Ivan Penalba: el "Forrest Gump español"

El atleta valenciano Ivan Penalba (Alfafar, 1991) ha firmado un estratosférico cuarto puesto en su debut sobre el recorrido de la Spartathlon, prueba de gran fondo de 246 kilómetros que se celebra en Grecia entre las ciudades de Atenas y Esparta.

Ivan Penalba es una referencia mundial en la ultradistancia y lo ha confirmado con su cuarto puesto en Spartathlon.
Ivan Penalba es una referencia mundial en la ultradistancia y lo ha confirmado con su cuarto puesto en Spartathlon.

El atleta valenciano Ivan Penalba (Alfafar, 1991) ha firmado un estratosférico cuarto puesto en su debut sobre el recorrido de la Spartathlon, prueba de gran fondo de 246 kilómetros que se celebra en Grecia entre las ciudades de Atenas y Esparta. Este éxito es equivalente a un diploma olímpico en la ultradistancia. Durante muchos años esta carrera es considerada una de las pruebas reinas. Es también, por distancia, recorrido, climatología y tiempos de corte y de participación, una de las cinco carreras más duras y exigentes del mundo. Hablamos con el de Alfafar una vez terminada su exitosa participación y asimiladas las sensaciones de la gran jornada.

Tras un periplo de regreso a Valencia combinando vuelos vía Zurich, Penalba define la carrera como “una experiencia brutal, maravillosa”. La carrera tiene una fama bien ganada, confirma Iván: “Es la más importante del mundo. Una vez que se corre se siente ese espíritu del que se habla. Tiene una historia y un entorno que es de verdad alucinante. Pero ha sido un recorrido muy muy duro. En mi Coros han salido casi 3000 de desnivel positivo con mucho sube y baja”. Una combinación a la que Penalba no está acostumbrado por entrenar casi siempre en plano y para pruebas en pista o en circuito urbano.

El recorrido (correr uno tras otro seis maratones seguidos) discurre por la costa desde la capital griega, siguiendo un itinerario que evidentemente ha ido evolucionando con el uso de los helenos a lo largo de dos mil quinientos años. Hoy día es una carretera general en tramos, autovía en otros. Cruza, desde la salida en el partenón ateniense, evocadores lugares como el estrecho de Corinto, las vistas del golfo de Saronica o el monte Parthenion hasta desembocar en la mítica ciudad, tantas veces glosada en cine y literatura. Todo, en esta edición de 2021, sin la temida lluvia pero, como afirma el de Alfafar “sí que hemos tenido mucho calor durante el día. Hasta treinta y cinco grados aunque por la noche ha bajado a siete u ocho grados y se ha notado mucho en el cuerpo. En la segunda parte de la carrera que era un poco más favorable aunque con toboganes lo he pasado bastante mal a nivel muscular”.

El objetivo era disfrutar. “Yo he disfrutado muchísimo aunque por ejemplo en las bajadas iba sufriendo a nivel muscular”, reconoce. “Llegar a los pies de Leónidas era el objetivo, y hacer esa llegada con energía ya que me habían contado que era tan preciosa, como así ha sido”. Los participantes han de terminar a los pies de una enorme estatua del rey Leónidas, cuyos pies se tocan o besan en una tradición que cumple décadas en el mundo de los corredores de ultradistancia. Todo en un tiempo máximo de 36 horas. “Ha sido una llegada muy emocionante”, declara tras su cuarta posición de ensueño. “Creo que es de las metas que más he disfrutado y emocionado. Llegaba llorando y aplaudiendo a la gente. Ver que todo el esfuerzo ha merecido la pena, es algo que no se va a olvidar”.

Estoy muy orgulloso de cómo ha salido la prueba aunque he cometido todos los errores que te puedas imaginar de novato. Sobre todo en material, chaleco, frontal, cosas que en pista no suelo llevar. Y aún así un resultado que es para estar terriblemente contento.

Su tiempo en meta ha sido de 24 horas 22 minutos, a 2 horas y media del escandaloso tiempo del griego Fotos Zisimopoulos. Tiempos fuera del alcance de la mayoría de corredores aunque este año han pasado por meta 166 dorsales de los 277 iniciales dentro del tiempo límite. Para entender el alcance de la prueba, decir una vez más que Penalba es una de las mejores marcas mundiales corriendo durante 24 horas. Se presentaba en línea de salida con uno de los diez mejores currículos del año en el mundo. Nuevo récord de España de 12 horas con 158,6km, establecido en el estadio olímpico de Montjuïc, victoria en las 100 millas del Muro de Berlín y nuevos topes nacionales en distancias medias como 50 km y 50 millas. Además en septiembre de 2020 había vencido las 24h de Deventer (Países Bajos) estableciendo una mejor marca de 246 km, hasta entonces tope mundial del año. Pues ”iba al final tieso tieso. Yo, que no he hecho desnivel en mi vida. Qué verde estoy, pensaba. Pero la satisfacción que se siente al llegar tras el largo y mítico camino…”. E Iván reflexiona. “Estoy muy orgulloso de cómo ha salido la prueba aunque he cometido todos los errores que te puedas imaginar de novato. Sobre todo en material, chaleco, frontal, cosas que en pista no suelo llevar. Y aún así un resultado que es para estar terriblemente contento. Además hicimos una retransmisión que han seguido miles de personas”.

Señalar que el equipo de Penalba, que circuló tercero durante buena parte del mediodía heleno, estaba liderado en la ruta por el experimentado ultrafondista Juan María Jiménez (que ha sido nada menos que 10º en el Ultra Trail del Mont Blanc). A través de las redes se le podía ver llegando totalmente concentrado a la llegada de los controles de avituallamientos. Malto, con sal, solo agua, gel o no. Ni una estridencia, luciendo una elegante barbita estilo espartano. Aguantando durante el caluroso día por las vías de servicio y arcenes criminales de las autovías griegas. “Me quedo con los incontables mensajes de la ilusión que íbamos recibiendo de la gente, de haber transmitido el espíritu de la carrera y de haber corrido con pasión, con el corazón, que es como más me gusta. Y aprendiendo para futuras ediciones en las que pueda volver”.

La carrera le ha atrapado. “Es una carrera que tiene bastante que ver con mi manera de pensar en el ultrafondo. Creo que volveré más pronto que tarde”. Iván ha sucumbido a la historia de Filípides, al que conocemos por morir al llegar a Atenas tras correr cuarenta kilómetros y anunciar que la batalla de Maratón había sido un éxito. El conocimiento popular suele quedarse ahí. Probablemente murió agotado porque le habían enviado a correr previamente desde Atenas hasta Esparta y regresar. Casi 500 kilómetros. Afortunadamente para los maratonianos de todo el mundo la épica deportiva se estableció sobre la distancia entre la llanura de Maratón y la capital. Si hubiéramos hecho caso a cinco soldados británicos que descubrieron el encanto de los textos helenísticos, ahora estaríamos corriendo más de doscientos cuarenta. Pero a veces la cabeza impera sobre el corazón y, en parte, es mejor así.