Entre las 35000 participantes de la Carrera de la Mujer Central Lechera Asturiana de Madrid encontramos a una verdadera apasionada del deporte. Y, como ella misma nos cuenta, Paula Ordovás, no fue deportista desde pequeña. Todo lo contrario. “Tengo ahora 38 años, pero empecé a correr ya con 28 años. Hasta entonces ni tenía zapatillas de deporte en el armario. Yo suspendía Educación Física en el colegio y el día que tocaba el test de Cooper era el que más odiaba del año. Si me hubieran dado una bola de cristal y me hubiera visto en el futuro completando los 6 maratones Majors hubiera pensado que eso era imposible”.
Paula deja claro que ella debe compaginar el entrenamiento del maratón con su vida cotidiana: “No soy atleta profesional, mi vida sigue mientras los preparo. Ahora mismo tengo empresas que gestiono, más mi universo digital como creadora de contenido, emprendedora y empresaria, que llevo ya 15 años, más eventos, sesiones de fotos, etc. Por eso, a las 5 suena el despertador y a las 6 ya estoy en la calle corriendo. Un plan de entrenar una carrera de 42’195 km supone un plus de disciplina, constancia y sacrificio”.

Empecé a correr para huir de un trauma, pero desde hace dos años corro para conocer a mi verdadero yo
Ella nos insiste en una palabra: superación. “En los últimos dos años sufrí una depresión muy grande; era una persona extremadamente perfeccionista y controladora para huir de un trauma que viví en la infancia y que yo pensaba que había normalizado. Yo empecé a correr como un reto más en mi vida, y no me valía con una carrera de 10 km, buscaba salir de mi zona de confort, y acabé enfrentándome a los 6 Majors. Ahora, después de mucho trabajo en terapia, me he dado cuenta de que empecé a correr para huir, pero desde hace dos años corro para conocer a mi verdadero yo”.
Acaba de volver de correr por las arenas de Jordania, una aventura que la ha llevado al límite nos cuenta: “Sables ha sido una carrera de vida. Así lo definiría. No cambiaría absolutamente nada de lo que he vivido: ni el esguince, ni el sentimiento de frustración, ni sentirme sucia y absolutamente agotada. Me siento más valiente y fuerte que nunca. El desierto de Wadi Rum na sido una lección de vida”.
Paula destaca la importancia de la faceta mental: “En el maratón de Londres quise hacer un directo, pero no en la meta sino en el muro, en el km 29, en la parte donde te sientes más frágil, para que la gente viera el sacrificio y no el brillo de la medalla de las fotos de meta. La parte física es muy importante, pero lo que te lleva a la meta es la actitud mental y creer”.
Sobre los Majors, comenzó por el Maratón de Chicago: “Llevaba ya 15 medias maratones, llovió a mares, corrí sola, sin música porque se rompieron mis cascos, pero lo hice en menos de 4 horas. Al terminar, aunque estaba reventada me dije que quería hacer las 6 grandes maratones del mundo”.
El running ha sido el escenario de mi evolución vital
“Luego vendría Nueva York, la más difícil pero lo más bonita, y Berlín, me gustó, muy llana, perfecta para hacer marca, pero no estaba en un buen momento personal y no la disfruté tanto. Boston fue el momento más complicado, porque el cuerpo somatiza y no estaba bien y fue en la que peor marca hice”. Sin embargo, Paula completó su cambio vital para lo que le faltaba: Londres y Tokio: “Fueron mi resurgir, el fluir y llevar al presente, sentir sin miedo, descubrir que la vida no es control, es fluir. Mis Majors representan el cambio de la Paula Superwoman a la que no llega a todo al 100%. El running ha sido el escenario de mi evolución vital”.

Paula quiere animar a todas las mujeres para luchar por sus retos: “No tiene que ser un maratón, puede ser un 10k o la Carrera de la Mujer. Tengo que agradecer a Honda haber podido vivir la experiencia de la marea rosa, un ejemplo de cómo tenemos que luchar por nosotras mismas, no caer en vernos como ‘Superwoman’ ,que eso es insostenible a largo plazo, como me pasó a mí, verte como la mujer pluscuamperfecta que te convierte en la eterna insatisfecha. Fue muy especial formar parte de la marea rosa más grande de Europa; da igual la velocidad, la marca, fue muy bonito correr como si las 35000 fuéramos sólo una”.
Paula se despide con un consejo final. “Date oportunidades, no te frustres cuando las cosas no salgan bien en la carrera o en la vida”.
Con la Honda puedo fluír
Paula disfrutó de la experiencia de la Carrera de la Mujer gracias a la Honda Forza 125. “Para mí, sobre todo, es comodidad. Todo es más fácil si tienes un vehículo así. Con la Honda puedo fluir y llegar a todo relajada”.
