo porque es salud.
"Una mujer fuerte no tiene nada que ver con el físico, depende de su fortaleza interior, una mujer fuerte empieza por dentro"
- ¿Qué es para ti mujer fuerte?
- No tiene nada que ver con el físico, depende de su fortaleza interior, una mujer fuerte empieza por dentro.
- ¿Un consejo en tu carrera?
- Pues algo que no me dijeron con palabras, pero sí lo sentí: confianza.
- ¿Y el que darías tú?
- Que hasta en los malos momentos vean siempre lo vean lo positivo, que no se queden mirando al pasado, que sigan que las cosas si se trabajan con dedicación acaban saliendo.
- No te gusta que te diga eres una ex deportista…
- ¡Es que no lo soy! Sólo me he retirado del deporte de alto rendimiento. He sido y seré deportistas hasta que me muera.
- ¿Cómo es ahora tu ocio?
- Mi pareja también muy deportista, por lo que hacemos mucho deporte juntos. Yo soy muy valiente, le pego a todo. Me gusta el descenso en bici, quiero empezar a hacer yoga y estoy aprendiendo el pádel. Sólo he ido un par de veces pero yo soy súper competitiva, me “deslomo” por todas las bolas. También me gusta dedicar tiempo a la lectura.
- Para terminar, nos tienen que contar esas muñequeras rosas que convertiste en casi un símbolo.
- Una casualidad… ¡sí son de boxeo! Las vi un día en El Corte Inglés, me gustaron y ya forman parte de mí.
