La situación esperpéntica que se vive en la selección española de fútbol femenino parece no tener fin. Cuando parecía que la crisis total dejaba paso al menos a un momento de minima tranquilidad para afrontar estos próximos partidos en los que el equipo español se juega su presencia en los Juegos Olímpicos de Paris ha saltado una noticia que vuelve a dinamitarlo todo. Según se ha podido saber el Gobierno que el lunes presumía de medidas de fuerza ("si no acuden a la selección, se cumplirá la ley"), tras la reunión hasta la madrugada de hoy martes en el hotel de concentración de Oliva se les ha dado a las jugadoras "la llave de la Federación". La noticia surrealista es que tras la petición de las jugadoras la nueva seleccionadora nacional, Montse Tomé, que era la segunda de Jorge Vilda, va a debutar mañana y será despedida el martes. Las jugadoras no le perdonan a Montse Tomé que las convocara pese a que habían manifestado expresamente su deseo de no acudir a la llamada de la selección. No hace falta mucha imaginación para adivinar el ambiente que se tiene que estar viviendo dentro del equipo. Es difícil de entender como entre todos han podido crear esta situación caótica, de demolición total, partiendo de un éxito enorme como ganar la Copa del Mundo.
Además, la Real Federación Española de Fútbol (REF) ha anunciado este miércoles que "prescinde de los servicios" del secretario general, Andreu Camps, que no nombrará uno nuevo y que las funciones serán asumidas de forma interina por Elvira Andrés y Alfredo Olivares hasta la finalización del proceso electoral del organismo. A partir de este momento, "y en este tiempo de transición hasta la finalización del proceso electoral", las funciones de Camps serán asumidas por la directora del Gabinete de la Presidencia, Elvira Andrés, "en el ámbito representativo como secretaria de los órganos de gobierno y representación de la Federación". Asimismo, las funciones ejecutivas las asumirá Alfredo Olivares, actual director de Competiciones. La RFEF explica que "esta decisión se ha tomado de acuerdo al artículo 39.2" de sus Estatutos, que indica que "el nombramiento del Secretario General será facultativo para el Presidente de la RFEF, quien, si no efectuara tal designación, será el responsable de las funciones propias de aquél, pudiendo delegar en las personas que considere oportuno".
