A Mar, licenciada en Bellas Artes y escultora de profesión, le diagnosticaron cáncer de mama con 36 años, una malísima noticia, pero como ella dice, gracias al cáncer descubrió una de sus pasiones, la bici.
"No practicaba deporte desde hacía muchos años. Pocos meses antes del diagnóstico me regalaron una bicicleta de montaña y cuando me tuve que enfrentar a la noticia, la bici me ayudó a canalizar miedos, impotencia y rabia."
Así fue como ella empezó y la bici pasó a formar parte de su día a día. Comenzó poco a poco, sin dejarla ya mientras hacía el tratamiento de radioterapia una vez pasada por la cirugía; aprendiendo a montar en bici, cogiendo forma y técnica; poco a poco empezó a transformarla.
Vinieron marchas, vacaciones en bici, y llegaron los entrenos de verdad. La bici ya era inseparable y había conseguido en ella una transformación una vez pasado el bache. Cada vez más fuerte, cada vez más motivada, se inició también al cabo de un tiempo en la modalidad de ciclismo de carretera y al cabo de cinco años era capaz de enfrentarse a rutas exigentes por la montaña, o maratones en MTB de larga distancia. Mientras ella se estaba preparando para la Maratón de los Monegros, le plantearon que participara en una de las pruebas más duras del MTB, la Titán Desert, pero la vida le depararía retos más exigentes. En 2012 y con 41 años, cuando estaban a punto de darle el alta por el primer diagnóstico, y justo antes de Monegros, llegó la recidiva. La Titán tendría que esperar.
El paso por este segundo diagnóstico fue muy diferente y lo fue por el aprendizaje que el deporte había dejado en ella. Estaba mucho más fuerte, física y psicológicamente, enseguida supo enfrentarse a aquello y mantener una actitud positiva, proactiva con el equipo médico. Y decidió pasar por la doble mastectomía. Dos días antes de entrar en quirófano, entraba Finisher por la meta de los Monegros.
La bici de carretera también fue la compañera de quimioterapia.
"Fueron ocho sesiones durante seis meses. Cada sesión me la planteaba como una carrera de resistencia y entre las sesiones de quimio, salía en bici para volver a estar fuerte para la siguiente, como si se tratara de una prueba de MTB por etapas. Lo increíble fue que mis defensas no disminuyeron, se mantuvieron e incluso aumentaron durante el tratamiento.
La recuperación también fue mucho más rápida en consecuencia y pronto volví poco a poco a mi rutina de entrenos, ayudando a mi cuerpo a eliminar la toxicidad de la quimioterapia en el cuerpo y a restablecer mi sistema. El verano de 2013 fue a todo gas, ¡tenía ganas de comerme la vida! Así que las rutas por Pirineos, salidas y marchas empezaron de nuevo a llenarme de actividades con mi compañera inseparable.
El proceso continuaba. La reconstrucción prometía ser un proceso largo, pero no solamente la reconstrucción plástica, a todos los niveles personales. Aún me esperaban más sorpresas, la pérdida de mi pareja y mi consecuente separación después del cáncer.
Mi vida se fue desmoronando y llegué a tocar fondo, sin saber por dónde empezar, sin saber que sentía debía darle a todo, sin orientación, sin rumbo; como si estuviera perdida en medio del océano.
Y en este punto, buscando lo que hiciera reflotar, pensé que lo que siempre me había ayudado era la bici y así es como me propuse retomar aquello que quedó pendiente; la Titán Desert. Y en 2015 me planté en el desierto de Marruecos con mi bici dispuesta a vivir la aventura. La acabé hasta el final, pero no cumplí el tiempo para ser finisher, y me quedé con la espinita clavada… Este año he participado por segunda vez, y aunque tampoco he conseguido mi maillot de finisher, he acabado todas las etapas y sufrido y disfrutado de la dureza de la prueba, el buen ambiente y las sensaciones de superación personal que suponen 6 días pedaleando en una prueba de ciclismo de montaña tan dura y exigente. Sigo pendiente volver a la Titán Desert y acabarla como finisher… pero mientras tanto seguiré entrenando en bici, ahora forma parte de mi vida."
Identidad Esculpida
Una de las mejores formas de acercarte a la historia de Mar es a través de sus propias obras. Ahora tienes la oportunidad: su exposición fotográfica "Identidad Esculpida" estará hasta el 20 de noviembre que acoge la Fundación Rincón en la Oficina de Turismo de Torre del Mar de Málaga. Imperdible para los amantes no solo de la fotografía, sino también del deporte y de la bici.